Mis queridos amigos y hermanos,
Karl Heinrich Marx |
Según este filósofo y sociólogo alemán, la religión está fundamentada en la necesidad del hombre en sociedad como parte ilusoria de una realidad que no concibe en el mundo real, por lo que se refugia a una ilusión. Y por analogía, relaciona la droga analgésica, narcótica y alucinógena “Opio”, para poner en contexto una ilusión irreal fabricada en la mente del hombre, producto de una carencia real. Ilusión que él percibe como un deterioro en el desarrollo cognitivo la cual impide el crecimiento intelectual y científico del hombre en sociedad; por lo tanto, considera necesaria la abolición de la misma.
Debemos recordar que tanto el materialismo dialéctico, como el histórico, son corrientes filosóficas basadas en la emancipación del hombre a toda deidad o Ser superior, y sólo considera al hombre como parte esencial de la materia que se concibe en el mundo real; por lo tanto, está exento a cualquier poder invisible, y sólo el hombre establece sus límites y tiene el control de su existencia.
La capacidad finita del hombre, con sus observaciones y razonamientos lógicos, le permite formular hipótesis sobre algo que no logra entender usando como medio, una dialéctica racional que es sólo la representación de una verdad a medias, o una “percepción de la realidad” a través del pensamiento racional científico; pero todas esas ideas e hipótesis solo se apoyan en los datos que la ciencia puede presentar como válidos. Es decir, percibidas como “materia”, y luego el análisis objetivo a través de la conciencia subjetiva como producto del desarrollo ulterior de la materia. En palabras simples, “la filosofía del materialismo ideológico sólo concibe lo material como perceptible y conocible. No considerando a Dios porque es espíritu”. Por lo que es inseparable del “ateísmo científico”. Hipótesis que parten del marco teórico de lo que entiende como: “realismo”, pero no pueden ser comprobadas en el plano real porque carecen de fiabilidad absoluta.
Todas las religiones del mundo existen por una necesidad espiritual impregnada en la conciencia del hombre como medio de acercarse a su Creador. Por esa sed de justicia ante la inclemencia de lo que el hombre no puede explicar. En efecto, las religiones son producto de la necesidad del hombre por desear algo más que la simple existencia. Detrás de todas las religiones existe una creencia fundamental de que debe haber algo o alguien más que la simple existencia física que conocemos. El hombre busca a través de la religión, lo que no puede encontrar lógica en sus propios razonamientos y cuestionamientos, tanto en el origen del universo, de la vida y del significado de ésta. Es evidencia real de que el ser humano, es más que una simple especie animal altamente evolucionada que está plenamente consiente de que tiene la necesidad de tener valores espirituales, morales y éticos para ser aceptado por un Ser Superior a él.
El desconocimiento de la verdad absoluta de Dios, permite al hombre elevar su ego y sentirse superior ante cualquier tipo de normas que puedan cuestionar su conducta. Por lo tanto, la elección del “materialismo” como aplicación y filosofía, junto con la teoría del evolucionismo biológico como selección natural, le de libertad al hombre para hacer lo que le plazca, y por ende no estar sujeto "al bien o al mal".
La Biblia llama a estos razonamientos humanos, como: “Razonamientos Necios”; porque aunque el hombre no quiera admitirlo, estamos sujetos a la gran verdad absoluta de Dios, y Él nos dice en su Santa Palabra, “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios.” (Romanos 1:18-22).
Sean cuales fuesen los pensamientos del hombre. Sean cuales fuesen sus filosofías e hipótesis, los avances de la ciencia sólo han venido a demostrar y a comprobar, que en efecto, existe una fuerza superior, un Ser superior que está detrás de la creación del universo y del ser humano, y que el hombre sólo puede concebir teorías relativistas, como interpretación de verdades físicas medibles basadas en verdades absolutas que sólo Dios posee. Más, en cuanto al razonamiento cognitivo del ser humano; los científicos, tienen la desagradable tarea de acudir a los métodos inductivos de la asunción para descifrar el gran enigma que implica lo material y lo espiritual.
Y tú, ¿cómo concebirías el mundo en que vivimos si no existiese una doctrina? ¿Si no existiese la esperanza de que exista un Ser Omnipresente, Omnisciente y Omnipotente a quien llamamos “Dios”?
¡La gracia y las bendiciones de Dios sean contigo!
Frank Zorrilla
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