Mis queridos Amigos y hermanos,
“¡Oh divino nombre que alberga esperanzas sin igual! ¡Oh nombre usado por astutos impávidos con intenciones alevosas en busca de crédulos obtusos!…
Pícaros sicarios de la fe cristiana, cuyo único objetivo es la obtención de poder y riquezas a expensas de párvulos creyentes…
¡Oh pifia neófita que abruma el buen juicio!… La ignorancia carcome tu discernimiento, y tu fatuida no te deja ver el engaño...
¡Oh maléfico e insaciable oportunista!…Tu osadía será afrenta, y serás juzgado cómo mercader barato.” Frank Zorrilla
Sin lugar a dudas, el advenimiento del cristianismo cómo doctrina de redención y de vida eterna trajo esperanzas a la raza caída. Esas sublimes promesas de aquel carpintero, profeta de Dios, Salvador o Mesías, fue acogida con beneplácito por muchos creyentes con necesidades materiales y espirituales, pero también dio cabida a la aparición de muchos otros ávidos, con propósitos funestos y macabros. Propósitos de adquirir poder, riquezas y dominio absoluto usando el nombre divino como distintivo.
¡Cuántos fieles sucumbieron en inhóspitas mazmorras, devorados por animales feroces en coliseos e incinerados por las llamas en horrendas hogueras!… Y qué podemos decir de las famosas Cruzadas entre los siglos Xl y Xlll… Cámaras de torturas diseñadas con la intención de resquebrajar aquellos que se oponían obedecer los dictámenes del poder papal y su clero.
Lastimosamente, la fe cristiana tiene un largo camino pavimentado con sangre de sus fieles. Todo debido a una amalgama de factores como: la ignorancia de los evangelios, interpretaciones erróneas, liderazgos apóstatas, etc. etc. Aún así, el evangelio de salvación se ha mantenido a través de los siglos tomando auge y popularidad; y desde luego, dando cabida a oportunistas, engañadores y sicarios de la fe que utilizan la doctrina cristiana y su personaje principal “Jesucristo” como ardid para ganar fortunas y vivir una vida llena de lujos.
Son muchos, los llamados: “Evangelistas” e incluso, “Apóstoles” que usan vanamente el nombre de Jesús cómo señuelo para acumular fortunas. Individuos sin escrúpulos que viven en la opulencia en inmensas mansiones, manejando lujosos vehículos, viajando en jet privados, vistiendo de manera extravagante y visitando finos restaurantes. Todo esos deleites terrenales a expensas de los neófitos feligreses que mantienen el estilo de vida de esos “farsantes del evangelio” a costa de sacrificios y trabajo arduo. "Y Jesús le dijo: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza". (Mateo 8:20)
No podemos pasar por alto aquellos pastores y evangelistas amantes del dinero, que se dejan utilizar por el bajo mundo y por sectores políticos, tanto para el testaferrato (prestar su nombre para encubrir acciones ilícitas), como para influir politicamente en las decisiones partidistas. Actuando diametralmente en contra posición de la fe que profesan representar.
En pleno siglo XXl es normal contemplar con asombro, el descaro de algunos predicadores y falsos evangelistas que exigen a la feligresía ofrendas cuantiosas a cambio de bendiciones. Según estos mercaderes de la fe, mientras más ofrendas das, más bendiciones recibes. Este nuevo sistema mercantil es usado por el famoso "evangelio de la prosperidad". Pero además de las ofrendas, también están los 10, 15 hasta el 25% del salario, que los feligreses dedican al diezmo, y a otros asuntos de la congregación. Ya se pueden imaginar, la inmensa cantidad de dinero que entra en las arcas de esas mega iglesias y a los bolsillos de estos mercaderes espirituales. “Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.” (2 Pedro 1:3).
El cinismo de estos farsantes y sicarios del evangelio es tan risible que, algunos incluso mandan a su feligresía a comer hierba, a hacer peregrinaciones insólitas, a vestir de forma estrafalaria e incluso exigir o demandar cierta pleitesía, porque así se lo revela el Señor. Algunos de estos líderes espirituales hasta se atreven a decirle a la ignora feligresía que, poseen acceso directo a Dios a través de teléfonos privados e incluso a caminar encima de ellos porque no pueden pisar el suelo si no hay alfombras.El apóstol Pedro, de forma profética, nos alertó sobre estos falsos líderes espirituales. “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.” (2 Pedro 2:1).
Y ¿Por qué aún teniendo la facultad de investigar y escudriñar las Sagradas Escrituras, seguimos siendo engañados por estos impostores de la fe?…
Lastimosamente, existen muchos borregos devotos que sólo escuchan, pero no cuestionan el accionar de sus líderes espirituales; por lo que esta ingenuidad permite que muchos embaucadores se aprovechen de la fe ciega de estos, para mantener su estilo de vida holgada y llena de privilegios.
Percatándose Jesús que su nombre iba a ser tomado como negocio por impostores o falsos embajadores de su doctrina, advirtió: “Muchos me dirán en aquel día, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?… Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mi hacedores de maldad.” (Mateo 7:22-23).
Todo ese accionar mercantil del evangelio de salvación que vemos en nuestros días no es nuevo, ya los mártires de la fe como: Martin Lutero, John Wesley, Charles Spurgeon, Jonathan Edwards entre otras grandes figuras del Movimiento de Reforma Protestante, tuvieron la oportunidad de enfrentar al clero de la iglesia católica, sus doctrinas apóstatas y a sus secuaces; los cuales cometieron crímenes de lesa humanidad amparados bajo una falsa autoridad eclesiástica e invocando el divino nombre de Jesús. Esos mártires de la fe supieron escudriñar Las Sagradas Escrituras y así poner en descubierto, las falacias y las lóbregas maquinaciones de aquellos cuya investiduras sólo representaba el ocultismo espiritual y social.
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán muchas cosas.” ( 1Timoteo 4:1-3).
El consejo de Timoteo es contundente, y es congruente con las enseñanzas del Maestro, debemos ser cautos. Ser prudentes y astutos como serpientes y no ser borregos que se dejan llevar por oportunistas y sicarios de la fe. Lobos rapaces que sólo quieren usar el evangelio como modus operandi para vivir como príncipes terrenales a expensas del esfuerzo y sacrificio de las congregaciones.
¡Dios los bendiga y los guarde!
Frank Zorrilla
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