martes, 6 de junio de 2023

"CLONADOS PARA EL EGO: El Hombre y su Eterna Guerra contra el Prójimo."


Mis queridos amigos y hermanos,


     ¿Es la herencia biológica y la división cultural las responsables de nuestras diferencias?

     Si analizamos los orígenes de la humanidad, encontraremos que desde la primera familia comenzaron los procesos de separación, exclusión, segregación y la lucha por la supremacía entre los hombres. Los antropólogos afirman que dichos procesos eran necesarios para la supervivencia y desarrollo de los grupos humanos. Así nacen las tribus, las culturas y la civilizaciones. Sin embargo, también nace el conflicto. 

     Cada grupo, al desarrollarse en conglomerados y ambientes  distintos, generó su propia forma de vida, y por tanto, se vio obligado a adaptarse a su entorno. Así nacieron las culturas, creencias, mitos, lenguas  y costumbres. Incluso los rasgos físicos cambiaron—pigmentación, fisonomía, estructura ósea— todo como resultado de complejos procesos bioquímicos necesarios para la conservación de la vida a través de una simbiosis entre el hombre y su ambiente. El primero, sometido al segundo para evitar su extinción o desaparición. 

¡La raza, una mentira falaz que hemos oído a través de los años!

     Con la aparición de las diferentes lenguas, la mezcla entre grupos se volvió más difícil y exigente, la interacción y reproducción quedó limitada a aquellos que podían comunicarse. Fue entonces cuando surgió la noción de "razas", una clasificación errónea pero poderosa que aún hoy moldea la percepción humana definiendo características físicas, casta y caracteres diferenciales entre uno y otro grupo, y por consiguiente, la enmarcación como seres distintos. Fue así como la pigmentación, las lenguas, la geografía y la cultura sirvieron como barreras que perpetuaron el egoísmo, la exclusión y la violencia. 

"El infierno es la gente."Jean Paul Sartre

     Pero, ¿Es la raza un factor determinante en nuestras diferencias?

     Las razas (Caucasiana, Mongólica, Malaya, Etiópica, y Americana) son una ficción útil pero falsa. El ADN humano es 99.5% idéntico. Es decir que, la diferencia entre los seres humanos es de solo 0.5%. Somos biológicamente homogéneos. Lo que nos separa es la mente, la psiquis, la emoción no redimida. La sociedad nos bombardea con mensajes de superioridad basados en la etnia o el estatus, alimentando el orgullo y siguiendo un patrón programado de prejuicios heredados. Por consiguiente, nuestras diferencias radican en nuestro ego. Así lo advertía Arthur Schopenhauer desde el nihilismo:

     "El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales y para sí mismo."

    Sin embargo, la Biblia enseña que todas las naciones tienen un mismo origen:

     "Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres para que habiten sobre toda la faz de la tierra." (Hechos 17:26). 

     No obstante, los grupos asociados por la misma lengua y con condiciones geo-económicas favorables dominaron ciertas regiones obligando a otros a emigrar. La cultura del poder se impuso, y con ella, la exaltación del ego y el segregacionismo. Para el filósofo Friedrich Nietzsche:

     "Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado."

     Esta es la conclusión lógica de una humanidad que intenta vivir sin Dios. No obstante, Cristo ofrece una alternativa:

     "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia." (Juan 10:10)

     Arthur Schopenhauer, desde su misantropía, lo resumió sin piedad:

     "La vida de cada individuo, si se mira de cerca, es una tragedia; pero si se considera en conjunto, es una comedia." 

    ¿Es la conducta del hombre producto de una repetición de patrones degenerativos?

     Pues, si bien las estructuras sociales son intrínsecas o consustanciales al desarrollo humano desde sus inicios y funcionan como modelos para perpetuar costumbres, mitos y creencias, no debe olvidarse que su aglomeración grupal nace de lo individual, y que este, como ser emocional, carga con una predisposición ancestral a la agresión, el egocentrismo y la exclusión. Como dijo Emil Cioran:
 
     "Cuanto más se reflexiona sobre la condición humana, más se siente que la vida no merece la pena ser vivida."

"El hombre es un animal que se ha acostumbrado al horror."—Emil Cioran

      En este punto entra en juego el concepto de misantropía: ese desprecio hacia el ser humano en general, que hoy se manifiesta en formas cada vez más sofisticadas y disimuladas. 

       La historia humana parece condenada a repetir sus errores. Arrastramos en nuestra biología las tendencias defensivas, geocéntricas y violentas. Somos una réplica emocional del primer hombre, clonados no en carne, sino en reacción y orgullo que como fractales, continuaremos manifestando de generación a generación. Vivimos en sociedades más conectadas tecnológicamente, pero más desconectadas espiritualmente porque seguimos arrastrando el segregacionismo y belicosidad de nuestros primeros ancestros. Friedrich Nietzsche, nihilista radical, lo expresó con crudeza: 

      "El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre—una cuerda sobre un abismo." 


     Ante estas dos corrientes filosóficas tan fatalistas podemos decir que, "nuestra civilización, al ser una clonación o copia idéntica del primer hombre, en nosotros ha prevalecido congénitamente, y con mínimas mutaciones, todos los procesos bioquímicos degenerativos que inciden en el hombre para manifestar su desprecio y egocentrismo hacia su o sus semejantes." 

     Aún con todo nuestro progreso— tecnológico, académico y cultural— no somos más que bárbaros con barniz. La sombra del hombre caído persiste en nuestra genética. Basta contemplar las atrocidades del pasado y cotejarlas con las nuestras: los mismos crímenes, las mismas tropelías, la misma xenofobia, ahora con métodos más elegantes. El genocidio, el holocausto, la limpieza étnica—solo han mutado de forma. Somos la misma barbarie, pero con mejor propaganda. Nuestros antepasados mataban con piedras; nosotros lo hacemos con algoritmos, leyes y silencios. Nada ha cambiado... excepto el método. ¡Ahora somos más sofisticados!


     ¿Es el genoma humano responsable de nuestra predisposición misántropa?

En esencia, el genoma humano no es directamente responsable de la misantropía, pero guarda una conexión con su modo de comprender la realidad —esa herencia cognitiva que se remonta al primer hombre. Este vínculo se revela en tres niveles: la experiencia emocional subjetiva, su sustento neuroquímico en las sinopsis, y su traducción final en conductas observables

     Nuestra genética, aunque evolucionada mínimamente, conserva la misma bioquímica que incita al miedo, la competencia y la desconfianza hacia el otro. Y esto no se limita a diferencias raciales, sino a todo lo que sea "distinto": idioma, nivel social, ideología, religión o género. Pareciese como si estuviéramos condenados a ser clones del primer hombre concupiscente. Pero el Evangelio ofrece una alternativa y nos invita a una renovación completa:

     "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas." (2 Corintios 5:17).
  

     La pregunta, por tanto, no es biológica sino existencial:

 ¿Por qué en lugar de tratarnos como semejantes, nos tratamos como si fuésemos extraños?...

     En un mundo donde la exaltación del ego ha reemplazado al sentido de comunidad, surge el nihilismo: la idea de que nada tiene valor intrínseco, que no hay verdad universal ni moral objetiva. Bajo esta visión, "amar al prójimo como a uno mismo" parece una ingenuidad, una utopía. Vivimos para el éxito individual, el placer inmediato, la imagen, el estatus.



     Nos comportamos como  "alienígenas de rasgos humanoides", pero sin reconocimiento del otro como hermano. Rechazamos nuestra esencia común por causas tan triviales  como el color de piel o el nivel socioeconómico. En palabras simples, nos consideramos distintos, nunca iguales, afirmando las diferencias como ley, pero el polvo originario de donde procedemos desmiente, en silencio, toda jerarquía de la materia.

     Por lo tanto, no es un exabrupto decir que, dadas las condiciones que he citado, las únicas dos formas de aceptarnos plenamente como iguales son:

  • Ser físicamente idénticos, donde no exista ningún tipo de rasgo que pueda marcar o pueda distinguir entre uno y otro ser humano.

  • Nacer de nuevo en espíritu.

     La primera condición es una utopía imposible, por lo que debemos adoptar la segunda condición mediante una transformación interna que sólo es posible mediante la fe en Cristo. 

     "Es necesario nacer de nuevo." (Juan 3:7).

"De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios." (Juan 3:5).

      Solo este nuevo nacimiento puede erradicar de raíz el racismo, la xenofobia y el egoísmo. Ni la educación, ni la política, ni el progreso económico pueden regeneraren corazón humano. Sólo Dios puede hacerlo. 

     ¿Qué nos hace verdaderamente distintos? 


      No es el intelecto ni la riqueza, ni tampoco el color de la piel lo que nos distingue; es nuestra decisión de nacer de nuevo. La verdadera grandeza no se mide por lo que acumulamos, sino por nuestra capacidad de amar. Pero mientras Emil Cioran desde su óptica nihilista, considera al hombre como un error cósmico al expresar:

     "El hombre, ese error de la naturaleza, ese parásito de la tierra, ese tumor del universo."
     El mensaje bíblico, en contraste, asegura que el hombre no es un accidente, sino objeto del amor divino y del cuidado eterno. La soberbia humana es solo una ilusión:
     
 "¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, que lo visites?." (Salmo 8:4).
   
          La conciencia humana se enfrenta a una encrucijada antológica: 
la misantropía que desprecia al prójimo, el nihilismo que le quita el sentido a la vida y niega el valor humano y la revelación cristiana que insta al renacimiento espiritual. Esta tríada configura los caminos esenciales del pensamiento en una bifurcación filosófica fundamental.

     Las filosofías nihilistas se equivocan:

     "El absurdo nace del enfrentamiento entre la búsqueda humana de sentido y el silencio del mundo."Albert Camus

     Porque el Evangelio no guarda silencio:

     "Yo soy el camino, la verdad y la vida." (Juan 14:6)

   
renacer en el corazón humano
     Sí, hemos heredado una naturaleza caída, emocionalmente inestable y espiritualmente egoísta. Pero no estamos condenados. Cristo ofrece una vía de escape, no basada en raza, cultura o estatus, sino en una nueva identidad espiritual. Y aunque desde una visión nihilista, Walter Waeny afirme:

"El ser humano es tan malvado y egoísta, que es necesario hablarle de una recompensa en otra vida para que haga el bien en esta."

     La luz de la esperanza que ofrece Cristo transciende este cálculo unitario. Su mensaje no solo promete una recompensa futura, sino que redime la naturaleza humana aquí y ahora, transformando el egoísmo en amor y la desesperación en propósito eterno. 

     Es cierto que, no somos mejores que nuestros ancestros, pero la diferencia está en la esperanza de redención y transformación por medio de Cristo.

     No somos malos por defecto, pero sin Cristo persistimos en los mismos vicios: segregación, egoísmo, violencia.

     No somos nihilistas sin salida, porque Dios ofrece sentido, propósito y una vida eterna digna de ser vivida.

     Hoy puedes elegir: seguir el ciclo del primer hombre... o renacer en el segundo Adán, que es Cristo


¡Que Dios los bendiga rica y abundantemente. Y que nos conceda la gracia de ver al otro no como un extraño, sino como un reflejo del mismo Dios que nos creó a todos!


Frank Zorrilla








lunes, 5 de junio de 2023

"DEL EDÉN AL ALGORITMO: El Retorno Del Conocimiento Prohibido y Máquinas Con Aliento de Hombre.

Mis queridos hermanos y amigos,

humanoide en el trono y el Apocalipsis
“El día que la inteligencia artificial se desarrolle por completo podría significar el fin de la raza humana. Los sistemas automatizados tomarán el control de sí mismos y se irán rediseñando a un ritmo que los humanos, limitados por la lenta evolución biológica, no podrán competir con ella y serán superados”.
Stephen Hawking.

   
Interacción de robots con niños
     La declaración de este gran científico británico en una entrevista a la BBC de Londres, nos deja boquiabiertos y perplejos. Pero él no ha sido el único, otros científicos ya han opinado respecto a la “inteligencia artificial” y han dejado claro su preocupación sobre el peligro que significa el desarrollo de poderosos algoritmos (operaciones organizadas de manera lógica y ordenada) expresados a través de lenguajes de programación y pseudocódigos usados en la informática. Esto se refiere al procesamiento automático de información mediante dispositivos electrónicos y sistemas computacionales. En palabras simples, el programa que le provee instrucciones especificas a una computadora para desarrollar una tarea.
   
Organismo Cibernético O Androide
     La inercia que ha tomado en los últimos años la Inteligencia artificial es arrolladora y apabullante. Una tecnología que todavía nos resulta lejana y misteriosa, pero que desde hace unos años está presente en nuestro hogares con teléfonos inteligentes y asistentes virtuales de voz cómo: “Alexa”, “Siri, “Parla”, en nuestras calles situadas con cámaras virtuales, etc. 

     La tecnología ya es parte de nuestro día a día; las 24 horas… Y aunque muchos le dan la bienvenida por el bienestar que esta provee en los diversos campos del conocimiento, como: la medicina, y su utilización en la nanorobótica, ayudando a los discapacitados con sepsis cibernética o septicemia cibernética (implantes electrónicos), a la industria y a las diversas disciplinas científicas (agricultura, química, biología, mecánica, meteorología, etc.). También es cierto que los aspectos negativos de la misma, son hasta ahora inciertos y quizás hasta tenebrosos.
   
humanoide con lágrimas de código binario y la cruz
     En el aspecto tétrico de la
Inteligencia artificial, y tratando de no caer en teorías conspirativas, ya hace tiempo que algunos personajes de diversos sectores sociales han dado la voz de alerta sobre el peligro que corre la humanidad con el desarrollo de la tecnología y su aplicación en el campo cibernético. Me refiero a la construcción de sistemas electrónicos y mecánicos modificados con regulación automática de los seres vivos y aun peor, androides autónomos con capacidad para reprogramarse sin necesidad de obedecer una orden exterior.

     Reproducciones cinematográficas de ciencia ficción como: “The Lift” del año 1983 y la saga: el “Terminador” con el actor Arnold Schwarzenegger, donde narra la batalla futura entre el programa de inteligencia artificial y la humanidad, nos dan una reseña de lo que podría acontecer si existiera una "rebelión de androides autónomos." 

Cerebro humano Vs Inteligencia Artificial
¿Tenían Dick Mass y James Cameron, productores y directores de esas películas, algún conocimiento sobre el potencial destructor de la tecnología futura?...

     Ahora bien, ¿Qué es la Inteligencia artificial y cuántos tipos existen actualmente?...
laboratorio de ensamblaje para androides
     
     La Inteligencia Artificial, es la combinación de algoritmos creados con el propósito de construir máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano posee en todos los aspectos, hasta el punto de desplazarlo… Máquinas frías, rápidas y calculadoras que con la tecnología 5G tendrán un margen de error prácticamente nulo debido a la inmensa cantidad de datos que puede manipular simultáneamente con reprogramación autónoma, y con la tremenda ventaja de no estar expuestas a emociones o dar lugar a la duda como los humanos. 

soldado futurista con capacidad ilimitada
   
 

Según los expertos en ciencias de computación, existen varios tipos de inteligencia artificial.



  • Sistemas que piensan como humanos: Este tipo de inteligencia artificial, automatizan actividades como la toma de decisiones, la resolución de problemas y el aprendizaje. Un ejemplo son las redes neuronales artificiales.

  • Sistemas que actúan como humanos: Se trata de computadoras que realizan tareas de forma similar a como lo hacen las personas. Es el caso de los robots, los cuales son muy usados en las industrias.

  • Sistemas que piensan racionalmente: Este tipo de inteligencia artificial, intentan emular el pensamiento lógico racional de los humanos; es decir, se está tratando como lograr que las máquinas puedan percibir, razonar y actuar en consecuencia. Los sistemas expertos se engloban en este grupo.

  • Sistemas que actúan racionalmente: Este tipo de inteligencia artificial, son aquellos que tratan de imitar de manera racional el comportamiento humano, como los agentes inteligentes. Ya existen androides con esa capacidad.
creación del hombre
     Como podemos percatarnos, el hombre de ciencia se ha desnaturalizado y está utilizando su intelecto para convertirse en “dios”, creando razonamiento artificial (cerebro de las computadoras) para que piense por nosotros. 

     Esto significa: una pérdida de identidad que difumina nuestra interacción como seres pensantes; ya que hoy, se está desplazando la mano de obra o participación humana en las industrias, en los campos agrícolas, en los centros de comunicación, en los medios de transporte, en las escuelas y universidades, y muy pronto, en las diferentes instituciones armadas. ¡Una acción que trae consigo trastorno de identidad asociativo y sensación de criónica!

Nuevos supervisores industriales
     Ya las naciones poderosas cuentan con inteligencia artificial en los organismos castrenses haciendo uso de la ciencia robótica como estrategia militar. Dicho sea de paso, estos robots o drones militares, cuentan con una capacidad letal hasta ahora desconocida por la vasta mayoría de la población mundial…

     Según los profesionales en la milicia, las guerras convencionales serán cosas del pasado; porque, gracias al desarrollo de la ciencia, el ejército contará con Cíborgs (organismo cibernético) y drones con inteligencia autómata independiente en el campo de batalla. Ese también es el caso de las diferentes agencias de seguridad del Estado, las cuales poseen máquinas capaces de identificar millares de rostros simultáneamente a distancias remotas, al igual que vigilar la misma cantidad de personas en tiempo real. En ese sentido, pronto veremos en los países desarrollados que pueden tener esa tecnología, el desplazamiento de humanos (guardia fronteriza) por Cíborgs inteligentes para salvaguardar las fronteras entre países limítrofes.

vigilancia a través de androides
     El profeta Daniel predijo: “la ciencia aumentará en los tiempos del fin.” (Daniel 12:4). 

     Profecía que estamos viendo día a día, y sólo esperamos el desenlace... Ya que como bien sabemos, el evangelio está llegando a todos los lugares remotos y recónditos, gracias a los amplios y sofisticados sistemas de comunicación, requisito que expone el libro de Mateo 24:14 para los tiempos del fin.

   
El Edén y el Algoritmo
     Por lo tanto, debemos tomar en serio las señales que anticipan el gran advenimiento del
“Rey de reyes y Señor de señores” en busca de su pueblo… 

     Como bien lo menciona el apóstol Pablo, en la epístola a los Hebreos:

 “aún un poquito más, y el que ha de venir vendrá, y no tardará.” (Hebreos 10:37)


¡Dios los bendiga, los defienda y los guarde!


Frank Zorrilla