¿Alguna vez te has detenido a reflexionar sobre el acto de estar consciente?
Si lo haces, notarás que el ser humano vive sumergido en dos condiciones que, aunque distintas, lo limitan profundamente para alcanzar su máximo potencial como ser racional:
La primera, es un caudal o cúmulo de afirmaciones aparentemente verosímiles que, sin embargo, envuelven contradicciones y desafían el sentido común y la lógica; esas son: “Las Paradojas de la vida.”
La segunda, las estructuras mentales construidas que forman parte del conocimiento cognitivo a través del conjunto de experiencias, creencias y valores que determinan cómo percibimos o interpretamos la realidad y cómo actuamos en consecuencia a partir de un patrón o modelo de conducta heredada o aprendida; esos son: “Los paradigmas circunstanciales.”

“¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?-Generación va, y generación viene; más la tierra siempre permanece.” (Eclesiastés 1:3-4).

“Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas; más conveniencias, pero menos tiempo; más conocimientos, pero menos sensibilidad; más sabiduría, pero menos juicio; más expertos, pero más problemas; más medicina, pero menos salud; hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores humanos; hemos aprendido como ganarnos la vida, pero no sabemos vivir; le hemos agregado años a la vida, pero no vida a los años; hemos conquistado el espacio sideral, pero no el espacio interno; hemos dividido el átomo, pero no nuestros perjuicios; desarrollamos tecnologías y usamos computadoras, pero nos comunicamos menos; tenemos la capacidad para viajar a la luna, pero no podemos cruzar la calle para conocer al vecino.”

Nuestra mente se construye a partir de conjeturas anecdóticas que simulan una realidad visible en un mundo sub-real. Desconectarnos de esta ilusión requiere una transformación profunda en la manera de pensar y de concebir las cosas.
¿Cuál fue primero, el huevo o la gallina?
- Probablemente esta es la paradoja más famosa del mundo. Si fue la gallina, entonces tuvo que salir de un huevo. Si fue el huevo, alguien lo tuvo que poner. Este dilema, tiene tendencias bifurcantes desde el punto de vista filosófico, ya que cada quien adopta su propia teoría. Aristóteles afirmaba que lo primero en existir fue la gallina, mientras que Stephen Hawking postulaba lo contrario. Como podemos observar, esta pregunta divide posturas y desafía la lógica.
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Creación o Evolución |
¿Cuál fue primero, el huevo o la gallina?
- Probablemente esta es la paradoja más famosa del mundo. Si fue la gallina, entonces tuvo que salir de un huevo. Si fue el huevo, alguien lo tuvo que poner. Este dilema, tiene tendencias bifurcantes desde el punto de vista filosófico, ya que cada quien adopta su propia teoría. Aristóteles afirmaba que lo primero en existir fue la gallina, mientras que Stephen Hawking postulaba lo contrario. Como podemos observar, esta pregunta divide posturas y desafía la lógica.
Normalmente nos guiamos por el sentido común y la lógica, que son las mismas que nos dictan los parámetros para pensar y decidir en base a un determinado escenario. Sin embargo, muchas veces la realidad es muy distinta de lo que creemos. Es tanto así, que si prestamos atención a las figuras que aparecen a continuación, te percatarás de que ambas, son: ¡ilusiones de la mente, y no representan la verdadera realidad!
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Figura 1: Ilusión Óptica |
En la Figura 1: tenemos la ilusión, de que los círculos entrelazados, están girando en diferentes direcciones sin embargo, están estáticos.
En la Figura 2: el objeto que está en el centro, proyecta un cuadrado o un círculo dependiendo del ángulo de localización del individuo. Es decir: una realidad que conceptualiza nuestro criterio y razonamiento erróneamente.
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Figura 2: Ilusión Óptica |
La psicología moderna también respalda esta visión: desde el construccionismo cognitivo hasta la psicología existencial, numerosos expertos afirman que la realidad que percibimos es, en gran parte, una interpretación subjetiva moldeada por nuestros esquemas mentales, creencias y experiencias previas. El Dr. Viktor Frankl, fundador dela logoterapia, sostenía que el verdadero cambio no ocurre al transformar el mundo exterior, sino al reconfigurar nuestra respuesta interior:
"Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos."
Así, lo que muchos consideran "realidad" no es más que una ilusión mental sostenida por paradigmas limitantes, que solo se transcienden mediante una transformación interior guiada por la verdad espiritual.
“Más allá de lo físico, contemplé un mundo ideal: un lugar sin sufrimiento, ni enfermedad, donde la alegría fluía como río caudaloso, y el hambre, la miseria y la avaricia no existían.
Todo era compartido; no había propiedad privada ni acumulación de riquezas. La armonía no era una meta, sino la norma.
Vivíamos en paz, unidos en propósito, y no había necesidad de comprar lo que el amor proveía.
Pero desperté de mi mundo utópico...
Regresé a un mundo sombrío y tétrico, gobernado por impulsos automáticos y estímulos vacíos; atrapado en trivialidades, paradigmas heredados, y paradojas que florecen como maleza en el alma."
El mundo utópico es aquel que anhelamos y cuando despertamos, es la cruda realidad que enfrentamos. Factores insípidos que como maleza florecen incesantemente en nuestras almas, usufructo del libre albedrío y una recurrente insensatez del corazón humano nos alejan, día a día, del propósito divino.
El mundo utópico es aquel que anhelamos y cuando despertamos, es la cruda realidad que enfrentamos. Factores insípidos que como maleza florecen incesantemente en nuestras almas, usufructo del libre albedrío y una recurrente insensatez del corazón humano nos alejan, día a día, del propósito divino.
Jesús vino a esta Tierra a mostrarnos un camino distinto. No un sendero basado en ilusiones mentales, sino más bien, uno arraigado en la esencia espiritual del ser y en la relación con el Creador.
Sólo cuando comprendamos la naturaleza de Dios en nosotros, podremos reflejar Su gloria:
“Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.” (Romanos 8:20-21).
La vida no se encuentra en lo que nuestros sentidos captan ni en lo que el mundo celebra. La verdadera vida se encuentra en la verdad espiritual, en reconocer que fuimos creados para algo más alto que las ilusiones y los sistemas del mundo. Es tiempo de despertar.
"Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." (Juan 8:32)
¡La gracia y las bendiciones de Dios sean contigo!
Frank Zorrilla