domingo, 23 de julio de 2017

SOLICITANDO LA PROTECCIÓN DIVINA

Mis queridos amigos y hermanos,
     Desde los origines del hombre sobre el planeta, éste siempre se ha visto en la necesidad de buscar refugio en un Ser superior o divinidad para comprender o enfrentar las adversidades que supera su entendimiento finito. Para encontrar ese apoyo espiritual, consideró necesaria la fabricación de imágenes para tener un lugar físico donde acudir, hacer sus peticiones y rendir tributo como forma de adoración.

     Jehová, Ser Supremo a quien servimos, es tan extraordinario, que no requiere la fabricación de una imagen porque está en todas partes. ¡Es Omnipresente!

     Entre los escritos de la Palabra inspirada, La Biblia, encontramos un cántico que recitado en forma de súplica al Altísimo, Jehová de los Ejércitos, se convierte en una de las peticiones más poderosas que pueda existir en el universo. Cada verso de esta composición manifiesta en el sentido más profundo, la dependencia absoluta de Dios actuando en nuestro favor. Esta composición escrita por el rey David es tan especial, que el mismo Satanás, la conoce, ya que citó uno de sus versos cuando tentó al hijo de Dios en el desierto. Me refiero al Salmo 91. He aquí un análisis semántico del mismo. 

     Verso 1: El que habita al amparo del Altísimo mora bajo la sombra del Omnipotente.

     Cuando clamamos a Jehová en busca de protección, inmediatamente dejamos el “yo interno”, permitiendo que el Espíritu de Dios que mora en nosotros, obre en nuestro favor y su sombra todopoderosa nos proteja. La palabra sombra es una expresión oriental que indica: "Seguridad".
La omnipotencia de Dios operando en nosotros implica que ya no existen desafíos que no podamos enfrentar, porque para Dios, ¡todo es posible!

     Todas las bendiciones son para aquellas personas que tienen la costumbre de alinearse con el Creador. Este es el primer y gran Mandamiento: “Amarás a Jehová tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.” (Deuteronomio 6:5). Esto es: rendirle lealtad, fidelidad, devoción y seguir sus directrices.

     Verso 2: “Yo le digo a Jehová: Esperanza mía, y refugio mío; mi fortaleza, el Dios en quien confío".

     Al afirmar la verdad de la segunda estrofa, el escudo de Dios invisible nos rodea, por lo que es impermeable a cualquier daño. La confianza en el infinito, sin preocuparse por las apariencias de imposibilidad, nos hará encontrar el camino para salir triunfadores.

     Al afirmar con confianza: “Dios se preocupa por mí; él sabe y me dice la respuesta”, nos permite discernir  un peligro o problema inminente.

    Verso 3-4:  “Sólo él puede librarme de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues me cubrirá con sus plumas y bajo sus alas estaré seguro; Escudo es su verdad”.

     El Salmista hace alusión a las pequeñas aves que se guarecen debajo de las alas buscando protección. Así, nosotros, al guarecernos debajo de las alas del Señor, él nos da discernimiento; ya sea en los negocios o en cualquier actividad que podamos salir perjudicados, librándonos de los estafadores, o aquellos que osan poner trampas para hurtar nuestros bienes o ahorros a través de negocios fraudulentos. Al mismo tiempo, nos protege de cualquier enfermedad infectocontagiosa o pandemia que pueda azotar a la humanidad.

    Verso 5-6: “No temeré el terror de la noche, ni la flecha que vuele de día, ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía.”

     Es precisamente bajo el manto negro de la oscuridad donde los seres malignos se manifiestan, se ocultan bajo las sombras para ejecutar sus planes. Tanto en estos tiempos modernos como en la antigüedad, la oscuridad de la noche es una estrategia militar muy usada para atacar desprevenidamente, mientras las víctimas duermen. Dios velará nuestro tiempo de descanso, para evitar que alguien nos tome desprevenidos y nos agreda físicamente. Fisiológicamente, proveerá armonía espiritual, restaurará nuestra energía y reconstruirá nuestras células para despertar renovados con alegría y entusiasmo. Nuestro subconsciente nunca duerme, sólo nos desconectamos de nuestro nivel de consciencia, por lo tanto, Dios elevará nuestra espiritualidad para que vibremos a una dimensión más alta.

     La flecha que vuela de día y la destrucción al mediodía se refieren a pensamientos negativos y las sugerencias que se escuchan durante el día. Son esas vibraciones negativas procedentes de personas con mentalidad retrógrada. Todos estamos inmersos en una gran red de energía entrópica que como fractal, nos expone a frecuencias vibratorias largas y lentas afectando nuestro ADN. Esas frecuencias pertenecen a la emoción del “miedo” y todas las manifestaciones armónicas producto de esa emoción: ansiedad, depresión, duda, intolerancia, desamor, irritabilidad, cólera, etc.

     La destrucción del día son los problemas, dificultades y obstáculos que afrontamos, así como los problemas financieros o conflictos emocionales con otras personas.

     Al invocar la presencia Infinita en las mañanas o al inicio de nuestra jornada, estaremos regidos bajo su ley y su orden, por lo que, al resonar o conectarnos a su frecuencia, nuestro ambiente será de paz y gozo.

      Versos 7-8: “Podrán caer mil a mi izquierda y diez mil a mi derecha, pero a mi no me afectará. No tendré que abrir bien los ojos, para ver a los impíos recibir su merecido.”

     Si estamos amparados bajo el poder de Dios, seremos inmunes a daños físicos y nuestro nivel mental no será afectado a pesar de estar expuestos a condiciones adversas. La Biblia relata sobre experiencias físicamente imposibles, donde hombres estuvieron expuestos a perder la vida ya sea por el fuego o por fieras salvajes, pero fueron librados. Dios obrando en ti, es Omnipotente, Eterno, Supremo y constituye la verdad Absoluta. Siempre veremos la recompensa de aquellos que actúan con poca o sin ninguna piedad para con un semejante.   
   
     Versos 9 -1O: “Porque he puesto al Señor por mi refugio, y el Altísimo por mi protección, ningún mal habrá de sobrevenirme, ninguna calamidad llegará a mi hogar.”

     Esta es una declaración de fe que inspira seguridad ante las calamidades que abundan en nuestro entorno. Nos da la esperanza de que podemos confiar en la supervisión divina, dejando así la ansiedad y la preocupación por algo que pueda impactarnos negativamente.

           Versos  11-12: “Porque él ordenará a sus ángeles que me cuiden en todos mis caminos. Con sus propias manos me levantarán para que no tropiece con piedra alguna.”

     Esta magnifica promesa toca el corazón con la melodía de Dios. Satanás conocía de esta promesa, al tentar a Jesús en el desierto. Él tiene conocimiento de que los ángeles representan los mensajeros de Dios, y ellos están prestos a ayudarnos en momentos que requieren su intervención. Existirán condiciones extremas, donde podremos sentir esa ayuda invisible que sobrepasa todo entendimiento, donde las leyes físicas se doblegan o pierden validez ante fenómenos humanamente inexplicables.

 Verso 13: “Aplastaré al león y a la víbora; ¡hollaré al cachorro del león y al dragón.”

     Cuando gozamos de la protección del Señor Todopoderoso, tendremos capacidad sin limites para sobrevenir todas las cosas. Dios le dio potestad al hombre desde el principio de la creación para subyugar todas las cosas debajo sus pies y domar todo animal creado. ¡Lo nombró administrador! El león por su fiereza es un animal muy voraz que no teme a nada, y la víbora con su sagacidad y ataque repentino puede inocular a sus víctimas con su veneno mortal. Metafóricamente, y al interpolar esas dos creaciones en la interrelación social, nos encontraremos con personas que tienen esas características, y saldremos en victoria por el gran poder que está a nuestro lado. 
  
Versos 14-15: “Yo te libraré, dice Jehová, por cuanto has puesto tu amor en mí; te pondré en alto, porque reconoces mi nombre. Tú me invocarás  y yo te responderé; estaré contigo en momentos de angustia; te libraré y te llenaré de honores."
     En estos dos versos, Dios nos responde proveyendo absoluta garantía por nuestra seguridad, protección y beneplácito en esos momentos difíciles o ciclos negativos que puedan afectarnos.

Verso 16: "Te colmaré con muchos años de vida y te haré gozar de salvación.”

Dios es Todopoderoso; de él emana toda sabiduría, amor sin límites, armonía y paz absoluta. Es Omnisciente y Omnipresente. Tener presente todos estos atributos, poderes y cualidades de Dios, nos da la certeza de estar por encima de cualquier problema, situación o percance que pueda afectar nuestra integridad física, espiritual o mental.

¡Dios los bendiga rica y abundantemente!


     Frank Zorrilla