Mis queridos amigos y hermanos,
Albert Einstein, considerado
como uno de los científicos más relevantes en el campo cuántico o ingeniería
cuántica por sus aportes teóricos tan significativos y su gran contribución en
el esclarecimiento de la relatividad entre el espacio y el tiempo, consideró
que el “espacio” es una ilusión y
que las diversas estructuras materiales que percibimos con nuestros sentidos
son sólo formas de energía. ¡Nada es
sólido! Por lo que la física clásica de Newton, no puede precisar matemáticamente lo que sucede en un mundo
sub-atómico o lo que escapa del sentido común.
¡Nadie
es capaz de hacerse una imagen correcta del mundo
microscópico usando los mismos conceptos que
generamos para
describir el
mundo macroscópico! y al no poseer esa capacidad,
inevitablemente tenemos que hacernos la siguiente
pregunta, ¿Cómo
es posible que la naturaleza se comporte como
describe la
mecánica
cuántica? Es decir, en proporción microscópica, las
moléculas y átomos no sigue un patrón de conducta definida o por decirlo de otra manera: en el mundo microscópico, suceden cosas que escapan al sentido común,
incluyendo la biología de la vida. Nadie lo puedo entender, y como decía Einstein: “Cada día sabemos más y entendemos menos”. Lo increíble de todo
esto es que, en ese mundo que no percibimos a simple vista, existe una
organización definida incomprensible para la mente del hombre. Un mundo en
donde una inteligencia superior toma dominio y control.
De aquí
la pregunta: ¿Qué es la realidad o en
que consiste nuestra realidad? La teoría de la relatividad de Einstein, alteró la visión Newtoniana de la trama de la realidad,
mostrando que los conceptos que entendíamos de masa, energía, espacio y tiempo
son relativos porque nada es absoluto. Por lo que el sentido común que
utilizamos, sólo revela una pequeña
porción limitada de la trama de la realidad, donde está envuelta nuestra conciencia.
Es decir, la conciencia del ser humano,
tiene un papel fundamental en la interpretación del mundo real, porque lo que
llamamos: “realidad”, no es algo objetivo
que existe afuera, sino algo subjetivo moldeado a nuestra percepción.
¿Cuántas veces a lo largo de la historia,
hemos escuchado de experiencias místicas y psíquicas de orden paranormales
donde el mundo científico no tiene una explicación lógica?
Estas
experiencias, no tienen culturas ni fronteras, ni están limitadas a grupos
étnicos; por lo tanto, la parasicología, viene a aportar una nueva perspectiva
para la interpretación de una realidad cuántica no explicable en la realidad
física. Una realidad energética en donde todos somos participes; ya que ¡todos
los seres vivos y el universo, somos parte de una gran red energética donde
estamos entrelazados formando un total de todo lo creado! Esto implica,
la enorme capacidad que posee nuestro cerebro para interconectarse en ese campo
energético y atisbar información tanto de la mente de otra persona, atraer
ciertas cosas hacia nosotros, como también predecir o vaticinar eventos futuros
siempre y cuando enfoquemos intencionalmente nuestra mente en procesos mentales
o prácticas de meditación.
Estoy
plenamente seguro de que en alguna ocasión, has pensado en alguien, y de
repente esa persona se comunica contigo de una forma inexplicable. ¿Es esto pura coincidencia?... O tal
vez, has pensado en algo, y en un instante, lo tienes delante de ti o es parte
de tu presente. ¿Es éste acontecimiento
fortuito?- Definitivamente, !No!
“El ser humano está inserto en una
realidad que es una Totalidad. La Totalidad del mundo y todo lo que existe,
está completamente interrelacionado; y hablar de individualidad es una
distorsión de la realidad”. (David Bohm).
¿Qué dicen las Sagradas Escrituras de este
mundo metafísico o
cuántico?- Definitivamente,
en la palabra inspirada encontramos
muchas citas
que manifiestan la existencia de esa energía y poder cuántico. Al igual que nos da elementos fiables de nuestra realidad en
un
mundo cuántico. Por eso,
tanto el Señor Jesús como apóstoles, que
siguieron su doctrina, hacen mención de lo que toma
lugar en
nuestros pensamientos y los
efectos de esos pensamientos; de las
visiones y su
significado intrínseco; de las premoniciones y de sus consecuencias cuando
existe sincronía entre el evento y nuestros pensamientos.
Existen
ejemplos bíblicos que relatan intuiciones, como el caso de Job antes de perder todos sus bienes, incluyendo su propia familia. “Porque el temor que me espantaba me ha
venido, y me ha acontecido lo que yo temía.” (Job 3:25). En este pasaje bíblico podemos notar, que aunque Dios le
había bendecido con bienes materiales, existía dentro de él, la incertidumbre
de que algún día podría perderlo todo. No confió plenamente en Dios, más
permitió que en sus pensamientos germinara la semilla de la duda y ésta se hizo
realidad ante sus ojos.
¿Nos enseña la experiencia de Job alguna
lección?...Siempre debemos rechazar pensamientos negativos, y sólo pensar
en lo que nos edifique. Bien lo dijo el apóstol Pablo: “Por lo demás
hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si existe virtud alguna,
si algo digno de alabanza en esto pensad.” (Filipenses 4:8).
¿Qué dice la
Biblia de las visiones?- En muchas partes de la Biblia encontramos historias de hombres que tuvieron visiones para
predecir el futuro. “Vi un sueño que me
espantó, y tendido en mi cama, las imaginaciones y visiones de mi cabeza me turbaron.”
Relato bíblico de la visión del rey Nabucodonosor
(630 AC). También encontramos las visiones de Ezequiel: “En visiones de Dios me llevó
a la tierra de Israel y me puso sobre un monte muy alto.” (Ezequiel 40:1).
Y ¿Qué podemos decir de la gran revelación
dada a Juan en la isla de Patmos, donde vio el fin
de los tiempos?... “Yo estaba en el Espíritu en el
día del Señor, y oí una gran voz como de trompeta”. (Apocalipsis 1:10).
¿Cómo influye esa energía cuántica en
nuestros pensamientos? ¿Es acaso posible que pudiéramos hacer daño e incluso
violar imaginariamente?- El hijo de Dios nos dice rotundamente: “Pero yo os digo que cualquiera que mira a
una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.” (Mateo 5:28). Es una violación no llevada
a cabo en el plano físico, pero sí en el metafísico, porque traspasamos con
nuestros pensamientos, el campo energético de esa persona.
En este
universo cuántico, todo
es manifestado
a través del campo
energético que
existe. Las Sagradas
Escrituras nos indican que, nada
está oculto que no sea manifiesto;
inclusive, Dios conoce nuestros
pensamientos.
“Porque Jehová
escudriña los
corazones de todos
y entiende
todo intento de los
pensamientos.” (Crónicas 28:9).
También Jesús
percibía los
pensamientos y
los descifraba. “Entonces, algunos de
los escribas decían dentro de sí: Este blasfema. Y conociendo Jesús los pensamientos
de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? (Mateo 9:3).
De todo
lo expuesto, concluimos que en efecto, la ciencia haciendo uso de la física
cuántica, sólo viene a resaltar que como decía Einstein: “Dios no juega a
los dados”, y todos somos partes de la gran creación divina donde: “Todos los seres humanos, vegetales, o
polvo cósmico, bailamos al compás de una melodía misteriosa entonada a la
distancia por un músico invisible”. Por consiguiente, todos somos parte de un universo cuántico donde existe energía, frecuencia y vibración. Esa gran red energética que entrelaza cada partícula y cada átomo que existe en el vasto universo. Donde nuestros pensamientos, concatenados con los deseos de nuestro corazón, forman una unidad que interactúa, modifica y crea nuestra realidad objetiva transformando la materia.
¡La gracia y las bendiciones de Dios sean contigo!
Frank Zorrilla