Mis queridos Amigos y Hermanos,
“A
falta de objetivos claros, siendo extremadamente fieles a realizar las
trivialidades diarias, nos convertimos en esclavos de ellas.” Robert
A. Heinlein.
Muchos seres humanos tendemos a empezar cosas y no terminarlas. Dejamos trunca nuestra carrera profesional, y quizás, nunca logramos llegar a la meta deseada o lograr un objetivo específico, por actitudes mentales que nos controlan: El enfoque mental y la energía personal.
Si analizamos concienzudamente la
trayectoria de grandes hombres y mujeres de éxito, encontraremos que esos hombres
y mujeres, además de ser emprendedores y tener buena voluntad para obrar, también tenían el enfoque mental (visión) y la energía personal (ánimo) para
lograr sus propósitos o metas deseadas.
Indudablemente, la gran mayoría de
los seres humanos desean conquistar el éxito, o al menos lograr un propósito específico durante su estancia en esta Tierra, pero es la asimilación de estos dos procesos:
El enfoque mental y la energía personal
lo que en definitiva, va a marcar la diferencia entre, el fracaso y el éxito…
Cuando menciono la
palabra “asimilar”, me refiero al hecho de guiar nuestra
vida diligente y significativamente hacia un propósito definido y concentrado a altas expectativas. Por lo tanto, es necesario establecer parámetros
definidos que nos permitan reconocer nuestro enfoque mental, y
nivel
de energía personal, para de esta forma medir nuestro desarrollo a
través del tiempo.
Las
preguntas que debemos hacernos son: ¿Dónde estoy en el momento
actual y hacia dónde quiero ir? – Pero, ante todo, debemos
comprender: Qué significa: “Enfoque Mental” y “Energía Personal”.
Desde el punto de vista epistemológico, enfoque mental no es más que la actitud mental que tiene un
individuo en concebir de una forma clara y concisa una meta o un objetivo. Y “energía personal”, es ese
vigor que inyecta intensidad a ese compromiso personal que hemos adoptado como
meta u objetivo.
Si analizamos la relación
entre “enfoque mental” y “energía personal” en
una matriz lineal, podremos entender si poseemos la capacidad para alcanzar
grandes y exitosos logros o por el contrario, pertenecemos a un círculo vicioso
de estancamiento repetitivo que traerá frustración en nuestra vida profesional
y social.
A continuación
una matriz lineal entre enfoque mental
Vs energía personal.
- BAJO ENFOQUE MENTAL Vs BAJA ENERGÍA PERSONAL- Con esta actitud mental, no sabemos hacia dónde vamos, ni tenemos la energía para cambiar ese estado. Nos mantenemos en el continuismo, haciendo lo mismo y postergando día tras día sin tomar decisiones que nos saque de la rutina. Convirtiéndonos en: “procrastinadores empedernidos”.
Como bien
dijo Zig Ziglar: “Es la falta de dirección,
no la falta de tiempo donde radica el problema. Todos tenemos días de
veinticuatro horas”.
- BAJO ENFOQUE MENTAL Vs ALTA ENERGÍA PERSONAL– Con esta actitud mental, no existe visión de lo que queremos, y ni tan siquiera sabemos hacia dónde nos dirigimos... Sentimos la gran necesidad de hacer algo; dejándonos persuadir por el estrepitoso impulso de lograr algo, pero sin antes reflexionar de las consecuencias de nuestros actos y decisiones. Es muy parecido a un barco repleto de mercancía, pero sin un puerto dónde atracar, dando círculos en mar abierto.
Tengamos presente que, la única
cualidad que define a los líderes es la capacidad para crear y hacer realidad
una visión a través del enfoque mental
que les permite persuadir distracciones que pueden contaminar la claridad de lo
que ven en su interior.
- ALTO ENFOQUE MENTAL Vs BAJA ENERGÍA PERSONAL – Esta actitud mental se caracteriza por adoptar una conducta obstinada de estar a la defensiva. Actitud que nos impide reconocer el problema o la situación, y por consiguiente, nunca damos los pasos necesarios para corregirlo, esperando que todo tome su curso de manera mágica o divina. El famoso Síndrome del Avestruz.
Como dijera Albert Einstein: “Hay
una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica:
la voluntad del hombre”. Es el optimismo
lo que conduce al logro; nada puede realizarse sin esperanzas.
- ALTO ENFOQUE MENTAL Vs ALTA ENERGÍA PERSONAL– ¡Es precisamente esta actitud mental, la que hace la diferencia!... La que proporcionará el éxito, una vez pongamos en práctica: La lucidez para visualizar hacia dónde nos dirigimos, decidimos la ruta a seguir y actuamos de acuerdo a un plan establecido. Ya sea preparándonos, ejercitándonos en el conocimiento o en la instrucciones para llegar a la meta deseada.
“El precio del éxito es trabajar duro y la determinación de que, sin
importar si perdiste o ganaste, diste lo mejor de ti mismo en el proyecto”. Vince Lombardi.
¿Crees que el éxito es
sólo relacionado al ambiente empresarial o laboral?- Pues, ¡no! También está relacionado al área espiritual
y social de un individuo. Por lo tanto, el mismo concepto de enfoque (visión)
y energía (ánimo) puede emularse para obtener los resultados
que deseemos en otros ámbitos; ya sea en la culminación de un proyecto social
como en la vida cristiana.
Si
buscamos inspiración para aprender a enfocarnos mentalmente y mantener
esa energía personal, por qué no emular a Jesús de Nazaret...
En más de una ocasión, Jesús demostró su devoción, su enfoque
y energía en la gran misión de rescatar al hombre de la muerte
eterna, de servir de puente entre el Creador y el inicuo pecador… Jesús pudo elegir ser rey, pudo retrasar o quizás cambiar de actitud cuando todo parecía
no tener sentido; sin embargo, continuó con su enfoque para culminar con
éxito la misión encomendada. De igual manera, muchos de los apóstoles emularon
su ejemplo con el objetivo de ganar la eternidad.
Pensemos en los propósitos que hemos dejado a un lado... Cuánto hemos dejado de avanzar
por perder el enfoque o no tener visión y por no tener esa energía, dejarnos persuadir por el desánimo...
No nos demos por vencidos, porque mientras tengamos aliento hay esperanzas. Nunca es tarde para retomar el
enfoque y la energía personal. Prosigamos a la meta pidiendo la
bendición del Altísimo para que Él nos proporcione la sabiduría necesaria para
discernir los acertijos que enfrentaremos para lograr nuestros propósitos. Digamos
como dijo el apóstol Pablo: “¡Para todas
las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder!”(Filipenses 4:13).
¡Dios los bendiga rica y abundantemente!
¡Dios los bendiga rica y abundantemente!
Frank Zorrilla