domingo, 24 de noviembre de 2019

ENFOQUE MENTAL Y ENERGÍA PERSONAL: "La Doble Fuerza Que Determina Nuestro Destino."



“A falta de objetivos claros, siendo extremadamente fieles a realizar las trivialidades diarias, nos convertimos en esclavos de ellas.”— Robert A. Heinlein.


      
Mis queridos Amigos y Hermanos:

     Muchos seres humanos tendemos a comenzar cosas y no terminarlas. Dejamos trunca una carrera profesional, proyectos personales, sueños que alguna vez ardieron en el corazón... y al final nos quedamos a medio camino. ¿Por qué? No siempre por falta de capacidad, sino por dos factores internos que gobiernan silenciosamente nuestro destino: El enfoque mental y la energía personal.


     Si analizamos con detenimiento la trayectoria de grandes hombres y mujeres que han alcanzado el éxito—en cualquier campo— descubriremos que, además de ser emprendedores, talentosos y tener buena voluntad para obrar, también poseían dos cualidades poderosas:

     1.   Una visión clara (enfoque mental)

     2.   La disposición para actuar con constancia (energía personal) 

     Sin estas dos fuerzas trabajando juntas, la vida nos conduce a la frustración, la postergación y el estancamiento. 

     Indudablemente, la gran mayoría de los seres humanos desean conquistar el éxito, o al menos tener una vida con propósito, pero es la asimilación de estos dos procesos, los que en definitiva, va a marcar la diferencia entre, el fracaso y el éxito.

     ¿Qué significa realmente "enfoque mental" y "energía personal"?

     Desde una perspectiva epistemológica: 


  •     Enfoque mental es la capacidad de concebir una meta con claridad y sostenerla en el pensamiento sin permitir que las distracciones la apaguen.
  •     Energía personal es el vigor interior, el ánimo y la voluntad de actuar conforme a esa visión.

      Esta combinación crea una brújula interna. Cuando una falla, la otra se debilita; pero cuando ambas están alineadas, el ser humano se convierte en un canal de propósitos.

     El filósofo alemán Arthur Schopenhauer, con su conocida visión pesimista del mundo, decía:

     "El destino es cruel y los hombres son miserables."

     Sin embargo, esta afirmación se vuelve un espejo que nos invita a reflexionar: ¿vivimos como víctimas de las circunstancias, o ejerceremos nuestra voluntad para dirigir nuestra vida?

     La Biblia responde con un mensaje opuesto, y esperanzador:

     "Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad." (Filipenses 2:13)

     No estamos destinados al fatalismo; somos llamados a actuar con propósito.

     A continuación, exploro una matriz lineal de las cuatro combinaciones posibles entre estas dos fuerzas internas. Enfoque mental y Energía personal.

  • BAJO ENFOQUE MENTAL + BAJA ENERGÍA PERSONAL  
     Con esta actitud mental, no sabemos hacia dónde vamos, ni tenemos el ánimo para cambiar la situación. La rutina se vuelve un círculo interminable y la procrastinación domina. Un continuismo parasitario se apodera de nuestra mente.

 Zig Ziglar lo expresó magistralmente:

“Es la falta de dirección, no la falta de tiempo donde radica el problema. Todos tenemos días de veinticuatro horas.” 

  • BAJO ENFOQUE MENTAL + ALTA ENERGÍA PERSONAL

 Con esta actitud mental, sentimos la gran necesidad de hacer algo. Tenemos impulso, pero no tenemos dirección. Corremos sin mapa. Es como un barco repleto de mercancía pero sin un puerto donde atracar.

     John C. Maxwell diría: 

"El liderazgo es influencia, nada más y nada menos."

Y esa influencia comienza por dirigirnos a nosotros mismos.

     Tengamos presente que, la única cualidad que define a los líderes es la capacidad para crear y hacer realidad una visión a través del enfoque mental que les permite persuadir distracciones que pueden contaminar la claridad de lo que ven en su interior. 

  • ALTO ENFOQUE MENTAL + BAJA ENERGÍA PERSONAL 
       Aunque sabemos lo que queremos, nos falta la voluntad para actuar. Caemos en el "síndrome del Avestruz":  una actitud obstinada y a la defensiva que nos impide reconocer el problema. Al negar la realidad, nunca llegamos a dar los pasos necesarios para solucionarlo, esperando, en cambio, que se resuelva por sí solo de manera mágica
      Albert Einstein lo afirmó con claridad:

“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad del hombre.”

      Es el optimismo lo que conduce al logro; nada puede realizarse sin esperanzas.

  • ALTO ENFOQUE MENTAL + ALTA ENERGÍA PERSONAL
      Esta combinación es la clave del éxito. Visualizamos con claridad, planificamos con intención y actuamos con determinación. Esto implica tener la lucidez para ver nuestro destino, la sabiduría para trazar la ruta y la disciplina para seguir el plan establecido. Todo ello se concreta en acciones como prepararnos, adquirir conocimientos y seguir las instrucciones que nos llevarán a la meta deseada.

     Vince Lombardi lo resumió así:

“El precio del éxito es trabajar duro y la determinación de que, sin importar si perdiste o ganaste, diste lo mejor de ti mismo en el proyecto.”

   ¿Crees que el éxito es sólo relacionado al ambiente empresarial o laboral?- 

     Pues, ¡no! Estas ideas tienen una profunda dimensión espiritual y social. La vida cristiana requiere visión y vigor, disciplina y perseverancia

     Si buscamos el ejemplo perfecto de enfoque y energía personal, miremos a  Jesús de Nazaret... Pudo elegir el poder, el prestigio o la comodidad, pero mantuvo su mirada fija en su misión: rescatar al hombre y reconciliarlo con Dios.  

      Jesús demostró su devoción, su enfoque y energía en la gran misión de rescatar al hombre de la muerte eterna, de servir de puente entre el Creador y el inicuo pecador. 

     Incluso cuando la tarea parecía incomprensible para sus discípulos, Jesús permaneció firme. Su enfoque no vaciló; su energía espiritual no decayó. Los apóstoles siguieron su ejemplo, impulsados por la visión de la eternidad.

   El apóstol Pablo escribió: 

     "Olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta.." (Filipenses 3:13-14)

     Un mensaje que resume toda esta filosofía de vida.

     ¿Cuántos sueños han quedado abandonados en nuestro camino? ¿Cuánto hemos dejado de avanzar por perder el enfoque o permitir que el desánimo nos robe la energía?

     Aun filósofos misántropos como Emil Cioran afirmaban:

     "No nacemos para cumplir un propósito, sino para sobrevivir al vacío."

     Pero la fe cristiana responde con una esperanza mucho mayor:

     "Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como águilas..." (Isaías 40:31)

     Nunca es tarde para retomar el rumbo. Si tenemos aliento, tenemos esperanza. Pidamos al Altísimo que nos dé la sabiduría para tomar decisiones acertadas y la energía para perseverar. 

    Digamos como dijo el apóstol Pablo:

“¡Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder!”(Filipenses 4:13).


¡Dios los bendiga rica y abundantemente!

Frank Zorrilla