
“A
falta de objetivos claros, siendo extremadamente fieles a realizar las
trivialidades diarias, nos convertimos en esclavos de ellas.”— Robert
A. Heinlein.
Mis queridos Amigos y Hermanos:
Muchos seres humanos tendemos a
comenzar cosas y no terminarlas. Dejamos trunca una carrera profesional, proyectos personales, sueños que alguna vez ardieron en el corazón... y al final nos quedamos a medio camino. ¿Por qué? No siempre por falta de capacidad, sino por dos factores internos que gobiernan silenciosamente nuestro destino: El enfoque mental y la energía personal.
Si analizamos con detenimiento la trayectoria de grandes hombres y mujeres que han alcanzado el éxito—en cualquier campo— descubriremos que, además de ser emprendedores, talentosos y tener buena voluntad para obrar, también poseían dos cualidades poderosas:
1. Una visión clara (enfoque mental)
2. La disposición para actuar con constancia (energía personal)
Sin estas dos fuerzas trabajando juntas, la vida nos conduce a la frustración, la postergación y el estancamiento.
Indudablemente, la gran mayoría de
los seres humanos desean conquistar el éxito, o al menos tener una vida con propósito, pero es la asimilación de estos dos procesos, los que en definitiva, va a marcar la diferencia entre, el fracaso y el éxito.
¿Qué significa realmente "enfoque mental" y "energía personal"?
Desde una perspectiva epistemológica:
- Enfoque mental es la capacidad de concebir una meta con claridad y sostenerla en el pensamiento sin permitir que las distracciones la apaguen.
- Energía personal es el vigor interior, el ánimo y la voluntad de actuar conforme a esa visión.
Esta combinación crea una brújula interna. Cuando una falla, la otra se debilita; pero cuando ambas están alineadas, el ser humano se convierte en un canal de propósitos. El filósofo alemán Arthur Schopenhauer, con su conocida visión pesimista del mundo, decía:
"El destino es cruel y los hombres son miserables."
Sin embargo, esta afirmación se vuelve un espejo que nos invita a reflexionar: ¿vivimos como víctimas de las circunstancias, o ejerceremos nuestra voluntad para dirigir nuestra vida?
La Biblia responde con un mensaje opuesto, y esperanzador:
"Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad." (Filipenses 2:13)
No estamos destinados al fatalismo; somos llamados a actuar con propósito.
A continuación, exploro una matriz lineal de las cuatro combinaciones posibles entre estas dos fuerzas internas. Enfoque mental y Energía personal.
- BAJO ENFOQUE MENTAL + BAJA ENERGÍA PERSONAL
“Es la falta de dirección,
no la falta de tiempo donde radica el problema. Todos tenemos días de
veinticuatro horas.”
- BAJO ENFOQUE MENTAL + ALTA ENERGÍA PERSONAL
Con esta actitud mental, sentimos la gran necesidad de hacer algo. Tenemos impulso, pero no tenemos dirección. Corremos sin mapa. Es como un barco repleto de mercancía pero sin un puerto donde atracar.
"El liderazgo es influencia, nada más y nada menos."
Y esa influencia comienza por dirigirnos a nosotros mismos.
Tengamos presente que, la única
cualidad que define a los líderes es la capacidad para crear y hacer realidad
una visión a través del enfoque mental
que les permite persuadir distracciones que pueden contaminar la claridad de lo
que ven en su interior.
- ALTO ENFOQUE MENTAL + BAJA ENERGÍA PERSONAL
Albert Einstein lo afirmó con claridad: “Hay
una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica:
la voluntad del hombre.”
Es el optimismo
lo que conduce al logro; nada puede realizarse sin esperanzas.
- ALTO ENFOQUE MENTAL + ALTA ENERGÍA PERSONAL
Vince Lombardi lo resumió así:“El precio del éxito es trabajar duro y la determinación de que, sin
importar si perdiste o ganaste, diste lo mejor de ti mismo en el proyecto.”
¿Crees que el éxito es
sólo relacionado al ambiente empresarial o laboral?-
Pues, ¡no! Estas ideas tienen una profunda dimensión espiritual
y social. La vida cristiana requiere visión y vigor, disciplina y perseverancia.
Si
buscamos el ejemplo perfecto de enfoque y energía personal, miremos a Jesús de Nazaret... Pudo elegir el poder, el prestigio o la comodidad, pero mantuvo su mirada fija en su misión: rescatar al hombre y reconciliarlo con Dios.
Jesús demostró su devoción, su enfoque
y energía en la gran misión de rescatar al hombre de la muerte
eterna, de servir de puente entre el Creador y el inicuo pecador. Incluso cuando la tarea parecía incomprensible para sus discípulos, Jesús permaneció firme. Su enfoque no vaciló; su energía espiritual no decayó. Los apóstoles siguieron su ejemplo, impulsados por la visión de la eternidad.
El apóstol Pablo escribió:
"Olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta.." (Filipenses 3:13-14)
Un mensaje que resume toda esta filosofía de vida.
¿Cuántos sueños han quedado abandonados en nuestro camino? ¿Cuánto hemos dejado de avanzar por perder el enfoque o permitir que el desánimo nos robe la energía?
Aun filósofos misántropos como Emil Cioran afirmaban:
"No nacemos para cumplir un propósito, sino para sobrevivir al vacío." Pero la fe cristiana responde con una esperanza mucho mayor:
"Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como águilas..." (Isaías 40:31)
Nunca es tarde para retomar el rumbo. Si tenemos aliento, tenemos esperanza. Pidamos al Altísimo que nos dé la sabiduría para tomar decisiones acertadas y la energía para perseverar.
Digamos
como dijo el apóstol Pablo:
“¡Para todas
las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder!”(Filipenses 4:13).
¡Dios los bendiga rica y abundantemente!
Frank Zorrilla

