Mis queridos hermanos y amigos,
Las inmortales palabras de Neil Armstrong, comandante de la misión Apolo 11 que
alunizó en 1969 — "un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad."— resonaron como himno de esperanza en una nueva era. Sin embargo, ese salto fue también el inicio de una desconexión: mientras el hombre alzaba la mirada al espacio, dejaba atrás un planeta enfermo.
¿Fue ese "gran salto" del comandante Armstrong hacia el futuro... o una huida del presente?

"Lo que hacemos con el espacio refleja lo que somos en la Tierra." — Carl Sagan
La carrera espacial ha sido exaltada como símbolo del ingenio humano. Pero tras ese relato heroico, se ocultan intereses geopolíticos, económicos y elitistas. Según el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), en 2023 se invirtieron más de 42 mil millones de dólares en exploración espacial a nivel mundial

"El conocimiento multiplica los medios de destrucción, no la compasión." — Albert Einstein.
Indudablemente, el espacio se ha convertido en la nueva frontera del poder, no de la salvación. Es una búsqueda de control, no de rendición. Y quienes la financian no lo hacen por amor a la humanidad:
- NASA: 21.21 billones de dólares (2019)
- Unión Europea —7.2 billones de dólares
- China —6.0 billones de dólares
- Rusia —3.0 billones de dólares
- India —1.8 billones de dólares
- SpaceX (sector privado): 1.0 billones de dólares anuales.
"Vivimos en la era del Antropoceno, donde el ser humano se ha convertido en la mayor fuerza geológica del planeta." — Paul Crutzen, Nobel de Química.
El deterioro ambiental ya no es una advertencia futura; es una realidad irreversible. Desde que el hombre puso pie en la Luna, el planeta ha sufrido un deterioro catastrófico a expensas del desarrollo tecnológico.
- Según IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) 2023, la Tierra se ha calentado 1.2 Grados Celsius desde la era preindustrial.
- Según el WWF(Fondo Mundial para la Naturaleza) 2022, más de un millón de especies están en peligro de extinción.
- Los mantos acuíferos están sobreexplotados y los ecosistemas, al borde del colapso.

Algunos hombres de ciencia estiman que el deterioro
progresivo de nuestro planeta se debe al desequilibrio poblacional y a los
cambios climáticos ocasionados por la deforestación,
al auge industrial y la contaminación que generan las empresas de producción a
gran escala.
Surgen entonces preguntas que claman respuestas:
- ¿Por qué gastar tanto en Marte y en estaciones espaciales y no en curas para enfermedades mortales?
- ¿Por qué no invertir en combatir la pobreza o mejorar la educación?
- ¿A quiénes beneficiarán realmente estos avances tecnológicos?
- Se están preparando para escapar ante un eventual colapso global?

Sin embargo, el común denominador es la exclusividad: pocos podrán costear esos "salvavidas tecnológicos". La analogía con el arca de Noé no es casual.
"Cuando los hombres dicen 'paz y seguridad', entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina." (1 Tesalonicenses 5:3)
¿Está el planeta en cuenta regresiva?

Sectores vinculados a la comunidad científica advierten que la Tierra enfrenta un cataclismo cíclico inminente, basado en el agotamiento de recursos esenciales, el cambio climático y la amenaza de meteoritos capaces de replicar el evento catastrófico que extinguió a los dinosaurios.
Pero
este apocalipsis no se detendrá únicamente con ciencia, sino con conciencia y arrepentimiento. Porque lo que la humanidad ha sembrado con soberbia, lo cosechará con juicio.

"Los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas." (2 Pedro 3:10)
Desde hace décadas, la ciencia advierte de un colapso. La Biblia lo profetiza. Las similitudes entre los informes del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) y las visiones del Apocalipsis son demasiado claras: hambrunas, pestes, guerras, caos climático y colapso económico.
"En aquellos días los hombres buscarán la muerte...y la muerte huirá de ellos." (Apocalipsis 9:6)

Ni cohetes ni estaciones espaciales evitarán lo que viene. Las profecías bíblicas anuncian una destrucción global inevitable. acompañada del regreso glorioso de Cristo.
"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán." (Mateo 24:35)

"Luego nosotros... seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire." (1 Tesalonicenses 4:17)
Este es el verdadero refugio. No una base en Marte. No una estación orbital. Sino un nuevo cielo y una tierra nueva, donde "no habrá más muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor" (Apocalipsis 21:4)
Mientras los poderosos buscan salvarse con inteligencia artificial, energía nuclear y tecnología espacial, tú puedes prepararte espiritualmente para lo que viene. No hay planeta más perfecto que la Tierra, ni refugio más seguro que la presencia del Altísimo.
La carrera espacial refleja el alma de la humanidad: brillante en conocimiento, pero vacía en conciencia. La verdadera solución no está en los astros, sino en el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

Lo que se avecina no será detenido por cohetes... sino por el retorno del Creador.
¡Dios les bendiga rica y abundantemente!
Frank
Zorrilla