miércoles, 11 de septiembre de 2019

EL PROGRAMA ESPACIAL Y LA DESTRUCCIÓN DE LA TIERRA

Mis queridos hermanos y amigos,

"Ese es un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad". – Neil Armstrong

     Las palabras de Neil Armstrong, comandante de la misión espacial que alunizó la nave Apolo 11 en 1969, marcó un hito histórico para la conquista del espacio. Según algunos entusiastas de la exploración espacial, la pisada del hombre en la superficie lunar, representa uno de los episodios más importantes en la historia de la humanidad. Aunque otros opinan que esa hazaña, sólo cambió la mirada del hombre hacia el espacio, descuidando las necesidades de su propio hábitat, el planeta Tierra.

     Si acudimos a los libros de historia, encontraremos que, la rivalidad existente entre dos súper potencias, Estados Unidos de América y la antigua URSS motivó la carrera espacial. El lanzamiento del Sputnik 1 (Primer satélite artificial que circundó la Tierra en 1957) parecía darle ventaja a la URSS(Unión Rusa Socialista Soviética), pero en 1969, el presidente de los Estados Unidos de América, John F. Kennedy, invirtió los términos y consiguió que un hombre pisara la Luna. Desde ahí en adelante, a la conquista del espacio se han unido otras potencias, como la Unión Europea, China, India, Canadá y Japón.

     Indudablemente, la carrera lunar en 1969 impactó visiblemente el sentimiento del hombre para conquistar el espacio. Esto lo podemos percibir en la estética cinematográfica, en la imaginación futurística, en la conciencia ecológica, así como en la memoria colectiva de científicos auspiciados por naciones súper desarrolladas y ciertas familias elitistas muy ricas y poderosas, quienes además de tener interés en la exploración fuera del planeta, también ejercen un cabildeo e influencia descomunal en asuntos que atañen a la humanidad a nivel global, tanto en los temas socioeconómicos, culturales, de salud y geopolíticos. Si no lo consideran así, analicen quienes acuden a las reuniones anuales del hermético grupo “Bilderberg”…

     A la sazón, y desde hace 50 años, cuando el hombre puso pie en la Luna, el planeta Tierra ha venido sufriendo un deterioro medioambientalista catastrófico a expensas del desarrollo tecnológico que hemos logrado. Algunos hombres de ciencia estiman que el deterioro progresivo de nuestro planeta se debe al desequilibrio poblacional y a los cambios climáticos ocasionados por la deforestación, al auge industrial y la contaminación que generan las empresas de producción a gran escala.

     Existe una gran preocupación a nivel de la élite global por la súper población mundial que hoy día sobrepasa los 7.5 billones de personas. ¿Qué pasará con los recursos naturales que sostienen la vida si la población mundial sigue creciendo? Y ¿Cómo lidiar con posibles pandemias que pondrían en riesgo a toda la humanidad?... Temas que se ventilan anualmente en las reuniones Bilderberg.

     Examinando detenidamente los acontecimientos globales, existe una reciprocidad o conexión entre la exploración espacial de los últimos 20 años y el desmejoramiento climático, los cambios en los mantos acuíferos, la pérdida de minerales en el subsuelo y acrecentamiento de fenómenos naturales con el calentamiento global… 

     En efecto, si nos enfocamos en el presupuesto global que se utiliza para investigación espacial, encontraremos que la suma de dinero que se gasta en proyectos espaciales, es exorbitante. Sólo la NASA(Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio) aumentó su presupuesto a 21.21 billones de dólares para el 2019 de 20.74 billones que se gastó en el 2018. A esto le sigue UE(7.2 billones), China(6.0 billones), Rusia(3.0 billones), India(1.8 billones), y aunque no lo creas, también el sector privado. La empresa Tesla invierte 1.0 billones de dólares anuales en la exploración espacial.




     Ante esa cuantiosa cantidad de dinero (aproximadamente 41.2 billones de dólares al año), muchos se preguntan:


  • ¿Por qué esas agencias gastan millones de dólares buscando vida y otros recursos en otros planetas, mientras en la Tierra, millones mueren por falta de alimentos y agua potable?
  • ¿Por qué no utilizar ese dinero en investigaciones científicas para encontrar la cura a enfermedades letales?
  • ¿Por qué no se usa para combatir la pobreza y la escasez de viviendas?
  • ¿Por qué no invertirlo para desarrollar programas sociales?

     La lista de preguntas es interminable, pero muchos expertos consideran que son preguntas absurdas, ya que según ellos,  la pobreza en el globo terráqueo no tiene paliativos… ¿Estarán buscando alternativas para escapar de la Tierra en caso de una catástrofe inminente?...    


     De acuerdo a sectores ligados al mundo científico, existe la creencia generalizada en esa comunidad que, a la Tierra le espera un cataclismo cíclico inminente. Así lo demuestran, la decadencia de recursos esenciales y el cambio climático. Desde luego que, no faltan los que creen en la inminente destrucción de la Tierra por causa de rocas espaciales o meteoritos, como sucedió en la era de los dinosaurios.

     ¿Será la creación de la Estación Internacional y los últimos proyectos al planeta Marte un posible refugio en caso ocurra un cataclismo global?... Y si encuentran un planeta con capacidad para albergar la vida, ¿Quiénes tendrán la oportunidad de ocupar un asiento en uno de esos transbordadores espaciales?...

     En el capítulo: “UN APOCALIPSIS ANUNCIADO” de mi libro CONOCIENDO A DIOS A TRAVÉS DE LA CIENCIA, hablo en detalles sobre algunas iniciativas y proyectos secretos espaciales que se han llevado a cabo a través de los años, con el explicito propósito, de encontrar soluciones viables fuera del planeta, y así preservar la raza humana en caso de una catástrofe global. Lo penoso de esos planes, y como es de esperarse, no incluye a la mayoría, aunque todos contribuimos con impuestos para esos proyectos. Sólo un grupo muy selecto (científicos, atletas de alto rendimiento, familias ricas y poderosas, líderes mundiales, personas con alto coeficiente intelectual), tendrán la oportunidad de escapar de la Tierra para luego volver a repoblarla una vez ésta vuelva a la estabilidad y a la normalidad. Muy similar a los días de Noé y el arca.

    Apocalipsis, el último libro de la Biblia, es uno de los escritos que más se han estudiado y tratado de interpretar a través de la historia. Este nos da revelación sobre acontecimientos que acaecerán al final de los tiempos. Hambre, guerras, desastres naturales, persecución de la iglesia y la marca de la bestia, escasez y colapso de la economía mundial, la gran tribulación y la famosa Guerra del Armagedón, la cual afectará a todas las naciones de la tierra. Eventos que traerán destrucción total y la aparición de Jesús en busca de su pueblo. En aquellos días los hombres buscarán la muerte y no la hallarán; y ansiarán morir, y la muerte huirá de ellos.” (Apocalipsis 9:6).

     Aunque los hombres de ciencia, líderes mundiales y la élite que rige la Tierra quieran escapar de los eventos apocalípticos que profetiza las Sagradas Escrituras, será imposible esfumarse o evadir lo que vendrá. Nunca encontrarán otro planeta que posea los recursos necesarios para sostener la vida. “y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros y escondednos de la presencia del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero,”(Apocalipsis 6:16). El apóstol Pedro provee una pista de ese evento sin igual, cuando señala: Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas.” (2 Pedro 3:10).

     Pero no todo será nefasto. Según el apóstol Pablo, existe otro destino para los que han puesto sus esperanzas en el Eterno...
 «Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.» (1 Tesalonicenses 4,16-17)

 ¿Estás preparado para esos acontecimientos finales?...

¡Dios te bendiga y te guarde!


Frank Zorrilla