martes, 9 de julio de 2013

"VIVIENDO BAJO EL DESAFUERO DE UN SISTEMA CORROMPIDO POR LA AVARICIA"


Mis queridos amigos y hermanos,


    Si la libertad es un derecho que merecemos por el sólo hecho de haber nacido, hagamos de ella nuestra mejor aliada”. Frank Zorrilla


     Lamentablemente, existen ciertas libertades promulgadas por los hombres que van en detrimento de la sociedad civilizada y ponen en riesgo la vida misma. Este es el caso de la interpretación de la segunda enmienda a la constitución americana; en donde declara el derecho que posee cualquier individuo de la Unión Americana a la tenencia, uso y transporte de armas de fuego con fines defensivos, deportivos y cinegéticos; sin perjuicio de otras actividades legales que pudieran realizarse con las mismas. Esto ha levantado en el pasado y seguirá levantando en los años por venir, una gran polémica en la sociedad americana. En primer lugar, están los que interpretan esa enmienda como: el derecho que les confiere la constitución a la tenencia de armas, y los que se oponen, considerando que el control de las armas, sólo alude a entidades oficiales como: el ejercito.

     Si repasamos la historia, encontraremos que en efecto, el derecho a la posesión de armas surgió en Inglaterra; precisamente en la Edad Media, cómo medio de defender el reinado de Enrique II. (quien promulgó una ley para que todo hombre libre poseyera una arma al servicio del rey, es decir, el derecho a la posesión de armas estaba ligado al servicio militar). Pero ya en 1689 con la declaración de los Derechos Humanos, se incluye en la constitución del Reino Unido el uso de las mismas para defensa personal. Cómo era de esperarse, este derecho fue exportado a las 13 colonias inglesas en Norteamérica, convirtiéndose en un derecho consagrado.

     Una vez esos Estados Americanos conquistaron su independencia de Inglaterra, los próceres de la nueva nación constituida, crearon la Carta Magna, para delinear los derechos ciudadanos. Entre esos derechos, la muy mencionada segunda enmienda cuyos párrafos se leen literalmente: "Siendo una milicia bien regulada y necesaria para la seguridad de un estado libre, el derecho del Pueblo en tener y portar armas no será vulnerado o infringido".

     Según algunos analistas, el pensamiento de uno de los redactores de esa enmienda, james Madison, consideró que era un peligro para todos los ciudadanos confiar plenamente en el ejercito constituido, por lo tanto, consideraba apropiado y legítimo que el ciudadano tuviese el derecho de portar armas como forma de garantizar su defensa en caso de que el Estado se corrompiera. Por lo que la creación de milicias entre los Estados, era una forma de equilibrar el poder, y no depender exclusivamente de las fuerzas de un Estado constituido.

     Si nos ponemos a analizar concienzudamente, entenderemos que durante el surgimiento de esta nación, existía el profundo temor de perder esas libertades y derechos ciudadanos que costaron tanto derramamiento de sangre; por lo es aceptable, que algunos políticos de la época consideraran cómo prioridad, el derecho de la ciudadanía para defender el nuevo sistema establecido. Pero hoy día, la falta de regulación y control de armamentos bélicos, se está convirtiendo paulatinamente en una amenaza de seguridad nacional, tanto para esta nación, cómo para el resto del mundo.

     Sin lugar a dudas, los pensamientos de uno de los mártires de los derechos civiles Martin Luther King quedarán plasmados en la inmortalidad: “Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual”. Esta nación se ha convertido en la nación con mayor producción y exportación de material bélico en el mundo; seguido de Rusia y Alemania.

     Según las estadísticas, sólo entre el 2001-2010 los Estados Unidos de América exportó sobre los 74,841 mil millones de dólares. Una cifra espeluznante al beneficio de grandes corporaciones que sustentan la base de este país.

     Datos recopilados por la UNESCO (Agencia que pertenece a las Naciones Unidas), en países como: Estados Unidos, salen al mercado alrededor de 7 millones de armas al año; y se estima que en el mundo, existe un arsenal de casi 680,000,000 de armas de fuego (un arma de fuego por cada 10 habitantes del planeta). Una gran parte de esta cifra, en manos de civiles; y el resto, a disposición de los cuerpo castrenses. Los datos del Buro Federal de Investigaciones son menos halagadores, según esta agencia americana, 200 millones de armas de fuego están legalmente en manos de civiles estadounidenses.

     Y las preguntas que debemos hacernos son las siguientes: ¿Por qué el hombre tiene que fabricar tantas armas?, ¿Qué necesidad tiene éste para producir herramientas que causan muerte?- Mientras más armas se vendan en el mundo, más aumentan las arcas de las naciones que la producen, por lo tanto, es meritorio e inclusive necesario producir convulsión y conflictos políticos para esos fines. Los productores de armas necesitan crear un desbalance social para conseguir una paz efímera. Ellos necesitan hacer del uso de las armas una cultura; por lo que es necesario, cambiar la mentalidad, introduciendo la violencia sutilmente a través de nuestros sentidos corporales (el radio, la tv, el cine, etc.).

     Para nadie es un secreto que detrás de toda esa maquinaria armamentista existe la codicia y la ambición desmedida; intereses macabros donde abunda el lucro y el poder. La Asociación Nacional del Rifle (conocida por sus siglas en ingles como la NRA), genera enormes divisas, y por ende, ejerce un poder inmenso y desmesurado en los políticos de turno de los Estados Unidos, a través de contribuciones y cabildeos.

     Esta asociación tiene un poder tan avasallador y tan enorme en el Congreso de los Estados Unidos, que aún a pesar de los asesinatos en masa protagonizados por jóvenes emocionalmente desquiciados, los políticos se limitan en sus declaraciones; tal como sucedió en las pasadas contiendas electorales, cuando los candidatos a la presidencia, no mencionaron a la causante de la proliferación armamentística: “La segunda Enmienda a la constitución americana.” 


     Los políticos son tan leales a la NRA (Asociación Nacional del Rifle), que el gobernador de Colorado (Estado americano donde sucedió la masacre del 25 de Julio 2012 donde perdieron la vida 14 personas y 58 resultaron heridas de bala) al ser cuestionado por los periodistas: ¿Es el  control de las armas de fuego y la anulación de la segunda enmienda a la constitución la solución a este tipo de drama? -Éste respondió: “Estoy convencido que James Holmes, (hombre que causó la muerte de estas personas) si no hubiesen existido las armas de fuego, hubiera asesinado usando una bomba o cualquier otra cosa”. En otras palabras, ¿Qué podemos esperar? Estos políticos, qué conocen el poder de las empresas armamentistas, prefieren seguir con el estado de cosas, y no dar declaraciones que vallan en contra de sus futuras aspiraciones políticas. ¡Se venden al mejor postor!

     ¿Qué podemos decir de la recién matanza de 29 personas (entre ellos 22 niños de apenas 5 y 6 años de edad) en una escuela elemental del estado de Connecticut el pasado viernes 14 de Diciembre?- Niños que fueron asesinados vilmente en su salón de clases por un joven de apenas 20 años. Un suceso que ha enlutado y consternado a la nación, y al mundo. Hecho trágico que por su magnitud, no existen las palabras adecuadas para expresar los sentimientos de dolor y tristeza.

     Ahora bien, no creas que el problema de las armas se limita dentro de los muros o espacios limítrofes de esta nación en donde existen 140,000 vendedores de armas registrados (datos proporcionados por Arming América). ¡Sólo en la frontera con México (Texas, Arizona y California) existen 1,400 tiendas registradas especializadas en armamento!

     Como podemos observar con los datos expuestos anteriormente, éste asunto de la producción de armas de fuego, es un problema que se exporta a todos los países del mundo, y con extensa repercusión en los países vecinos del hemisferio (México, Centro América, Sur América y el Caribe). Pensemos por un momento, en la cantidad de estas armas que entran en nuestros países ilegalmente; armas, que llegan a manos de la delincuencia y del crimen organizado; armas, que caen en las manos de bandas o grupos de facinerosos indeseable que toman el control de la dinámica de un país para promover los robos, atracos, la muerte entre peleas callejeras, ajustes de cuenta, etc.

     Lamentablemente, todos pagamos de una forma u otra por la famosa: “Segunda enmienda de USA”. El trasiego de las armas de fuego trascienden fronteras y vuelcan el estado de civismo en mundo completamente volátil. Un mundo lleno de inmundicias y de maldad, donde Satanás y sus ángeles caídos tienen dominio; ¡un mundo, en donde existe más herramientas para matar, que libros, para cultivar el intelecto! Donde la vendetta y corrupción de los organismos creados por el estado, en lugar de poner coto a ese flagelo con legislaciones más fuertes, con programas de canjes, con iniciativas de destrucción de armas, con campañas de desarme; son manipulados desde lugares nauseabundos por discípulos del príncipe de tinieblas, cuya mentalidades la utilizan para destruir y devorar como leones heridos.

     No obstante, podemos cuestionar, ¿Quién es el culpable de una muerte por heridas de arma de fuego, el arma o quien tira del gatillo? - Conocemos de ante manos, la naturaleza belicosa del hombre desde sus perturbaciones emocionales, hasta los cambios de la dinámica fisiológica que éste es capaz de experimentar en las diversas etapas de su desarrollo; especialmente en un ambiente social hostil, e influenciado directamente desde niños, con una cultura plagada de violencia en todos los medios.

     Estos aspectos mencionados en el párrafo anterior, pueden ser elementos o factores detonantes para motivar al hombre a la agresividad y la violencia. Pero existen otros aspectos sociales que no son menos importantes, como: La falta de una cultura de paz y armonía, la falta de espiritualidad y de confraternidad entre los hombres, la emancipación del hombre y su rechazo a seguir los mandamientos de Dios. Estos aspectos que acabo de mencionar, vienen a intensificar en forma exponencial, los efectos desbastadores que produce el libre albedrío.

     Es bien sabido que el hombre cuando se convierte en egotista y adopta el deísmo como convicción, se convierte en dios a través de sus propios razonamientos. Una vez en esta etapa, es capaz de cometer crímenes atroces. Ya la psicología ha tratado y seguirá tratando en vano, de buscar soluciones permanentes a los procesos mentales del hombre y los trastornos de la personalidad. Pero, si añadimos a esa condición del hombre el poder adquirir fácilmente herramientas útiles para matar, estamos facilitando los medios para cometer crímenes horrendos. 

     Sólo pensemos por un momento que, en la mayoría de los estados de la Unión Americana, con un simple cartón de identidad (Licencia de conducir vehículos de motor), una persona sin récord criminal, puede comprar un rifle de asalto AK47 (rifle con capacidad para disparar 100 proyectiles por minuto en posición automática); que dicho sea de paso, este tipo de rifle, formaba parte del arsenal que le decomisó la policía a, James Holmes, el día de la tragedia de Colorado.

     Nosotros, los lectores de las Sagradas Escrituras, sabemos que ningún estudio científico va a resolver este problema social. Mientras más se emancipa el hombre; mientras más se aleja de Dios, más convulsiones sociales y más inestabilidad habrá en el mundo, por tanto, es necesaria una transformación a través de Cristo; y como decía Martin Luther King: “Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá no tuviera la necesidad de soñarlas”.

¡Que Dios los bendiga rica y abundantemente!

Frank Zorrilla