martes, 12 de noviembre de 2013

¿SE NACE SIENDO LÍDER O SE CONSTRUYE CON ESFUERZO, CONCIENCIA Y CARÁCTER?


     "El auténtico liderazgo no se posee al nacer ni se hereda; se forja en la conciencia y el carácter...
Es un proceso que nace en la crisis, se moldea en la experiencia y se consagra en el servicio"—
Frank Zorrilla



     Mis queridos amigos y hermanos:


     ¿Alguna vez han escuchado la expresión: “Los 
líderes no nacen, se hacen”?

     Parafraseando esta afirmación, sabemos que nadie llega al mundo con conocimientos innatos ni con un destino predeterminado. Si bien algunas teorías sugieren que puede existir cierta predisposición inherente en el código genético que puede aportar al carácter, es indiscutible que sin la influencia del entorno, el aprendizaje adquirido y las experiencias derivadas de la interacción social, ese potencial nunca se materializaría en un liderazgo verdadero. 

Líder militar y político
    Como he mencionado en reflexiones anteriores, aprendemos en el camino. Nuestra comprensión del mundo se construye sobre una base de vivencias ligadas a un contexto social específico. Los psicólogos denominan a estas estructuras mentales paradigmasconjuntos de ideas que nos permiten interpretar la realidad y adaptarnos a un proceso de cambio constante. Es en este proceso donde nos reinventamos cognitivamente para asimilar, responder y avanzar. 

Líder espiritual, pacifista y transformacional
     Todos los líderes auténticos comparten un origen común: emergen como respuesta a circunstancias concretas dentro de una sociedad o grupo. Ya sea en un entorno microsocialque perjudique o afecte a un círculo reducido— o en un escenario macrosocialque involucra a una institución, una nación o incluso a la humanidad—, siempre hay un catalizador para actuar y tomar decisiones. 

     En esos momentos cruciales, alguien debe tomar la iniciativa para impulsar el cambio; alguien con la motivación, el carisma y la energía necesarios para influir en los demás. No es necesariamente el más fuerte o el más valiente, sino quien decide vestirse de coraje y actuar con determinación. 

     Como bien expresó John Quincy Adams:

Líder autocrático y autoritario 
"Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y ser más, entonces eres un líder."

   ¿Es acaso el liderazgo una cuestión de personalidad? o ¿posee esa figura que resalta como líder, características innatas y difíciles de precisar? 

     Algunos sostienen que solo quienes "nacen para ser líderes" pueden llegar a serlo. Sin embargo, la evidencia señala otros factores determinantes: el contesto situacional y la formación  educativa.

Simbiotismo entre Líder y masa
     Debe existir un ambiente propicio y un proceso de desarrollo de capacidades. Los atributos innatos no son suficientes. Los líderes se forjan mediante un proceso evolutivo donde la inteligencia, el aprendizaje y la oportunidad convergen para responder a una necesidad concreta.

     En palabras de Warren Bennis, una autoridad en el tema:

     "El liderazgo es la capacidad de transformar la visión en realidad."

     Y añadió con precisión:

     "Los líderes se hacen, no nacen. Se hacen a través de un esfuerzo arduo, que es el precio que todos debemos pagar para lograr cualquier meta que valga la pena."

     Un dicho conocido advierte: 

     “Quién dice ser un líder y nadie lo sigue, se engaña así mismo.” 

Líderes mundiales
     El liderazgo verdadero no se hereda, ni se transfiere, ni se impone. Se gana mediante una ética de trabajo sólida, empatía genuina, voluntad de cambio, visión clara y firmeza de carácter.

     Los líderes designados por  jerarquía pueden influir a través de la autoridad formal de su cargo, pero eso no los convierte en líderes auténticos. Quienes logran seguidores perdurables lo hacen por su carisma, su coherencia y la confianza que inspiran. Son vistos como portadores de esperanza y agentes de cambio real.  

     Albert Schweitzer lo resumió así:

     "El ejemplo no es lo principal para influir en los demás; es lo único."


liderazgo es acción
     Lamentablemente, la historia está plagada de figuras que, con retórica vacía y discursos demagógicos, confundieron y engañaron a seguidores bienintencionados. 

     Son aquellos cuyas intenciones ocultas se camuflan bajo gestos aparentemente nobles. La humanidad ha sufrido las consecuencias de líderes nefastos que se presentaron como modelos, pero cuyas filosofías estaban envueltas en tinieblas.

      El filósofo Platón lo advirtió hace siglos:

     "El precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores."

     Y Cicerón complementó:

     "El bienestar del pueblo es la suprema ley."

    
     El mundo tiene una  necesidad urgente de hombres y mujeres capaces. No necesariamente con títulos académicos excelsos, sino con un alto grado de conciencia, integridad y sensibilidad humana para ejercer un liderazgo auténtico en todos los niveles de la sociedad. 

     Jesucristo representa el ejemplo máximo de un de un liderazgo transformador: altruista, compasivo, incluyente y unificador. Su vida demuestra que el liderazgo genuino nace del servicio, el sacrificio y el amor incondicional. 

Jesús, el líder por excelencia
Las Escrituras
lo expresan con claridad:

     "El hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir." (Marcos 10:45)

     Y también nos recuerda:

     "El mayor entre ustedes será el servidor." (Mateo 23:11)

      El camino para forjar un carácter de líder auténtico es uno solo: fijar la mirada en Él y caminar siguiendo sus huellas.

     Una vez que hemos sido formados como líderes, es crucial mantener la humildad y no dejarnos llevar por el orgullo. Nuestra misión es guiar a otros por caminos de justicia, congruencia y servicio.

     Como señaló Oswald Sanders:

     "El verdadero líder es aquel cuyo mayor deseo es servir, no ser servido."


¡Dios les bendiga rica y abundantemente!


 Frank Zorrilla


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