jueves, 6 de febrero de 2020

COMPORTAMIENTO OBSESIVO QUE CULMINA EN IDOLATRÍA

Mis Queridos amigos y hermanos,

    
fanáticas de Justin Bieber
 Como seres emotivos, tenemos la hermosa capacidad de demostrar nuestro afecto, ternura, cariño y compasión por otro ser humano; especialmente cuando existe un vínculo relacional. Pero lastimosamente, también poseemos la misma capacidad de ser insensibles, frívolos, apáticos e indiferentes cuando no existe una interrelación o conexión con otros semejantes. 

      Sería extraordinario si nos comportáramos como seres vinculantes sin excepción de personas, pero somos selectivos, y muchas veces, mostramos facetas diversificadas o escalas emocionales de afecto hacia ciertas personas en particular hasta el punto de la genuflexión, el fanatismo y la idolatría

fanatismo deportivo
     El fanatismo y la idolatría hacia otro ser humano, interactúa en el sentimiento emocional de las personas haciendo que crezca un sentimiento emotivo, una vinculación subjetiva unidireccional que se convierte en una exacerbada admiración y una adulación enfermiza. ¡El fanático es un romántico manipulado por las virtudes de otros!

novia del cantante Drake se tatuó la frente
     Según expertos en psicología social, la cual se encarga de estudiar el comportamiento excesivo y la valoración hacia otras personas, la idolatría es un comportamiento patológico donde se manifiesta un sentimiento excesivo de admiración hacia otra persona la cual se le considera un héroe, alguien especial por su talento o atributos. Ya sea un deportista, un artista, o un personaje que consideran extraordinario por su escalafón social o estirpe real.   
  
      Muchos artistas y personajes de la farándula, figuras públicas, e inclusive, los grandes emporios que se dedican a difundir noticias, tienen conocimiento de cómo funciona la psiquis humana y cómo usar los medios audiovisuales como herramienta para manipular a la gran mayoría de la gente hasta convertirlos en fanáticos e idólatras. Es como si fuese un lavado de cerebro mediático generalizado sin necesidad de acudir a la represión…

fanático se tatúa la espalda en memoria de Kobe Bryant
      Es sabido que algunos artistas autorizan a sus agentes a usar prácticas de manipulación emocional, porque estas ayudan a aumentar su popularidad. Es decir, para ellos, la manipulación mental no es más que una herramienta para ganar fama y fortuna…Mientras más venerados son, más ranking social y por ende, más dinero para sus cuentas de banco. 

      El asunto es que, muchos personajes que están de moda en la palestra social, de forma maliciosa y malintencionada se aprovechan de la ignorancia, la inmadurez emocional, o el bajo nivel de autoestima de muchos fanáticos e idólatras, para mantenerse en el pedestal de la fama. La sociedad crea los “ídolos”. 

     
     Debemos preguntarnos: ¿Por qué se le da tanto valor a la fama, y por qué se alcanza mayor fama en ciertos ámbitos sociales que en otros?...


     Los ídolos representan la exacerbación de aquello que deseamos o aspiramos ser… En psicología, este “deseo de llegar a ser” se llama el “Ideal del Yo”. Este ideal está basado en valores, creencias, mensajes sociales, etc. 

     Personajes destacados en la música, en el cine y en los deportes abundan por centenares y son reconocidos socialmente hasta niveles absurdos de fanatismo e idolatría. Paradójicamente, nos convertimos en fanáticos incondicionales hasta el punto de llegar a un extremismo perjudicial o una obsesión enfermiza. Una vez en esa condición, queremos ser parte de sus vidas sociales. Es decir, creemos pertenecer al mismo círculo de allegados. Estamos al tanto de todo lo que les acontece. Lloramos cuando tienen un percance; aunque claro está, ellos ni se enteran de que existimos… No obstante, y cómo cómplice, ahí están los medios pagados, para saturar los medios con información morbosa y así satisfacer nuestro delirio sádico y nuestro fanatismo pernicioso.

Dr. Francis Collins
     Sin embargo, son innumerables los investigadores y científicos que viven en el anonimato, y sus vidas no nos importa en lo absoluto. Individuos que han dedicado todos sus años útiles en desarrollar soluciones sostenibles para toda la humanidad, ya sea en el campo de la medicina, la química u otras ciencias, y aún así pasan desapercibidos o son ignorados por la gran mayoría. 

     Estoy seguro que conoces a Beyonce, Brad Pitt, Tom Cruise, Kobe Bryant, Jennifer Lopez, Alex Rodriguez, Michael Jordan (quizás a una veintena de artistas o deportistas más), pero, ¿y si te hablo de Francis Collins, Wilson Greatbatch, Ben Carson o Ralph Steinman?... Pues te diré que son algunos de los más destacados científicos de nuestro tiempo, que con sus importantes logros, han conseguido expandir las fronteras del conocimiento humano, y con ello generar la posibilidad de alcanzar logros todavía aún mayores y hasta difíciles de imaginar.

Dr. Ben Carson
     Comparando los méritos de unos y de otros, ¿cuáles te parecen más importantes y dignos de reconocimiento?...

     Claro está, las personalidades que mencioné en el párrafo anterior no inundan los medios pagados de comunicación. Medios que dicho sea de paso, generan cuantiosos ingresos y manipulan con facilidad a la gente, explotando sus flaquezas para dirigirlos en función de los intereses de la industria que comercializan.

     Estoy de acuerdo con la actitud de admirar a las personas, y que eso nos sirva de estímulo para tratar de alcanzar cualquiera de las cualidades que admiramos de otros, pero cuando el gusto y la admiración por alguien se transforma en fanatismo e idolatría, comenzamos a caminar en terreno escabroso donde la cordura se convierte en locura o quizás en un profesional de la estupidez. Dicho sea de paso, al idolatrar a otro ser humano por sus cualidades artísticas o deportivas o por pertenecer a una familia de la realeza, nos minimizamos y degradamos como seres humanos al considerarlos superiores, cuando en realidad, TODOS fuimos creados iguales y la destreza en un escenario o en un deporte no los hace infalibles. 

     Son miles los casos documentados sobre fanáticos e idólatras que han perdido la razón al enterarse de que su ídolo favorito sufrió una tragedia. Algunos han caído en una fuerte depresión, y lo que es peor, han intentado suicidarse. Todo debido a una obsesión absurda.

     La trágica muerte del exjugador de baloncesto americano, Kobe Bryant y su hija, Gianna Bryant, donde otros 7 seres humanos (John Altobelli, Keri Altobelli, Alyssa Altobelli, Christina Mauser, Sarah Chester, Payton Chester y Ara Zonayan) perdieron sus vidas, producto del accidentado helicóptero donde viajaban, es una fatídica muestra de la insensatez, la frivolidad y la insensibilidad de los fanáticos e idólatras de los medios informativos. Todos sin excepción, mencionaban al exjugador y a su hija, y sólo en escasas oportunidades, se mencionan los nombres de los otros 7 seres humanos que lo acompañaban. Claro está, los medios informativos al igual que comerciantes, se lucran del morbo que genera la noticia, y muchos fanáticos, muestran su dolor ya sea en plegarias especiales, murales e inclusive tatuando sus cuerpos como gesto de recordación, pero ¿y los demás fallecidos?... Ellos, al igual que el exjugador y su hija, también merecen mención, y merecen respeto como seres humanos…

     En otro escenario, algunos pensarán que los fanáticos e idólatras no existen en el mundo espiritual, pero lastimosamente, se cuentan en cantidades industriales. Es el famoso fanatismo paradigmático.” 

     Muchos veneran a un predicador, a un evangelista, a un cantautor de música cristiana o a un líder religioso que arrastra multitudes con su elocuencia y el don de palabra… El centro de atención para estos feligreses, deja de ser Cristo, quien según las Sagradas Escrituras, es el único camino, la verdad, y la viday nadie irá al Padre sino es por él.”  (Juan 14:6). Para estos feligreses, Cristo pasa a un segundo plano, y enfocan su atención al líder espiritual, quien disfruta de popularidad y de una vida holgada de privilegios facilitada por neófitos empedernidos que los siguen, respaldan y veneran.

fanáticos en concierto musical

     El apóstol Pablo nos aconseja: “Por tanto, amados míos, huid de la idolatría”(1Corintios 10:14).


     En resumen, desde el punto de vista de la psicología, no es mucho lo que se puede hacer con personas en un estado de desregulación emocional conductual, ya que no escuchará razones ni desistirá de la necesidad de venerar a su ídolo carnal. Por lo tanto, solo nos cuesta acudir al campo espiritual para fijar nuestras miradas al único que es digno de adorar y alabar, nuestro amado “Redentor, Jesús de Nazaret”.  

¡Dios los bendiga y los guarde!

Frank Zorrilla

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