jueves, 31 de octubre de 2013

"¿FANTASÍA O UNA ADVERTENCIA INMINENTE?: La Visión de Juan y El Control Global a Través del RFID”


Diseño interno del RFID
Mis queridos amigos y hermanos,


 "El hombre no ha creado nada que no termine por esclavizarlo."Emil Cioran.

     Según el libro de Apocalipsis, Juan, desterrado en la isla de Patmos, recibió una revelación de Jesucristo transmitida por un ángel, con el propósito de dar a conocer a los siervos de Dios "las cosas que debían suceder pronto" (Apocalipsis 1:1). En sus visiones, Juan describe una distinción o señal muy inquietante que identificará con certeza a las personas. 

        "Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente;  y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre." (Apocalipsis 13:16-17)

     En el lenguaje simbólico compartido con el libro de Daniel, el término Bestia”  está metafóricamente relacionada a “Un gobierno terrenal o quizás, a una potencia mundial”. Por lo tanto, la profecía sugiere que en el futuro un sistema global impondrá por la fuerza un distintivo universal que identificará y controlará a los seres humanos.

Instrumento para insertar el RFID
         Es preocupante saber de que lo que en otro tiempo pudo leerse como una alegoría distante, hoy encuentra un eco perturbador en los avances tecnológicos. La capacidad para cumplir materialmente la visión de Juan parece estar al alcance de la humanidad.  

     Una información filtrada a los medios, dio a conocer que la corporación  Scinet-Corp inició en 2011 una campaña de distribución de ayuda humanitaria —que incluía vacunación y  alimentos— utilizando Certificados digitales” basados en la tecnología chipless de radio frecuencia (RFID). Este sistema permitía a la población adquirir productos básicos como agua, pan, alimentos deshidratados, medicina y productos lácteos en zonas afectadas por desastres. 

Simbología de un nuevo orden
      En este contexto, pongamos atención a la declaración hecha por uno de los hombres más poderosos del mundo en una cena de embajadores de la ONU: 

     "Estamos al borde de una transformación global. Todo lo que necesitamos es una crisis y las naciones aceptarán el Nuevo Orden Mundial." —David Rockefeller

     Vivimos en una época de convulsiones, donde el crecimiento demográfico es, según expertos, difícil de controlar; y donde la distribución de la riqueza y la erradicación de la pobreza son  utopías filosóficas aplicables solo a una realidad ilusoria. Ante este panorama, las élites buscan prevenir crisis pandemias, económicas o ambientales mediante el uso del poder y la ciencia, especialmente la nanotecnología, como aliadas.

     Como señaló Ernst Jünger:

     "La técnica no reposa ya al servicio del hombre: el hombre ha pasado a ser el apéndice de su propia creación."

Príncipe Felipe de Edimburgo
     La creación de crisis artificialesreales o percibidas— facilita o permite la aceptación social de medidas drásticas y control social. Una vez creadas esas situaciones, se aplica o se pone en práctica un principio muy conocido por las élites de poder, el principio de Vilfredo Pareto: si se logra que el 80% de la población acepte ciertas medidas por comodidad o seguridad, el 20% restante se convierten en disidentes del sistema o renegados sociales indeseables a los cuales se deben marginar, perseguir  y 
quizás, hasta exterminar.

     Como señaló Maquiavelo:

     "El que controla el miedo de los hombres se convierte en su dueño."

     ¿Acaso somos tan ingenuos en pensar que estamos distantes de esa realidad tan funesta?

Imposición Vs Colaboración
     Aunque los dispositivos RFID utilizados por Scinet Corp, quienes tienen asociación con la ONU (Organización de las Naciones Unidas), no estaban implantados o insertados bajo la piel ni contenían grandes bases de datos, cumplieron una función crucial: preparar a la opinión pública para una futura implantación subcutánea. La tecnología actual permite ya el rastreo mediante microchips de apenas 1mm, que pueden integrarse en la ropa, el cabello, teléfonos o documentos.

     La frase de Yuval Noah Harari al decir: "El que controla los datos, controla el futuro." resulta elocuente, no obstante, preocupa cuando señala: 

"El cuerpo humano está siendo convertido en el último algoritmo."

    Este proceso de aceptación gradual se construye sobre la comodidad y la percepción de seguridad, allanando el camino hacia una identificación total de las personas.
     
Figura 1. Dispositivo de rastreo
      Los dispositivos, como el presentado en la figura 1, se emplean como sistemas de rastreo que utilizan tecnología de posicionamiento satelital. Cabe añadir que esta tecnología ya está incorporada en nuestros pasaportes, teléfonos móviles y hasta en los televisores, con el fin de monitorear los programas que sintonizamos. 

     La historia demuestra que cada crisis ha sido el catalizador para la aceptación de medidas impensables. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, numerosos países intensificaron sus medidas de seguridad, adoptando identificaciones con RFID y sistemas biométricos, supuestamente para combatir el terrorismo. Aunque organizaciones defensoras de derechos civiles alertaron sobre los riesgos, pero el Comité del Departamento de Seguridad Nacional consideró como prioridad la integridad de la nación y puso en vigencia el pasaporte electrónico con RFID

     Lo que se presenta como seguridad, termina siendo vigilancia legitimada.

Comparación entre RFID Vs grano de arroz
      En 1999, la empresa Applied Digital Solutions desarrolló un microchip RFID de 11mm similar a un grano de arroz— con 32 bit de memoria, suficiente espacio para almacenar datos personales esenciales y rastrear actividades. Este chip está ensamblado utilizando un cristal especial, el cual  tiene la peculiaridad, que una vez implantado en el espacio del músculo tenar (entre el dedo índice y el pulgar) no se puede extraer sin romperse. 

     Inicialmente utilizado en mascotas (perros, gatos, etc.), hoy se aplica en personas con Alzheimer o en riesgo de secuestro, y se proyecta su uso en empleados de corporaciones y funcionarios públicos.

Implantación en el músculo tenar
      Las cuantiosas pérdidas ocasionadas por fraudes financieros y robos de identidad aceleran la implantación de estos chips. Instituciones bancarias y gobiernos promueven la desaparición del dinero físico en favor de sistemas digitales más controlables. Iniciativas legales como la ley S1262—propuesta sometida por la ex-senadora Hilary Clinton y  declaraciones de figuras como Scott Silverman, de Applied Digital Solutions, sugieren que nos dirigimos en esa dirección: 
"Es probable que muchos millones de personas reciban el microchip en los años por venir."Scott Silverman

Uso del RFID en cosas cotidianas
     En México, por ejemplo, la Procuraduría General de la República ya empleaba microchips desde 2004 para controlar el acceso a áreas restringidas. La expansión de esta tecnología solo requiere una plataforma tecnológica consolidada y una crisis global que justifique su implementación masiva. En este sentido, resulta curioso que la directiva de Applied Digital, diera a conocer que están fabricando millones de dispositivos para un futuro contrato con la FDA (Administración de Alimentos Y Medicamentos de los Estados Unidos).

     Es sólo cuestión de tiempo para que muchas empresas comiencen a implantar chips a sus empleados, y para eso se necesita: ¡Una plataforma tecnológica que sirva de soporte y una crisis!

   Ejemplos como el de Suecia, donde en 2016 apenas el 1% de las transacciones se realizaban en efectivo, muestran el avance imparable de la digitalización financiera. Las tarjetas sin contacto son solo el preludio de la aceptación social del chip subcutáneo

Tarjetas de crédito de contacto
     Resulta fascinante ver cómo la tecnología nos condiciona de manera progresiva. Hace un tiempo, para realizar un pago, debíamos introducir fisicamente una tarjeta en un lector. Hoy, un simple gesto de acercarla o tocarla basta para completar la transacción. Es lógico pensar que la evolución natural de esto será el chip implantado bajo nuestra piel.


     Jesús mismo advirtió: 

     "Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá." (Mateo 24:21).

     ¿Acaso se refirió Jesús a los tiempos del microchip?

      Sin lugar a dudas, el microchip RFID simboliza la transición hacia un sistema de control global digital, y plantea una disyuntiva de carácter espiritual:
 
     ¿Será el RFID la marca de la bestia que vio Juan? Y si es así, ¿permitiremos el implante?

tecnología 5G y desarrollo de IA.
     Aunque la respuesta definitiva pertenece al ámbito espiritual, la similitud es alarmante: un sistema global, basado en la identidad digital, que determinará quién puede comprar o vender, y quién será marginado del sistema.

     Los creyentes se verán frente a una disyuntiva espiritual: mantener su fe o someterse al nuevo orden digital. 

     Aceptar el microchip podría significar comodidad temporal, pero rechazo eterno

     Negarse, en cambio, implicará persecución, exclusión y sacrificio. En palabras de Jesucristo

     "Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro." (Mateo 6:24).  

     Según las Sagradas Escrituras, ¿cuáles serán las consecuencias si aceptamos la implantación que es señal de hombre?

     Aceptar este sistema de identificación como la "marca de la bestia" conlleva, según las Escrituras, gravísimas consecuencias espirituales:

     “Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y toma la señal en su frente o en su mano, éste también beberá el vino de la ira de Dios; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles, y del Cordero. Y no tendrán reposo ni de día ni de noche.” (Apocalipsis 14:9-11). 

     Y ¿cuáles serían las posibles consecuencias si nos rehusamos a la implantación del RFID?-

verificación de ticket usando el Chip RFID
     Las posibles represalias de ese sistema impuesto serían: posible persecución, exclusión social y la imposibilidad de acceder a servicios básicos como transporte, alimentación, atención médica o transacciones financieras. 

     La historia ha demostrado que, el ser humano, en su afán de dominar y asegurar su supervivencia, se somete al control del mismo sistema que dice protegerlo.

     Como reflexionó Friedrich Nietzsche

     "El hombre prefiere querer la nada a no querer." 

     Así, mientras busca seguridad, entrega libertad.

    No obstante, Dios promete protección y recompensa eterna para quienes permanezcan firmes:

     "Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús." (Apocalipsis 14:12)

   
     Lamentablemente, nos acercamos cada día a un tipo de infraestructura de control, de inteligencia artificial y vigilancia total.

     La IA es el "ojo que todo lo ve" del siglo XXI. Los sistemas de reconocimiento facial, los pasaportes biométricos y los asistentes digitales convierten cada acción humana en un dato trazable.

     Elon Musk, fundador de Tesla y Neuralink, ha advertido:

     "La inteligencia artificial podría llegar a ser más peligrosa que las armas nucleares."

     Aun así, el mundo marcha ciegamente hacia la integración hombre-máquina. El microchip, el código genético modificado y la neurotecnología convergen en un solo propósito: unificar la información humana bajo una autoridad digital.

Caos, crisis, seguridad y un gobierno 
     Las crisis—reales o provocadas—se convierten en instrumentos de manipulación. Cuando la humanidad clame por orden, aceptará la marca no como imposición, sino como una colaboración voluntaria con el sistema.

      El RFID no es solo un dispositivo: es un símbolo. Representa la transición de una humanidad libre a una humanidad registrada, rastreada y controlada.

     La decisión última —seguir fiel a Dios o ceder al dominio del hombre— recae, en definitiva, sobre cada individuo.

"El hombre ha conquistado el átomo, pero no su alma."Albert Einstein.


¡La gracia y las bendiciones de Dios sean con ustedes!

Frank Zorrilla











miércoles, 30 de octubre de 2013

CONSTRUIR O DESTRUIR: LA ELECCIÓN ESTÁ EN TU LENGUA. El Universo siempre está escuchando.


Mis queridos hermanos y amigos,


     Vivimos en un mundo creado mediante la palabra. Dios habló y dio lugar a la creación de todo cuanto existe en nuestro vasto universo, tanto lo visible como lo invisible. Fue mediante esta expresión oral que todo empezó a surgir y a tomar forma propia: la luz, la expansión de los cielos, la hierba y los árboles que dan frutas y semillas, los peces y las aves, los animales terrestres según su género y, por último, el hombre. Por lo tanto, podemos decir que este mundo donde vivimos es un mundo que existe mediante la palabra de Dios”. Por inferencia, todo está formado por una energía dinámica que vibra y hace posible la existencia de la vida, en todas las escalas: ya sea microscópica o macroscópica. 

     Todo cuanto existe en este vasto universo vibra y oscila como producto de la palabra emitida por Dios:

 “En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios.” (Juan 1:1)

     Dios utilizó la palabra para crear y ordenar el universo, para instruir al hombre en sus caminos, y luego para corregirlo y redargüirlo cuando éste desobedeció sus instrucciones. Entonces, podemos decir que el hombre posee la facultad de escuchar la voz de Dios y entender sus mandatos:

 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” (Hebreos 4:12).

     La comunidad científica ha demostrado que toda comunicación en esta Tierra es posible gracias al campo energético que nos rodea, permitiendo la resonancia entre frecuencias emitidas en la misma. Pero ese campo energético tan especial, ¿se formó solo?... Ese campo no varía ni fluctúa con el tiempo, es constante. Alguien lo creó, y es el producto de la creación de un Ser perfecto.

    Nosotros, al ser hechos a la imagen de Dios y poseer la virtud del habla, tenemos la capacidad de crear y/o destruir mediante la palabra, utilizando ese medio energético tan especial. Todo lo que emitimos a través de nuestras cuerdas vocales y que tiene efecto sonoro, tiene poder para producir cambios en la materia, y por ende, para transformar nuestra realidad.

     La etapa anterior a la palabra es el pensamiento. Allí se origina todo, y es precisamente en esa etapa cuando debemos elegir las palabras que emitimos, tanto para comunicarnos con los demás como para producir los cambios que deseamos en nuestras vidas. Como dice el viejo adagio:

“Somos dueños de lo que callamos y esclavos de lo que decimos.” 

     Pero la Biblia nos enseña, a través del apóstol Santiago:

“Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo. Así la lengua es un miembro pequeño, y se gloría de grandes cosas. ¡He aquí, un pequeño fuego cuán grande bosque enciende!” (Santiago 3:2-5).

     En cuanto a la comunicación con los demás, el apóstol Pablo aconseja:

“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.” (Efesios 4:29). 

     Aquí el apóstol Pablo habla de edificar y de gracia, términos que evocan: construir, alzar, elevar, levantar; también: afabilidad, simpatía, belleza, donaire, cordialidad, etc. 

     Por consiguiente, al tratar de edificar a nuestros semejantes haciendo uso de la palabra, o al usarla con cordialidad; es decir, en un tono agradable, nos convertimos en potentes transmisores de energía positiva y vibramos armónicamente, produciendo la unión espiritual que Dios desea que exista entre nosotros, porque nos convertimos en unidad.

     Sin embargo, cuando utilizamos el instrumento llamado lengua para hacer lo contrario a lo que dice el Apóstol, esparcimos a nuestro alrededor energías caóticas que contaminan, no solo nuestro cuerpo, sino todo el espacio. Contaminamos "la rueda de la creación" y, como un fractal, expandimos esas energías en todo el entramado social, produciendo una descarga de animosidad (odio, animadversión, antipatía, tirria, etc.), que corrompe y crea división entre los seres creados

     Bien lo dice el apóstol Santiago:

“Debemos ser sabios y mostrar con buena conversación nuestras obras en mansedumbre de sabiduría, porque no podemos usar la lengua para maldecir a un ser humano que fue hecho a semejanza de Dios.” (Santiago 3-9-13).

     Recordemos que todo cuanto existe en el universo está concatenado y forma una red simétrica y homogénea, regida y gobernada por una energía invisible que ejerce una fuerza de atracción entre cada partícula,  produciendo una cohesión entre las moléculas más elementales de la materia, haciendo que los átomos se comporten como ondas o como partículas. 

“Somos material en forma de energía en un vasto universo que es testigo de nuestra existencia, y al usar la palabra como conviene, producimos sinergia entre los seres, con la consecuente paz que todos necesitamos.”

    Este tema sobre cohesión de energías, es profundizado en mi libro: “CONOCIENDO A DIOS A TRAVÉS DE LA CIENCIA_ realidades que debes saber
     En resumen, y como dice el poema: “Las palabras son tan livianas como el viento, pero tienen un poder tan grande como el universo; que con una palabra se puede vivir, y por una palabra se puede morir.

     La física moderna ha demostrado que el universo no está hecho de materia sólida, sino de energía vibratoria en constante movimiento. Todo, átomos, moléculas, pensamientos y palabras, vibra en determinada frecuencia, y esta vibración tiene un impacto real sobre la materia. En ese sentido, nuestras palabras no son solo sonidos, sino frecuencias que pueden armonizar o perturbar el entorno. Lo que decimos afecta la estructura emocional, mental y hasta física de quienes nos rodean, e incluso influye en nuestro propio cuerpo.

      Estudios recientes en neurociencia y epigenética confirman que el lenguaje puede activar o desactivar genes, afectando nuestra salud y bienestar.


     Por eso, debemos asumir una profunda responsabilidad espiritual en el uso de nuestras palabras. No somos emisores neutrales: somos canales de vida o de destrucción. Hablar con verdad, con gracia, con compasión y con sabiduría no es solo un acto de ética; es un acto de creación consciente en armonía con la energía del universo y con la voluntad de Dios. Cada palabra que pronunciamos puede ser una semilla de luz o una sombra que enturbia. El llamado es claro: hablemos para edificar, para sanar y para unir. Porque si todo vibra, y nuestras palabras tienen frecuencia, entonces la palabra es uno de los instrumentos más poderosos que Dios ha puesto en nuestras manos.



     ¡Hoy por hoy, esa misma Palabra tiene poder para edificarnos y darnos herencia con todos los santificados!


¡Qué Dios los bendiga rica y abundantemente!


 Frank Zorrilla