lunes, 8 de abril de 2019

JESUCRISTO, EL GRAN FIASCO


Mis queridos amigos y hermanos,


La tumba vacía
     En Marzo del 1966, cuando el famoso grupo británico “Los Beatles” se encontraba en la cima del éxito, John Lennon, líder de la agrupación, dijo lo siguiente durante una entrevista que le realizara un reportero del periódico London Evening Standard: “El Cristianismo se Irá. Se desvanecerá y reducirá. No necesito discutir eso, estoy en lo cierto y se demostrará. Somos más populares que Jesús ahora. No sé que desaparecerá primero: el rock 'n' roll o el cristianismo. Jesús estaba bien, pero sus discípulos eran torpes y ordinarios. Eso es lo que distorsiona y arruinará al cristianismo”.

Sudario de Turín
     Tristemente, el grupo musical se separó en 1970 (apenas 4 años después de tal declaración) y diez años más tarde, John Lennon, es asesinado en la ciudad de New York. Ya para el 2010, los expertos en este género musical consideraban que la era del rock 'n' roll como estilo dominante, formaba parte de la historia de la música, así como terminó la era del Jazz. En cambio, ¿qué sucede con el cristianismo?...  Este sigue su crecimiento de manera exponencial y vertiginosa. ¡John Lennon se equivocó en sus pronunciamientos y sus vaticinios sufrieron el efecto de la gravedad!

     Además de Lennon, muchos pensadores e idealistas a través de los tiempos han querido negar la existencia de un Jesucristo histórico; más bien, lo consideran una leyenda o fábula inventada por la ingenuidad de unos pocos seguidores arrastrados por una enseñanza extraña. Así lo consideró uno de los padres de la independencia Americana, Tomás Jefferson, cuando señaló: “Día vendrá en que el engendramiento de Jesús por el Supremo Hacedor como su padre, en el vientre de una virgen, será clasificado junto a la fábula de la generación de Minerva en el cerebro de Júpiter.”

Jesús Rey de Reyes
Como dijera Isaac Newton: “Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano”. 

Lastimosamente para los incrédulos, existe un Jesucristo histórico que no se puede pasar por desapercibido, ni tampoco borrarlo de los anales de la humanidad. Esto debido a la gran cantidad de evidencias encontradas en los registros de famosos historiadores antiguos, quienes han provisto pruebas irrefutables. Entre ellos, Lucas, cuyo trabajo Investigativo es parte de uno de los libros del "Nuevo Testamento", y quien ha sido objeto de innumerables escrutinios por parte de escépticos historiadores, quienes han tratado infructuosamente de declarar sus escritos, como: “No históricos”, pero las reseñas, marcos de referencias, nombres, títulos, etc. que ofrece Lucas en sus escritos han sido corroboradas por escritores, legisladores e historiadores romanos, como: Cornelio Tácito, Plinio el Joven, Luciano de Samasota, Suetonio y Flabio Josefo ( General judío que perteneció a la aristocracia sacerdotal 37 DC - 100 DC) quien redactó lo siguiente: “En este tiempo había un hombre sabio llamado: "Jesús". Y su conducta era buena, y era tenido como virtuoso. Y mucha gente entre los judíos y otras naciones se hicieron sus discípulos. Pilatos lo condenó a ser crucificado y a morir. Y aquellos que habían sido sus discípulos no abandonaron su discipulado... 

La tumba vacía
Sus ex discípulos informaron que se les había aparecido tres días después de su crucifixión y de que estaba vivo; consecuentemente, él fue, tal vez, el "Mesías" de quien los profetas habían relatado maravillas.”

     En la actualidad, la mayoría de los historiadores modernos coinciden en que Jesús de Nazaret realmente existió y fue crucificado por el prefecto Poncio Pilatos, quien temía que el "rey de los judíos" promoviera un levantamiento violento.

Sudario de Turín
     No es fábula o leyenda que en efecto, existió una acusación formal de los líderes religiosos de la época en contra de un predicador vagabundo llamado: “Jesús de Galilea”, quien con su doctrina extendía la inquietud entre el pueblo, reuniendo en torno suyo a un número creciente de seguidores, y cuyas enseñanzas significaban una afrenta a la posición que estos aristócratas sacerdotes gozaban ante el pueblo. También es posible que bajo la influencia y denuncia de esos líderes religiosos, Poncio Pilatos, se preocupó por una posible sublevación judía, ordenando una estrecha vigilancia tanto para Jesús, como presunto cabecilla de un movimiento revolucionario en contra del Imperio Romano, como para sus íntimos seguidores y simpatizantes.

     El Sanedrín trató en vano de acallar la voz de aquel hombre que perturbaba la paz y escudriñaba sus corazones dejando al descubierto la desnudez de sus inmoralidades. Por tanto, exigieron su muerte en cruz; y una vez muerto, el ejército más poderoso de ese tiempo bajo la jurisdicción del Prefecto de turno en conspiración con los líderes religiosos, intentó contener su cuerpo en la oscuridad de una tumba. Pero, ni la gran piedra, ni el sello romano, ni los guardias que custodiaban la tumba donde yacían los restos de este presunto “Mesías” para impedir su profanamiento y hurto por parte de sus seguidores, pudieron impedirlo.

Soldados en vigilia 
      El sello Romano fue hecho añicos, la gran piedra fue removida, los impávidos guardias salieron despavoridos, los ufanos líderes religiosos quedaron chasqueados y un atónito jefe militar romano queda preocupado ante la confirmación de una “tumba vacía” sinónimo de “fiasco” ante lo inexplicable. Surgiendo desde las entrañas del agnosticismo las desconcertantes incógnitas: ¿Dónde está el cuerpo del difunto Jesús?, ¿cómo pudieron remover la enorme piedra?, ¿cómo unos cuantos discípulos pudieron desactivar la hermética vigilancia de los soldados?, ¿cómo estos guardianes pudieron permitir la desaparición de un cadáver que representaba un movimiento revolucionario peligroso contra el Imperio, sin tener un rasguño o indicio de enfrentamiento?... 
 
Soldados aterrados por la presencia de un ángel
      Solo pensemos por unos instantes, la incesante búsqueda de aquel cuerpo que representaba una posible sublevación; los arrestos, persecuciones e interrogatorios llevados a cabo por los soldados romanos buscando una explicación lógica de lo inexplicable... Han transcurrido más de 2000 años, y todavía algunos hombres de ciencia no cesan, ni cesarán en la búsqueda de los huesos de aquel que resucitó y está a la diestra del Padre ¡Qué gran fiasco para los escépticos y para los detractores del evangelio de vida!  
 
Rostro de Jesús según historiadores
      El carácter de Cristo, la majestuosidad de sus enseñanzas, y su divinidad han sido plasmadas con tinta indeleble en la historia del hombre sobre la faz de la Tierra, y aunque surjan movimientos para tratar de entorpecer, detener y estropear su imagen y su evangelio, estos perdurarán por tiempos eternos hasta su segunda venida en gloria. 

     Por tanto, si alguna vez tuviste dudas de la existencia de un Jesucristo histórico, que caminó, predicó y enseñó en el Medio Oriente sobre tópicos místicos como: "Soy el camino, la verdad y la vida", "Soy el único puente para llegar al Padre, y obtener la salvación del alma"...Que enseñó sobre la "hermandad entre los hombres", "predijera su muerte y resurrección al tercer día", entre innumerables cosas... Considerarás que sus palabras: “El cielo y la Tierra pasarán más mis palabras permanecerán para siempre.”(Mateo 24:35) se han mantenido intactas aún a pesar de presagios que no se sostienen por carecer de fiabilidad.
 
Jesús es el camino, la verdad y la vida
      Terminaré este artículo con una cita que pone en contexto la veracidad y legitimidad de un libro histórico, ratificado por la paleontología, arqueología y todas las neurociencias modernas. “Encuentro más indicios de autenticidad en la Biblia que en cualquier historia profana.” Isaac Newton.

          

¡La gracia y las bendiciones de Dios sean contigo!

Frank Zorrilla






domingo, 7 de abril de 2019

“VIVIENDO EN LA POSTRIMERÍAS DE LOS TIEMPOS Y EL OCASO DE LA CIENCIA"


Mis queridos amigos y hermanos,

     “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.” (Daniel 12:4).


     Este escrito que aparece en la Biblia, es una de las profecías de Daniel (personaje bíblico que vivió según historiadores, en el siglo VI antes del nacimiento de Jesucristo), profecía que dicho sea de paso, ha causado convulsión a medida que ha incrementado el desarrollo de la ciencia.


     Si bien es cierto que la primera revolución industrial produjo una transformación económica-sociocultural en la historia de la humanidad con la mecanización de la industria manufacturera, no fue hasta el conocimiento de la electricidad y su primera aplicación práctica con la invención del telégrafo eléctrico (dispositivo que usaba señales eléctricas para transmitir mensajes de texto codificados), la subsecuente invención de la bombilla eléctrica, y la iluminación en los hogares y calles a finales del siglo XIX (Siglo 19) cuando verdaderamente se produjo un verdadero avance tecnológico que revolucionó al mundo. 


Segunda Revolución Industrial
     Sin duda alguna, la creciente sucesión de aplicaciones, hizo de la electricidad la principal fuerza motriz de la segunda revolución industrial (revolución electro-mecánica-química). Se había encendido la mecha que revolucionaría la sociedad moderna tomando como aliada a la ciencia y el discernimiento de fenómenos físicos manifestados a través de hipótesis y postulados con su eventual comprobación por medio de experimentos de laboratorios haciendo uso de cálculos matemáticos y analíticos. Este desarrollo, despertó en el hombre, el vehemente deseo de la investigación y exploración industrial mercantilista para satisfacer ciertas necesidades.

Industrialización
     El impulso dinámico de la tecnología en esos primeros años de la revolución industrial activó la economía como nunca antes; y como producto, se formula el modelo económico básico postulado para la formación de precios de mercado de los bienes, la llamada: “Ley de la oferta y demanda”. Desde luego que para establecer un equilibrio equitativo y balancear las ganancias en una sociedad de alto consumo, era necesario un movimiento transformador con iniciativas definidas y novedosas que sirviera de plataforma para una reforma industrial a gran escala. Ésta dinámica propulsó el estudio y desarrollo en las diferentes ramas de la ciencia y como resultado, el surgimiento de grandes y novedosos inventos para robustecer la economía.
Circuito Eléctrico pasivo
     El estudio minucioso del comportamiento de ciertos fenómenos eléctricos y el aporte de la  Química durante esa época de transición, ayudó a la creación de elementos eléctricos pasivos (condensares, resistores, inductores); y cuando se usaron esos componentes al ya conocido circuito eléctrico (conjunto de elementos correctamente interrelacionados para permitir el paso de una corriente eléctrica y su eventual transformación en energía utilizable) se creó la base para plasmar el ingenio y la innovación. De ahí en adelante, el invento de los tubos en vacío (componente electrónico activo utilizado para amplificar o modificar una señal eléctrica) y su uso para el diseño de complejos circuitos electrónicos. Poniendo así de manifiesto que, la profecía de Daniel, seguía el curso vaticinado.

       Es muy probable que los feligreses que vivieron en la era de la segunda revolución industrial, al estudiar y revisar la profecía del libro de Daniel, y ver ante sus ojos el avance tecnológico, la convulsión y la agitación que sacudía el estado de cosas; se alarmaron y pensaron que vivían en los tiempos finales. Como es de esperarse, movimientos escatológicos comenzaron a anunciar el inminente retorno de Cristo en busca de su pueblo y a predecir el fin de la civilización. Más sin embargo, las predicciones fallaron. El mundo continuaba su marcha, y la avanzada de la ciencia no detenía su imparable desarrollo. ¿Porqué falló la profecía de Daniel?, ¿Acaso el profeta se equivocó?...

     Debemos entender que los vaticinios de Daniel, no fallaron en lo absoluto. Él contempló una visión futurística mucho antes del nacimiento de Jesús (alrededor de 530 AC), y aunque en el siglo XIX la ciencia se aumentó considerablemente, no existían los parámetros ideales para que se cumpliese esa predicción en ese siglo. Era necesario un desarrollo a nivel global que abarcara a toda región, nación, tribu, lengua y pueblo.


     Jesús dijo: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mateos 24:14). 

     Si observamos el avance tecnológico en lo que respecta la comunicación global”, nos daremos cuenta de que ésta (La capacidad para comunicarnos en todos los confines del globo terráqueo), no existía en la Segunda Revolución Industrial, por lo tanto, faltaba otra Era: ¡La Era Digital o Cibernética!, que empieza con la Tercera Revolución Industrial.

Tercera Revolución Industrial
     La Tercera Revolución Industrial o revolución tecnológica empezó a finales de los años 1970s, con la aplicación creciente de la ciencia y la tecnología en los procesos productivos. Esta revolución, transformó la economía, a nivel mundial con el uso de la tecnología de colección y distribución de datos. La faceta híbrida (computadoras analógicas) se abrió paso para culminar con *La lógica digital (procesamiento de datos electrónicos) haciendo uso de los materiales semiconductores (cristales naturales que se comportan en dos estados, conductores o aislantes de electricidad dependiendo de diversos factores externos). Estos materiales, dieron paso a la tecnología de la información microelectrónica (dispositivos en miniatura), Informática (a través de ordenadores) y Telecomunicación a Nivel Global; al igual que abrió las puertas para la Tecnología Satelital (uso de repetidores espaciales de señales a nivel de la exosfera) y la Tecnología Espacial ( lanzamientos de transbordadores al espacio).

Nanotecnología
     Como podemos observar, en este siglo XXI, el empuje y avance de la ciencia en todos los ámbitos del saber humano ha sobrepasado todos los pronósticos. La Nanotecnología (alianza de la biología, física y química) ha hecho cambiar la misma esencia de la vida con las alteraciones en la genética en dos vertientes. 

La primera: La manipulación de Cromosomas en embriones humanos para cambiar características morfológicas (eligiendo el sexo, color de pelo, color de la piel y color de ojos de una nueva criatura).

 La segunda, la cual no se está realizando todavía, y como es de esperarse, es motivo de continuos debates entre la comunidad científica y sociopolítica: La generación de clones humanos (creación de seres homogéneos partiendo de la misma estirpe celular). En palabras simples: ¡La ciencia le ha dado el poder al hombre para creerse dios!

     La Tierra se ha convertido en una aldea global donde la ciencia ha permitido la comunicación instantánea usando diversos medios tecnológicos. Característica que es compatible o hace conexión, tanto con lo que dijo Jesús, como con la visión de Juan: “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado.” (Apocalipsis 14-6).

Cuarta Revolución Industrial
De lo expuesto en los párrafos anteriores podemos preguntarnos: ¿Acaso vivimos en los tiempos finales o todavía falta la Cuarta Revolución Industrial?... 


      Si analizamos juiciosamente nuestra realidad actual nos daremos cuenta de que, en efecto, la profecía de Daniel , la visión de Juan y del Señor Jesucristo, tienen cierta sincronía con nuestro tiempo. Indiscutiblemente vivimos en la era de la "Cuarta Revolución Industrial"; donde la Inteligencia Artificial con sus algoritmos, se abre paso a nivel dantesco; donde la biogenética se enlaza con la bioquímica para modificar a nivel celular, la naturaleza misma; donde la ciencia de la comunicación con sus modernos satélites artificiales, rompen las distancias, y permite contacto simultáneo, no sólo con otras personas, sino con aparatos electrónicos inanimados; y donde, la automatización es ineludible...Sólo faltan ciertos elementos de causa que marcarán el fin de todo cuanto existe, y el retorno grandioso de nuestro Salvador en gloria.

     Y el consejo en estos tiempos proféticos es: Velad, pues no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Porque el día y la hora nadie lo sabe, ni aún los ángeles de los cielos, sino sólo el Padre. (Mateo 24:36,42).

¡La gracia y las bendiciones de Dios sean contigo!

Frank Zorrilla