miércoles, 30 de octubre de 2024

HUELLAS GENETICAS QUE SE OCULTAN. "Ecos de una relación sentimental..???"

Mis queridos amigos y hermanos,


    

rastros de ADN masculino en el cerebro de la mujer
     Ciertamente la ciencia ha avanzado de manera exponencial y progresiva en las últimas 3 décadas, brindándonos mayor comodidad, satisfacción y entretenimiento. Esto se refleja no sólo en el ámbito tecnológico, con dispositivos inteligentes al alcance de nuestras manos que simplifican nuestro estilo de vida, sino también en diversos campos, como la biología molecular, con el estudio del ADN, los cromosomas  y los genes. También ese desarrollo lo hemos notado en la nanotecnología médica que estudia el comportamiento de las células dentro de nuestro organismo, al igual que en la medicina nuclear, entre otras áreas. ¡Sí! definitivamente, el hombre de ciencia está en la cima del saber y del conocimiento. No obstante, mientras disfrutamos esa curva positiva que nos brinda la ciencia, los estudiosos en teología y los curiosos en escudriñar los escritos bíblicos están, además de sorprendidos y anonadados al enterarse de cómo la ciencia, a través de su desarrollo, comienza a revelar y sacar a la luz de manera tangible, indudable, pragmática y medible, verdades que estaban enterradas bajo una espesa capa de indiferencia, desconocimiento, y sobretodo, de ignorancia. Aunque estas verdades yacían inertes ante nuestros ojos, ahora emergen en el mundo esotérico.  


     Es el caso particular de un nuevo descubrimiento en la biología molecular llamado: “microquimerismo sexual”, un fenómeno que ocurre cuando células con material genético de un hombre se incorporan o integran al organismo de una mujer y pueden permanecer allí durante años o incluso décadas.  


    

microquimerismo fetal
     El microquimerismo en sí no es un concepto nuevo; se ha estudiado anteriormente en el contexto del embarazo, donde las células del feto pueden permanecer en el cuerpo de la madre. A este fenómeno en particular se le denomina: “microquimerismo fetal.” 


     Sin embargo, y lo que es de interés para estudios más profundos, es el hecho de que durante las relaciones sexuales, es posible que en la mujer, fragmentos de ADN de la pareja sean absorbidos por su cuerpo. Este hallazgo se descubrió por casualidad, ya que el estudio inicial tenía como objetivo, investigar la transmisión de enfermedades genéticas entre madres e hijos. Sin embargo, los investigadores encontraron resultados inesperados que los llevaron a desviar su atención. 

    

     En un experimento de investigación en la universidad de Seattle y del Centro Fred Hutchinson para la investigación del cáncer, de 59 mujeres estudiadas, 37 presentaban el fenómeno de microquimerismo sexual, es decir, la presencia de  pequeños grupos de células masculinas en sus cerebros. Este fenómeno sorprendió a los científicos, ya que algunas de las mujeres no eran madres y no podían haber adquirido estas células de hijos varones. 


     Para resolver este gran enigma o acertijo científico, se consideraron varias hipótesis para explicar este fenómeno en mujeres que no habían tenido hijos, como abortos espontáneos o inducidos, transferencia celular de un hermano a través de la madre, o la huella genética de un gemelo no nacido. Sin embargo, la alta proporción de mujeres afectadas (un 63%) sugirió que estas explicaciones no eran suficientes. Finalmente, tras investigar el ámbito íntimo o sexual de las participantes en el estudio, se dieron cuenta de que todas las que tenían fragmentos de ADN en sus cerebros, tenían en común ser sexualmente activas y haber tenido múltiples parejas sentimentales. 


  

¡Los investigadores plantearon entonces una teoría relevante para todos los casos: que los microquimerismos se crean también a través del sexo! 


     Según esta teoría, la pared vaginal absorbe parcialmente los espermatozoides y los incorpora al organismo en forma de células con material genético independiente, es decir, con ADN masculino. Por tanto, se ha planteado la posibilidad de que el ADN de las parejas sexuales podrían permanecer en el cuerpo de las mujeres, y estos restos de material genético podrían permanecer en el cerebro de la mujer durante décadas, incluso más de 50 años en algunos casos. 


     Desde luego, las implicaciones de este descubrimiento son amplias y aún no se comprenden completamente a cabalidad. Por un lado, se abre una nueva perspectiva sobre transferencia genética y la evolución de la salud humana. Por otro lado, surgen preguntas sobre cómo estos fragmentos de ADN pueden influir en la biología de la mujer, como las enfermedades autoinmunes o  degenerativas. Es decir, no solo debemos considerar las enfermedades de transmisión sexual conocidas y tratadas desde hace tiempo, sino también cómo esto añade una nueva dimensión al debate sobre la promiscuidad frente a retomar la práctica de la abstinencia, el libertinaje sexual o erotismo frente al ascetismo, y la monogamia frente a la poliandria, etc.

  

     Lo que resulta impactante y deslumbrante al mismo tiempo de este descubrimiento sobre el microquimerismo sexual, por parte de los hombres de ciencia, es que la Biblia, un antiguo libro no científico, ya nos advertía sobre las consecuencias de la poligamia, la poliandria y  la promiscuidad, incluso explorando el campo metafísico de la intención del pensamiento. Como dijo alguna vez Lord Kelvin: “Cuanto más avanzo en mis investigaciones científicas, más me convenzo de que la ciencia excluye el ateísmo.”


     En la Biblia encontramos el siguiente texto: ¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo? ¿Tomaré, acaso, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? ¡De ningún modo! ¿O no saben que el que se une a una ramera es un cuerpo con ella? Porque Él dice: «LOS DOS VENDRÁN A SER UNA SOLA CARNE.» (1 Corintios 6:15-18)


  

Legalización de la poliandria en Sudáfrica
     Aunque el apóstol Pablo advertía sobre la unión con una mujer que se prostituye, el concepto de una sola carne implica la unificación de dos cuerpos en uno. Se refiere a la idea de que dos personas se unen, no solo fisicamente, sino también  emocional, espiritual y en todos los aspectos de sus vidas, formando una unidad indivisible.Esta unificación transciende lo físico, simbolizando un compromiso, unión integral y total en el matrimonio a lo largo de la historia en distintas culturas. Esta idea refuerza la seriedad con la que Pablo veía las relaciones humanas, destacando la profundidad y responsabilidad que conlleva la unión entre dos personas.    

     Desde un punto de vista estrictamente científico, participar en relaciones sexuales frecuentes con múltiples parejas parece estar asociado con un alto riesgo de desarrollar problemas de salud mental. Así lo sugiere un estudio psicológico realizado en la Escuela de Medicina de Dunedin en el 2013.  Según los especialistas que participaron en ese estudio, la preocupación radica en la posible contaminación genética de la mujer cuando ha tenido relaciones sexuales con diferentes parejas sentimentales. 

     Este concepto psicológico al que hacen mención los expertos, se relaciona con el microquimerismo sexual y la influencia que el ADN de diferentes parejas sexuales puede tener en el cuerpo y mente de la mujer. Como mencioné en los párrafos anteriores, estudios sugieren que el ADN masculino absorbido puede tener efectos en el cerebro femenino, impactando no solo la biología sino también los procesos emocionales y mentales. Esto añade una capa de complejidad a la comprensión de las relaciones humanas y la conexión entre cuerpo y mente. Jesús dijo: “Serán una sola carne.”


     «Puedo afirmar con toda decisión que la negación de la fe carece de toda base científica. A mi juicio, jamás se encontrará una verdadera contradicción entre la fe y la ciencia.» Robert Millikan, premio Nobel de Física en 1923.

    

     Resulta muy asombroso que la Biblia, en el libro de Números utilice la palabra “contaminación” para referirse a la mujer que ha tenido relaciones sexuales con otro hombre teniendo a su esposo. (Números 5:29-31 ). Esta elección de palabras subraya la gravedad con la que se veía este acto en el contexto cultural y religioso de la época, revelando preocupaciones sobre la pureza y las implicaciones sociales y espirituales. Además de la connotación física, esta “contaminación”  también podría interpretarse como una referencia a la alteración emocional y mental de la mujer. La implicación es que las relaciones sexuales con diferentes parejas y fuera del matrimonio pueden causar conflictos internos y consecuencias negativas en el bienestar psicológico, lo cual se alinea con advertencias sobre la promiscuidad.  


     “Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; corrompe su alma el que tal hace. Heridas y vergüenza hallará, y su afrenta nunca será borrada.” (Proverbios 6:32-33).


     ¿Acaso el verso anterior, cuando dice que, « su afrenta nunca será borrada», tendría algo que ver con el microquimerismo sexual?…


     Podría interpretarse de manera semántica, especialmente cuando el concepto se relaciona con el acto sexual y las consecuencias duraderas o permanentes que este podría tener. Es lo que en contexto trata el microquimerismo sexual, que deja una huella física (ADN en el cerebro de la mujer) y emocional que perdura con el tiempo. Es una interpretación interesante que conecta lo antiguo y lo contemporáneo en el entendimiento del cuerpo y las relaciones humanas. 

    

     En la Biblia no encontramos textos que indiquen efectos psicológicos en la mujer por tener relaciones sexuales con diferentes hombres. Sin embargo, aborda temas de moralidad sexual y las consecuencias de conductas consideradas inmorales en su contexto cultural. El libro de los Proverbios, atribuido a Salomón, al igual que otros libros en la Biblia, ofrece consejos sobre comportamiento sexual, enfatizando la fidelidad y la integridad. Aunque no se discuten efectos psicológicos específicos, la Biblia se centra en las implicaciones espirituales y sociales. 


     No obstante, además de abordar la moralidad sexual, la Biblia enfatiza la importancia de la integridad y la salud espiritual, sugiriendo que las decisiones en el ámbito sexual pueden afectar el bienestar integral de la persona. La fidelidad y la integridad son presentadas no solo como valores morales, sino como caminos hacia una vida plena y en armonía con los principios espirituales. 


¡La gracia y las bendiciones de Dios sean contigo!


Frank Zorrilla


No hay comentarios.: