sábado, 21 de diciembre de 2019

UN NARCISISMO SERVIL QUE NOS ENVILECE

Mis Queridos hermanos y amigos,

La adulación, bajeza del que adula; engaño del adulado y aún bajeza de los dos; porque su bajeza muestra el que gusta de su adulación, que no se fía en el valor de sus méritos."  Francisco de Quevedo.

     En los tiempos de Enrique VIII de Inglaterra, existía un oficio muy codiciado y al mismo tiempo, muy apestoso. Ese oficio era, ser el “Cortesano del taburete” o “el Mozo de las heces”… Como lo infiere el título, este individuo era el que, literalmente se encargaba de ayudar al rey cuando hacia sus necesidades fisiológicas. En palabras simples: “El Cortesano le limpiaba el trasero al rey”…

      Aunque parece una posición degradante, Enrique VIII confiaba tanto en estos “Cortesanos”, que les llamaba: Los principales caballeros de la cámara”, pero podríamos preguntarnos:

      ¿Por qué un hombre tendría tanto empeño y deseo de ocupar el oficio de limpiar el trasero del rey?... 

     La razón era muy sencilla, ese individuo también se ocupaba de algo muy especial: estaba a cargo del “bolso privado del rey.” Es decir, era el tesorero personal del rey. De hecho, ese individuo prácticamente dirigía la política fiscal de Inglaterra. En otras palabras, ese hombre podía llegar a ser excepcionalmente rico y sobre todo, muy poderoso.

      Como ya te habrás dado cuenta, ser el limpiador principal del trasero del rey fue claramente una de las mejores maneras de asegurarse de que algún día pudieras cambiar el país; aunque a veces, te podía costar la cabeza. Esto es, si por alguna razón, disgustabas al rey. 

     ¿Por qué tendría que molestarse el rey?...

      Ser Cortesano del Taburete, aunque suene repulsivorepresentaba: majestuosidad, ostentación de riquezas, pero sobre todo, mucho poder. Razón por la que muchas veces, ese puesto se heredaba o se conseguía a través de sobornar a alguien muy cercano al rey. 

     Me imagino que al leer sobre este oficio, inmediatamente piensas que, es coherente a la práctica que muchos utilizan hoy día en el entramado político y social, pero claro está, este oficio se ha modificado o ha tomado otras características. Ahora se le llama: “adulador servil” o “lisonjero”, y en el sentido más despectivo: “lambón.”

      “Cuando se reúnen los aduladores o lambones, el demonio sale a comer.”

      La adulación o lisonja es una alabanza exagerada e interesada hecha con estudio de lo que se cree, puede halagar al otro con propósito de ganarse su voluntad para fines interesados... 

     La adulación rodea a los monarcas y es muy utilizada por los demagogos para su medro personal. Es una práctica que ha sido parte del conductismo humano desde la creación del hombre, y ha sido usada como estratagema para conseguir un provecho a lo largo y ancho del entramado social. 

     La lisonja o adulación es un estiércol moral de la sociedad que está en todas partes. Tanto a nivel de infraestructura geopolítica de naciones subordinadas a naciones poderosas. Esto es: Políticos que obedecen a agendas particulares de potencias extranjeras solo por beneficio propio a merced de entregarles las riquezas de la nación a cambio de poder y pequeño patrimonio. Como también en los Cortesanos del taburete de una administración pública, quienes consiguen puestos de relevancia siendo aduladores serviles o lisonjeros profesionales.
   
     Como dijera el prócer José Martí:

 “Las palabras deshonran cuando no llevan detrás un corazón limpio y sincero. Las palabras están de más, cuando no fundan, cuando no esclarecen, cuando no atraen, cuando no añaden”.

     Sin lugar a dudas, los halagos hacen sentir satisfacción a quien los recibe. Es cómo si la adulación, al atravesar el oído medio en forma de ondas sonoras y convertirse en impulsos eléctricos decodificados por el cerebro, llevaran consigo un perfume grato o un aliciente al “Yo” interno, bajando las defensas y dejando al elogiado, desamparado a las verdaderas intenciones de quienes tanto los exaltan. Así lo expresó magistralmente el hombre más sabio que ha existido:

“El ungüento y el perfume alegran el corazón, y dulce para su amigo es el consejo del hombre.” Proverbios 27:9.

 “Uno puede defenderse de los ataques personales; pero contra los elogios, estamos totalmente indefensos.”— Sigmund Freud.

     Como es de esperarse, existe cierto tipo de relación de complicidad entre un adulador y un narcisista. Esto debido a que el adulador existe porque existen personas que lo demandan. 

     En palabras simples: El adulador y el narcisista son la cara y el sello de una misma moneda. El adulador proyecta en otro lo que él mismo desea para sí. Y su objeto de admiración es siempre un ególatra. En otras palabras:

 “la adulación es  una moneda falsa que tiene curso gracias solo a nuestra vanidad.”—François de La Rochefoucauld.

     Muchas veces, el que adula o usa la lisonja como estrategia, tiene como objetivo, manipular a quien quiere doblegar en voluntad. En esta situación, las frases de exaltación y los gestos de sumisión son falsos. Este tipo de manipulación opera en la conquista amorosa, en los negocios, en la vida laboral, etc. Por tanto, debemos ser cautos… ¡El elogio prepara el terreno para usarnos de algún modo! Y como decía Plutarco:

“Muchos hombres cazan a los ignorantes con la adulación.”

     Los labios lisonjeros o aduladores no escapan de ser fustigados en las Sagradas Escrituras. Allí encontramos al rey David, quien se pronuncia en una forma muy tajante:

 “Falsedad habla cada uno a su prójimo; hablan con labios lisonjeros y con doblez de corazón. Corte el Señor todo labio lisonjero, la lengua que habla con exageración.” (Salmos 12:2-3).

     También el rey David nos exhorta a tener cuidado de esas palabras dulces que llevan miel a nuestros oídos.

 “Porque no hay sinceridad en lo que dicen; destrucción son sus entrañas, sepulcro abierto en su garganta; con su lengua hablan lisonjas.” (Salmos 5:9)

      Me imagino que el rey David, se vio asediado por los aduladores, pero no enorgulleció su corazón para no caer postrado en sus estratagemas. Prácticas que, eran muy usadas con propósitos siniestros. Así, lo describe el rey Salomón: “El hombre que adula a su prójimo tiende una red ante sus pasos.” (Proverbios 29:5).
  
     Debemos ser cautos y dejar atrás la ingenuidad, porque como bien nos dice el apóstol Pablo, vendrán tiempos cuando seremos persuadidos con palabras dulces para corrompernos y dejar abandonada la moral y la ética.

 “Y os ruego, hermanos, que vigiléis a los que causan disensiones y tropiezos contra las enseñanzas que vosotros aprendisteis, y que os apartéis de ellos. Porque los tales son esclavos, NO de Cristo nuestro Señor, sino de sus propios apetitos, y por medio de palabras suaves y lisonjeras engañan los corazones de los ingenuos.” (Romanos 16:17-18).


¡Dios los bendiga rica y abundantemente!

Frank Zorrilla

domingo, 15 de diciembre de 2019

"CULPA TÓXICA VS. CULPA REDENTORA: La Gran Batalla del Alma Humana."



La carga de la culpa
“La tensión entre las exigencias de la conciencia moral y las operaciones del yo es sentida como sentimiento de culpa.”
Sigmund Freud.

     Mis queridos amigos y hermanos, 

Dentro de los diversos estados emocionales que experimentamos como seres humanos, hay uno en particular cuyas raíces pueden dar frutos muy dañinos: ansiedad, depresión, adicciones, trastornos alimentarios y una vida marcada por la inseguridad. Ese sentimiento aterrador es conocido como: “culpa.”

sentimiento de culpa
     ¿Quién no ha caído alguna vez en las garras de esa emoción devastadora de la culpa?...

       Se puede afirmar que la capacidad de experimentar culpa es una potencialidad universal en todos los seres humanos con un desarrollo psicológico y moral típico. Es decir, todos tenemos el "software" mental necesario para sentirla, con excepción de aquellos que presentan un trastorno antisocial de la personalidad. 

     El filósofo Jean-Paul Sartre expresó:

     "El hombre está condenado a ser libre."

     Es decir, nuestras elecciones siempre traerán responsabilidad. La culpa es, en parte, la sombra de esa libertad.

      En psicología la culpa se entiende como una emoción compleja que surge cuando sentimos que hemos violado una norma moral, social o personal. No es simplemente tristeza, sino una evaluación de responsabilidad que toca la raíz de nuestro "yo moral"

     El sentimiento de culpa no entiende de edades. Como seres emocionales y conscientes, moldeados desde la infancia por preceptos morales, espirituales y éticos, siempre estaremos expuestos a su influencia. Tarde o temprano, cuando surja la posibilidad racional de haber cometido un error o de habernos desviado de los parámetros que internalizamos como válidos o de los principios que aceptamos con valor cultural, este sentimiento puede emerger con intensidad, llevándonos a convertirnos en nuestros propios críticos más severos.  

     El sentimiento de culpa actúa como un agente que degrada la autoimagen porque afecta al ego, resquebrajando los cimientos de la estructura interna formada por las concepciones aprendidas sobre lo correcto e incorrecto, lo permitido y lo reprobable dentro de la sociedad. Pero, ¿hasta qué punto esto corresponde a una programación mental impuesta desde la niñez por el núcleo fundamental de la sociedad, representado por nuestros progenitores y tutores?  

     Lamentablemente, el sentimiento de culpa puede generar una huella de miedo profundamente arraigada. Este temor a menudo se instala por asociación durante la infancia como un mecanismo de protección ante situaciones percibidas como  bochornosas o vergonzosas, ya sea por una falta cometida o por una acción considerada deshonrosa y humillante. 

culpa inducida en los niños
     Crecemos cargando con esa presencia interna, una suerte de 'monstruo' que habita en nuestros pensamientos y que se activa para recordarnos que hemos traicionado un pacto interno o hemos actuado en contra de los valores que creíamos defender y que constituyen la base de nuestra identidad.

     Vivir en este estado de autoflagelación constante resulta nocivo tanto para las salud física como para la mental. Por ello, es imperativo aprender a gestionar esa voz de la conciencia, comprendiendo que la redención es posible mediante el aprendizaje y  el compromiso firme de no repetir los mismos errores.  

     ¿Cuáles son los impactos de la culpa en la salud mental?
  • Ansiedad y depresión: la culpa persistente alimenta pensamientos obsesivos ("debí hacerlo diferente", "no merezco ser feliz"), generando un círculo de angustia.
  • Autoestima dañada: la persona se percibe a sí misma como "mala" o "indigna", debilitando su autoconcepto.
  • Conductas de autocastigo: puede conducir a adicciones, trastornos alimentarios o actitudes autodestructivas.

     El psicólogo Albert Ellis lo resumió así:

     "La culpa no cambia el pasado, solo arruina el presente y envenena el futuro."

dedos acusadores
     ¿Hay diferencia entre la culpa real y la culpa imaginaria?

      Sí, la culpa real o objetiva surge cuando la persona a cometido un error o ha causado daño. Sin embargo, la imaginaria o subjetiva, es aquella que la persona se siente culpable aunque no haya hecho nada malo o indebido.      

     No obstante, en psicología y filosofía se distinguen varios tipos de culpa, dependiendo de su origen, intensidad y función. 

 
     Carl Rogers, padre de la psicología humanista, afirmaba:

     "Cuanto más me acepto tal como soy, más capaz soy de cambiar."

     Es que aceptar nuestros errores sin caer en la autoacusación destructiva es clave para sanar.


     ¿Es posible usar la manipulación emocional a través la culpa inducida?

     Desde la perspectiva de la psicología, la respuesta es . La culpa inducida es una de las formas más comunes de manipulación emocional, porque toca fibras muy sensibles del ser humano: la necesidad de aprobación, el miedo al rechazo y la obligación moral

El gran desliz de Adán y Eva
     Las Sagradas Escrituras nos revelan que la culpa fue el primer sentimiento experimentado tras la caída del hombre:

 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.” (Génesis 3:8-10).

     Adán, al verse culpable, no solo se escondió, sino que buscó justificar su falta. Es notable que la actitud de Adán al sentirse avergonzado, ante su acción, acude a la manipulación psicológica de culpar a otro para sentirse exento de responsabilidad:

     La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.” (Génesis 3:12). 

     Heredamos los rasgos genéticos del primer hombre, somos sensibles por naturaleza y estamos predispuestos a cometer errores… Es así como la humanidad vive entre el peso de la culpa y la esperanza del perdón. 

    
estado agónico de la depresión
¿Creen ustedes que el apóstol Pablo al igual que otros apóstoles, no habían cometido suficientes errores como para vivir con sentimientos de culpa?

      Indudablemente, reconocer los errores es positivo, nos ayuda a mejorar. La psicología coincide en que reconocer un error es sano y liberador. Si nuestro comportamiento ha sido ofensivo o inadecuado con otras personas, si hemos actuado irresponsablemente en alguna ocasión, reconocer que actuamos incorrectamente nos ayudará con el sentimiento de culpa. 

     Algunos dirán: “¡Los recuerdos del pasado me atan a sentirme culpable!”, pero ¿acaso puedes cambiar el pasado?... La culpa no cambia el pasado, ni te convierte en mejor persona.

estrategia usando imposición de culpa
     La Biblia va más allá y nos muestra que ese reconocimiento de culpa debe transformarse en arrepentimiento genuino, que abre la puerta al perdón divino.

     El apóstol Santiago lo expresó con claridad:

"Todos fallamos mucho. Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona perfecta, capaz también de controlar todo su cuerpo." (Santiago 3:2)

     Y el apóstol Juan afirmó:

     "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad." (1 Juan 1:9)

     Satanás busca condenarnos en la culpa para mantenernos en la esclavitud del pasado, pero Cristo nos invita a la libertad:

     "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús." (Romanos 8:1)
  
     La psicología nos muestra que la culpa puede ser una emoción destructiva si se convierte en tóxica, pero también puede enseñarnos a mejorar cuando es adaptativa. 

     La Biblia nos enseña que la culpa no debe transformarse en condena, sino en un camino hacia el arrepentimiento y la restauración

     En Cristo, la culpa deja de ser un monstruo que atormenta y se convierte en una oportunidad para crecer, ser perdonados y vivir en libertad. 

     "Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes y no os sometáis otra vez al yugo de esclavitud." (Gálatas 5:1).


¡Dios los bendiga rica y abundantemente!


Frank Zorrilla

domingo, 24 de noviembre de 2019

CEGUERA MENTAL Y DESÁNIMO- UNA COMBINACIÓN LETAL


Mis queridos Amigos y Hermanos,



“A falta de objetivos claros, siendo extremadamente fieles a realizar las trivialidades diarias, nos convertimos en esclavos de ellas.” Robert A. Heinlein.


     Muchos seres humanos tendemos a empezar cosas y no terminarlas. Dejamos trunca nuestra carrera profesional, y quizás, nunca logramos llegar a la meta deseada o lograr un objetivo específico, por actitudes mentales que nos controlan: El enfoque mental y la energía personal.

     Si analizamos concienzudamente la trayectoria de grandes hombres y mujeres de éxito, encontraremos que esos hombres y mujeres, además de ser emprendedores y tener buena voluntad para obrar, también tenían el enfoque mental (visión) y la energía personal (ánimo) para lograr sus propósitos o metas deseadas. 

     Indudablemente, la gran mayoría de los seres humanos desean conquistar el éxito, o al menos lograr un propósito específico durante su estancia en esta Tierra, pero es la asimilación de estos dos procesos: 
 El enfoque mental y la energía personal lo que en definitiva, va a marcar la diferencia entre, el fracaso y el éxito 

     Cuando menciono la palabra “asimilar”, me refiero al hecho de guiar nuestra vida diligente y significativamente hacia un propósito definido y concentrado a altas expectativas. Por lo tanto, es necesario establecer parámetros definidos que nos permitan reconocer nuestro enfoque mental, y nivel de energía personal, para de esta forma medir nuestro desarrollo a través del tiempo.

      Las preguntas que debemos hacernos son: ¿Dónde estoy en el momento actual y hacia dónde quiero ir? – Pero, ante todo, debemos comprender: Qué significa: “Enfoque Mental” y “Energía Personal”.

     Desde el punto de vista epistemológico, enfoque mental no es más que la actitud mental que tiene un individuo en concebir de una forma clara y concisa una meta o un objetivo. “energía personal”, es ese vigor que inyecta intensidad a ese compromiso personal que hemos adoptado como meta u objetivo.

     Si analizamos la relación entre “enfoque mental” y “energía personal” en una matriz lineal, podremos entender si poseemos la capacidad para alcanzar grandes y exitosos logros o por el contrario, pertenecemos a un círculo vicioso de estancamiento repetitivo que traerá frustración en nuestra vida profesional y social.

A continuación una matriz lineal entre enfoque mental Vs energía personal.
  • BAJO ENFOQUE MENTAL Vs BAJA ENERGÍA PERSONAL-  Con esta actitud mental, no sabemos hacia dónde vamos, ni tenemos la energía para cambiar ese estado. Nos mantenemos en el continuismo, haciendo lo mismo y postergando día tras día sin tomar decisiones que nos saque de la rutina. Convirtiéndonos en: “procrastinadores empedernidos”.  

Como bien dijo Zig Ziglar: “Es la falta de dirección, no la falta de tiempo donde radica el problema. Todos tenemos días de veinticuatro horas”. 

  • BAJO ENFOQUE MENTAL Vs ALTA ENERGÍA PERSONAL Con esta actitud mental, no existe visión de lo que queremos, y ni tan siquiera sabemos hacia dónde nos dirigimos... Sentimos la gran necesidad de hacer algo; dejándonos persuadir por el estrepitoso impulso de lograr algo, pero sin antes reflexionar de las consecuencias de nuestros actos y decisiones. Es muy parecido a un barco repleto de mercancía, pero sin un puerto dónde atracar, dando círculos en mar abierto.

Tengamos presente que, la única cualidad que define a los líderes es la capacidad para crear y hacer realidad una visión a través del enfoque mental que les permite persuadir distracciones que pueden contaminar la claridad de lo que ven en su interior. 

  • ALTO ENFOQUE MENTAL Vs BAJA ENERGÍA PERSONAL  Esta actitud mental se caracteriza por adoptar una conducta obstinada de estar a la defensiva. Actitud que nos impide reconocer el problema o la situación, y por consiguiente, nunca damos los pasos necesarios para corregirlo, esperando que todo tome su curso de manera mágica o divina. El famoso Síndrome del Avestruz.
      Como dijera Albert Einstein: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad del hombre”. Es el optimismo lo que conduce al logro; nada puede realizarse sin esperanzas.


  • ALTO ENFOQUE MENTAL Vs ALTA ENERGÍA PERSONAL ¡Es precisamente esta actitud mental, la que hace la diferencia!... La que proporcionará el éxito, una vez pongamos en práctica: La lucidez para visualizar hacia dónde nos dirigimos, decidimos la ruta a seguir y actuamos de acuerdo a un plan establecido. Ya sea preparándonos, ejercitándonos en el conocimiento o en la instrucciones para llegar a la meta deseada.

“El precio del éxito es trabajar duro y la determinación de que, sin importar si perdiste o ganaste, diste lo mejor de ti mismo en el proyecto”. Vince Lombardi.


   ¿Crees que el éxito es sólo relacionado al ambiente empresarial o laboral?- Pues, ¡no! También está relacionado al área espiritual y social de un individuo. Por lo tanto, el mismo concepto de enfoque (visión) y energía (ánimo) puede emularse para obtener los resultados que deseemos en otros ámbitos; ya sea en la culminación de un proyecto social como en la vida cristiana. 

     Si buscamos inspiración para aprender a enfocarnos mentalmente y mantener esa energía personal, por qué no emular a Jesús de Nazaret...  

     En más de una ocasión, Jesús demostró su devoción, su enfoque y energía en la gran misión de rescatar al hombre de la muerte eterna, de servir de puente entre el Creador y el inicuo pecador… Jesús pudo elegir ser rey, pudo retrasar o quizás cambiar de actitud cuando todo parecía no tener sentido; sin embargo, continuó con su enfoque para culminar con éxito la misión encomendada. De igual manera, muchos de los apóstoles emularon su ejemplo con el objetivo de ganar la eternidad.

   Pensemos en los propósitos que hemos dejado a un lado... Cuánto hemos dejado de avanzar por perder el enfoque o no tener visión y por no tener esa energía, dejarnos persuadir por el desánimo... 

     No nos demos por vencidos, porque mientras tengamos aliento hay esperanzas. Nunca es tarde para retomar el enfoque y la energía personal. Prosigamos a la meta pidiendo la bendición del Altísimo para que Él nos proporcione la sabiduría necesaria para discernir los acertijos que enfrentaremos para lograr nuestros propósitos. Digamos como dijo el apóstol Pablo: “¡Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder!”(Filipenses 4:13).

¡Dios los bendiga rica y abundantemente!

Frank Zorrilla