lunes, 17 de junio de 2013

“DESAFIANDO LAS LEYES FÍSICAS”-¡TODO ES POSSIBLE PARA EL QUE CREE!


Mis queridos amigos y hermanos,

      Si echamos un vistazo a nuestros sistemas de enseñanza, notaremos que en efecto, la gran mayoría de estos sistemas que han reinado por siglos, no han cambiado. Aún a pesar de los grandes adelantos de la ciencia, de los nuevos descubrimientos y conocimientos, seguimos obstinadamente con los mismos métodos de enseñanza.

    Estamos atrapados en sistemas heredados, basados en las leyes de la física clásica y limitados por la rigidez de las matemáticas y cálculos logísticos. Esta visión tradicional impone barreras que sugieren la imposibilidad en muchos aspectos…Probablemente te estés preguntando el motivo de esta afirmación; lo desarrollaré en los párrafos siguientes.
    
     Como es ampliamente conocido la mayoría de las personas en el planeta, todo lo que existe en el universo- galaxias, nebulosas, estrellas, el sol, los planetas, la Tierra, las montañas, los árboles, el mar, las nubes y nosotros mismos, está compuesto por átomos. En la escuela aprendemos sobre el Modelo Estándar de Física de Partículas, que divide a las moléculas en átomos y estos en neutrones, protones y electrones. Sin embargo, estas interacciones se nos enseñan de manera estática, desde una perspectiva errática, anticuada y desactualizada, apoyada en conceptos ambiguos y obsoletos. Me explicaré con más detalles en el párrafo siguiente. 
    
     Los científicos veían la "materia" (sustancia o masa que componen los cuerpos físicos) como algo estático y predecible (con una forma y estructura única); inclusive, en la antigüedad se pensaba que un átomo era la parte más pequeña en la que se podía dividir la materia, pero ahora se sabe que, existen otras partículas más diminutas dentro de los protones y neutrones llamadas: “quarks.” 

     En las primeras observaciones de los científicos, los átomos que constituyen la materia, estaban compuesto de un núcleo denso rodeado de electrones en movimiento, que las partículas ocupaban un espacio insignificante en las moléculas y átomos. El resto era vacío. Sin embargo, para sorpresa de los teóricos, no existe vacío absoluto sino más bien, un estado fluctuante con partículas virtualesesas partículas que se consideraban indivisiblesson divisibles, y su comportamiento dentro de las moléculas tienen dualidad. Es decir, dos estados.  Ellas emergen y desaparecen constantemente comportándose como materia o como energía, sin razón aparente. No existe nada solido, todo es energía que se comporta diferente.
      
   
¿Cómo es posible 
esta dualidad?...

¿Quién o qué incide en ese comportamiento 
dual?...




      La física tradicional o clásica se encontró con éste rompecabezas, y no tenía una explicación coherente para entender este acertijo o fenómeno dual. Es entonces cuando nace la física cuántica, también conocida como: “mecánica ondulatoria” (rama de la física que estudia el comportamiento de la materia a nivel subatómico). Esta nueva ciencia, a través de innumerables experimentos, llegó a la conclusión de que ese comportamiento de los fotones (partícula de luz) era establecida por la expectativa expresa del que observaba: donde éste esperaba encontrar partículas, allá estaban ellas, de la misma forma como ocurría donde se esperaba encontrar una onda. Era como si lo esperado se reflejara en la experiencia. 

     ¿Cómo se podría conciliar el hecho de que una cosa puede ser dos al mismo tiempo? y ¿Cómo mantener la objetividad?...

     Se concluyó de que existe una realidad basada en niveles de energía con grandes potenciales abstractos, donde la conciencia está envuelta (un observador interior). Significa que la realidad es subjetiva, creando diversas situaciones en nuestra mente que influyen afortunada o desafortunadamente a ese comportamiento. En palabras simples: ¡Existe en nosotros, una energía potencial capaz de cambiar la materia y nuestro espacio físico!

     El mundo tiene varias formas de realidad en potencial, hasta que usted escoge la que quiera. Se puede estar en muchos lugares al mismo tiempo, experimentando varias posibilidades, hasta que ellas convergen en una sola. Pero, ¿Cómo puede tener un objeto dos estados al mismo tiempo?  

     Tenemos que entender que los átomos no son objetos, son tendencias. En lugar de pensar en objetos, debemos pensar en posibilidades. Todo es posibilidad, subconscientemente, por lo tanto, en lugar de pensar en las cosas como posibilidades, tenemos el hábito de pensar que las cosas que nos rodean, ya son objetos que existen sin nuestra contribución y sin nuestra elección. Es deciraceptamos esa realidad y esa realidad nos limita. 

     Las personas trabajan, experimentan diversas emociones y viven la vida como si nada especial estuviera sucediendo; pues es así como se acostumbraron, pero existe esa increíble posibilidad de cambiar esa realidad. Nos olvidamos que, existe dentro de nosotros, ese observador, “el espíritu que Dios nos dio el día que nos creó.”
    
     ¿Qué tan positivos somos para creer en nuestra capacidad infinita?

     Lamentablemente, desde que somos niños, somos entrenados usando la lógica, las matemáticas y los conceptos de la física clásica, para deducir a través de realidades puramente físicas, e imposibilitando nuestra capacidad mental. Me refiero a esa capacidad energética que poseemos al ser parte integral de todo lo creado. En otras palabras, somos una clonación de un Ser poderoso; fuimos creados por un Ser extraordinario que al darnos su espíritu, nos dotó con la capacidad de creación para nuestro beneficio. 

     En efecto, no afectamos la realidad de forma consistente porque no creemos que podemos hacerlo. Escribimos una intención y después la borramos, pues creemos que es una tontería.
    
Si tuviéramos una fe genuina, podríamos andar sobre el agua y hacer cosas, que escapan a la realidad física. Sin embargo, lo que suele ocurrir es que cubrimos una enorme masa de pensamientos negativos con una niebla de optimismo superficial. En otras palabras, el pensamiento positivo no elimina la “DUDA”, solo la disfraza. En el fondo, seguimos diciéndonos: "¡No podré hacerlo...es imposible!"
    
     Tan arraigada está esta percepción que, al pensar en objetos, no solo los interpretamos, sino que trastocamos la realidad, viéndola más completa de lo que realmente es. En ese engaño quedamos atrapados, presos de una uniformidad que nos limita. Si asumimos que la realidad es absoluta y nosotros meros observadores insignificantes, cualquier intento de alterarla parecerá imposible. Pero, ¿y si la realidad no fuera una entidad fija, sino una posibilidad en constante construcción, moldeada por la propia conciencia?  Entonces surge una pregunta ineludible: 


     ¿Cómo podemos alterar, transformar la realidad para hacerla más plena y armoniosa?... 

¿Es acaso posible alterar o reconfigurar nuestra realidad o existencia?... 

     Favor prestar atención a los siguientes versículos

  • “Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza (…). Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (Génesis 1:26-27)

  •  “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” (Marcos 9:23).

  •  “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.” (Marcos 11:23).
    
     Como pudimos observar en los versículos bíblicos, el mismo Dios y su hijo: Jesús, enfatizan y despejan cualquier duda que podamos tener sobre nuestra capacidad. 

     Si analizamos el primer versículo, (Génesis 1:26-27), podremos comprender que, como parte de la creación, también somos parte de un gran sistema energético que se comporta en armonía con la voluntad del Creador, quien creó todo con sus manos. Por consiguiente, ese vasto universo y los campos energéticos que existen en él no son producto de la casualidad, sino más bien de la obra metafísica del Autor de nuestra existencia, de Aquel que ordenó el firmamento, fijó las estrellas y les dictó leyes.

     Los versículos segundo y tercero, (Marcos 9:23 – 11:23), nos sugieren, que somos seres con energía oscilante, capaces de canalizar, controlar y dirigir esa energía para alterar el estado de la materia mediante la fe. Lógicamente, estos versículos, no se alinean con la realidad objetiva, y la física tradicional consideraría esta afirmación como descabellada o simplemente una locura."

     Pero aún hay más. Las Sagradas Escrituras nos relatan que Jesús realizó grandes hazañas, desafiando las leyes físicas que conocemos; caminó sobre las aguas, sanó enfermos, trasmutó la materia convirtiendo el agua en vino, multiplicó alimentos, renovó materia en descomposición devolviendo la vida a un muerto, atravesó las paredes, y ascendió a los cielos desafiando la gravedad. Lo insólito de todo esto es que nos dejó una promesa sin limitaciones: “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará,(…). Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en su nombre.” (Juan 14:12-13).
    
     Es preciso entender que, al nosotros ser parte de este gran sistema energético, esto nos convierte en receptores de diversas fuentes de existencia. "El mundo entero está bajo el maligno" (1 Juan 5:19). Esto es cierto tanto para las energías positivas, aquellas que obedecen a un orden establecido y están en armonía (fuentes del Creador, Yahwéh), como para las negativas, es decir, “energías fractales”aquellas que obedecen a la entropía o al desorden, producto del caos (fuentes de un ser antagónico, a quien la Biblia describe como: “Satán”).
    
     Existe un mundo microscópico que no vemos: es el mundo de nuestras células, el mundo de nuestros átomos. Entre ellos se encuentran el hidrógeno, el oxígeno, el carbono y elementos trazas... Ellos poseen su propio lenguaje y su propia matemática, y no son solamente pequeños; cada uno es totalmente diferente, pero se complementan. Pues yo soy mis átomos, pero también soy mis células.

     Si meditamos profundamente, entenderemos que nuestra fisiología microscópica es verdadera, solo que en diferentes niveles, pero unísonamente para crear la realidad que queramos.

¡La gracia y las bendiciones de Dios sean contigo!

Frank Zorrilla

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