Mis queridos amigos y hermanos,

Pero ¿y si te dijera que todos estos conceptos no son realmente nuevos?
Esos conceptos gerenciales fueron enseñados hace más de 2,000 años por un humilde carpintero llamado Jesús de Nazaret.

"Mientras hoy buscamos herramientas gerenciales para producir ganancias, Él enseñó valores; donde otros ven recursos humanos, Él vio almas."
¿Sabías que tu vida es una empresa del cielo? ¿Estás siendo un buen administrador?
¿Sabías que tu vida es una empresa del cielo? ¿Estás siendo un buen administrador?
Este artículo te invita a ver tu vida como el proyecto más importante que se te ha confiado— una empresa divina que debe ser administrada con sabiduría, orden y propósito eterno.
"Administrar" no es otra cosa que el acto de ordenar, disponer u organizar recursos y bienes. En el ámbito empresarial o institucional, suele equipararse al concepto de gerencia.
Pero su esencia va más allá: Dios, como ser de orden y armonía perfecta, es el origen mismo de la administración. Él no solo la creó, sino que la plasmó en la creación: desde la estructura de los átomos hasta el balance del cosmos.
Por eso, saber administrar es un don divino. Todo conocimiento humano— incluyendo las ciencias gerenciales— emana de Su sabiduría infinita como lo expresa el libro de Proverbios 2:6.
La Biblia resume la responsabilidad de administrar de la siguiente manera:
"Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel." (1 Corintios 4:2)
Dios no nos pidió ser los dueños del mundo, ni siquiera de nuestra propia vida. Nos pidió ser fieles administradores. Todo lo que tienes —tu tiempo, tu cuerpo, tus dones, tu familia, tu trabajo— proviene de Él. Y un día, rendiremos cuentas.
Ahora bien, ¿qué tienen en común Jesús y el método Lean Six Sigma?
Parece una comparación atrevida, pero no lo es tanto.
El método Lean Six Sigma, por ejemplo, se basa en cinco pasos:
1. Definir
2. Medir
3. Analizar
4. Mejorar
5. Controlar
¿Te suena familiar? Jesús definía claramente el problema de la desobediencia o desconexión del hombre con su Creador, medía el corazón de los hombres, analizaba sus intenciones, ofrecía soluciones y luego llamaba al disipulado constante, es decir, control y seguimiento.
El ciclo Deming (PDCA- planear, hacer, verificar actuar) también resuena con los procesos espirituales del crecimiento cristiano. Y el método A3, con sus pasos para resolver problemas, se asemeja al proceso de convicción, arrepentimiento, renovación y acción que Jesús predicó.
Puedo citar seis principios de administración que Jesús enseñó para edificar, robustecer y dirigir tu vida de manera eficiente.
1. PLANIFICAR CON SABIDURÍA—Una buena administración requiere una buena planificación.
Jesús lo dejó claro:
“Porque, ¿Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.” (Lucas 14: 28-30).
2. ACTUAR CON DINAMISMO O DILIGENCIA—
La pereza espiritual produce esterilidad. La Biblia nos exhorta a ser “dinámicos” y “diligentes”, dejando la pereza a un lado y “actuar”.
La Biblia describe al “perezoso” de la siguiente manera:
- No le gusta trabajar-
“El deseo del perezoso le mata, porque sus manos no quieren trabajar.” (Proverbios 21:25)
- Le encanta dormir-
“Como la puerta gira sobre sus quicios, así el perezoso se vuelve en su cama.” (Proverbios 26:14).
- Le gusta dar excusas-
“Dice el perezoso: El león está en el camino; el león está en las calles.” (Proverbios 26:13).
- Desperdicia tiempo y energía-
“También el que es negligente en su trabajo, es hermano del hombre disipador.” (Proverbios 18:9).
La Biblia también advierte lo que le espera al perezoso:
- Humillación-
“La mano de los diligentes señoreará; mas la negligencia será tributaria.” (Proverbios 12:24).
- Futuro es sombrío-
“El perezoso no ara a causa del invierno; pedirá, pues, en la siega, y no hallará.” (Proverbios 20:4).
- Pobreza-
“El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada.” (Proverbios 13:4).
Los grandes gerentes no solo sueñan: ejecutan. Dios te llama a pasar de la intención a la acción.
3. EJECUTAR O EFECTUAR LOS CAMBIOS NECESARIOS-

Por lo tanto, debemos estar dispuestos a “CAMBIAR” y no resistirnos a ese proceso de mejoramiento (cambio) que es necesario para nuestras vidas.
Así lo dijo el gran Maestro Jesús:
"Nadie corta un remiendo de una nueva prenda de vestir exterior y lo cose en una vieja prenda de vestir exterior; pero si lo hace, entonces el remiendo nuevo se arranca, y además, el remiendo de la prenda nueva no hace juego con la vieja." (Lucas 5:36).
A este enunciado del divino Maestro, se le conoce en el mundo moderno empresarial como: “Principio de re-ingeniería”, cuyo significado es: cambiar lo que no es productivo o lo que no funciona, adoptando una nueva resolución o método.
Ahora bien, ¿es fácil cambiar?-
Definitivamente, ¡no!... Pero ya Jesús sabía de la parálisis paradigmática o resistencia al proceso de cambio que padece el ser humano, por eso en su parábola expresa:
“Nadie que haya bebido vino añejo quiere el nuevo; por que dice: ‘El añejo es exquisito.” (Lucas 5:29).
Por otro lado, el apóstol Pablo enfoca el tema del “cambio” en una de sus famosas cartas, describiendo con asombrosa exactitud la actitud correcta hacia el proceso de cambio y la mejor manera de cambiar:
"Y cesen de amoldarse este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su mente..." (Romanos 12:2).
Si comparamos esta exhortación de Pablo con el esfuerzo que hacen las administraciones empresariales para producir cambios en la cultura de una empresa, no nos queda más que admitir que el contenido en esta frase bíblica, es copiada y aplicada constantemente por líderes que pregonan la filosofía de gerencia: ¡El verdadero cambio se produce desde adentro hacia afuera! Esto implica que hasta que no haya conciencia interna de la necesidad de cambio no existirá una verdadera transformación.
Las palabras de Romanos 12:2 enfatizan una verdad fundamental: a menos que estemos dispuestos a modificar nuestros antiguos patrones de pensamiento, así como las creencias y esquemas de acción que forman parte de nuestros paradigmas— sustituyéndolos por nuevos valores, actitudes y principios alineados con los que deseamos adoptar— no experimentaremos un cambio genuino.
En esencia: sin esta transformación interna, no puede haber una manifestación externa de cambio duradero. De lo contrario, seguiremos siendo esencialmente los mismos.
4. TRABAJAR EN EQUIPO-
Jesús eligió un equipo diverso. No predicó solo. No sanó solo. No construyó el Reino solo.
"Si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él..." (1 Corintios 12:26).
En el Reino, no hay héroes solitarios. Hay cuerpos interdependientes.
Por eso hoy, en la mayoría de las organizaciones modernas, la mayoría del personal, trabaja en equipo; y en muy raras ocasiones alguien trabaja completamente aislado de los demás.
La organización que fundó Jesús y que desarrollaron los primeros cristianos se constituyó de gente corriente, humilde y sin muchas letras; pero conscientes de su necesidad de aprender y con disposición de participar. La Biblia relata que Jesús escogió este tipo de personas para demostrar la efectividad de su modelo de gestión participativa...
“No muchos sabios según la carne fueron llamados, no muchos poderosos, no muchos de nacimiento noble, sino que Dios escogió las cosas necias del mundo, para avergonzar a los sabios...” (1 Corintios 1:25).
5. COMUNICACIÓN ENTRE LOS INTEGRANTES-

Así lo expresó el apóstol Pablo:
“Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito." (1 Corintios 1:10)
Hablar con verdad, escuchar con empatía y expresar lo que Dios pone en nuestro corazón es parte de una buena administración relacional.
Muchas veces en las organizaciones burocráticas, la complejidad estructural y los vicios culturales suelen fomentar competencia entre departamentos e individuos. Esto genera que los objetivos no sean compartidos o que exista un lenguaje común que permita el entendimiento mutuo. Este mismo fenómeno se replica a nivel familiar: la falta de alineación conduce a la disfuncionalidad del núcleo familiar y, consecuentemente, al desequilibrio de sus miembros.
6. REVISAR EL RESULTADO Y MEJORARLO-
"De modo que si alguno está con Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron..." (2 Corintios 5:17).
Esto significa: ¡Dejar al viejo hombre rezagado en el pasado y disfrutar a plenitud la nueva transformación adoptada!
¿Sigues cargando con hábitos, relaciones o pensamientos que ya no tienen lugar en tu vida nueva? Evalúa. Ajusta. Mejora.
Dios te ha confiado recursos eternos: tiempo, palabra, fe, talentos, amor, influencia.
La verdadera pregunta es: ¿lo estás administrando fielmente?
La administración no es solo para líderes empresariales. Es para padres de familia, jóvenes con sueños, ministros del evangelio, empresarios cristianos y obreros del Reino.
Dios es el dueño. Tú eres el administrador.
Y si lo haces con sabiduría y fidelidad, escucharás al final:
"Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré." (Mateo 25:21)
Recuerda siempre que:
"Los principios gerenciales no nacieron en Harvard, sino en el corazón de Dios."
¡Dios los bendiga rica y abundantemente!
Frank Zorrilla
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