Mis queridos amigos y hermanos,
La problemática de una futura crisis medio-ambiental-económica-social debido a la súper población, es un asunto que se ventila en los foros científicos como: “Una amenaza latente que si no se enfrenta con rigidez y rigurosidad, podría colapsar el sostenimiento natural del planeta y convertirse en el factor base para la extinción del hombre sobre la faz de la Tierra”.
Entre los expertos que están dando la voz de alerta se encuentran los ambientalistas, naturalistas, geofísicos y economistas, quienes sirven de portavoces para alertar y orientar a los líderes sociales y políticos sobre los efectos potenciales que acarrearía en el futuro, el no tomar medidas estrictas para frenar la natalidad a nivel global. Aunque claro está, éste es un continuo y frustrante tema de discusión y disertación entre los que defienden el derecho a la natalidad y los que procuran controlar el crecimiento desproporcionado de la población mundial, convirtiéndose en un tema polémico de interés político, económico, social y religioso. Tema que dicho sea de paso, desgloso ampliamente en mi libro: “CONOCIENDO A DIOS A TRAVÉS DE LA CIENCIA” en el capítulo: “SÚPER POBLACIÓN Y EL DETERIORO DE LOS RECURSOS NATURALES”.
En palabras de David Attenborough (naturalista Ingles): “Los seres humanos somos una plaga sobre la Tierra. No es sólo el cambio climático, sino también la presencia masificada de humanos. Para los que quizás no haya recursos suficientes para alimentar a tan densa población. Si no la controlamos, el mismo planeta lo hará”.
Según otros analistas, si el proceso de urbanización continúa, la proporción de la población mundial que vive en las ciudades aumentará de 45% a 62% en el año 2025. Condición que creará densos centros de “emisiones antropogénicas” o emisiones producto de las actividades humanas en el clima de la Tierra.
Según otros analistas, si el proceso de urbanización continúa, la proporción de la población mundial que vive en las ciudades aumentará de 45% a 62% en el año 2025. Condición que creará densos centros de “emisiones antropogénicas” o emisiones producto de las actividades humanas en el clima de la Tierra.
No necesitamos ser Científicos para inferir que: a medida que la población aumente, aumentarán tanto las necesidades básicas para la vida (alimentos, agua potable, techo donde vivir, etc.), como también los problemas sociales, ambientales, sanitarios y de salud a nivel global. Muchos son los que temen que bajo esas condiciones, se desatará un pandemonio o convulsión social que terminará en una sangrienta lucha por la supervivencia.
Si echamos un vistazo a estudios estadísticos hechos por la ONU, el crecimiento poblacional a nivel mundial ha seguido una tasa de crecimiento bastante significativa desde el periodo comprendido de 1950-2000. Una tasa de crecimiento que dicho sea de paso, fue de 230% en comparación con el periodo de 1900-1950, es decir, la población mundial creció cuatro veces más durante el mismo lapso de tiempo.
¿Ha mermado el crecimiento poblacional desde entonces? Realmente, ¡No! Los datos estadísticos mostrados en el último censo de población a nivel global en el 2011, muestran que desde el año 2000 hasta el 2011 el aumento fue de 22.46% (con un crecimiento anual medio de 7.5%) completando 7.2 billones de seres humanos en el planeta.
¿Ha mermado el crecimiento poblacional desde entonces? Realmente, ¡No! Los datos estadísticos mostrados en el último censo de población a nivel global en el 2011, muestran que desde el año 2000 hasta el 2011 el aumento fue de 22.46% (con un crecimiento anual medio de 7.5%) completando 7.2 billones de seres humanos en el planeta.
Con este crecimiento tan significante en sólo 11 años, ¿Qué podemos esperar para el año 2050?... Lo crítico de este crecimiento, es que ha sido económicamente irracional; debido a que según los datos extraídos de ese censo, el mayor número de crecimiento poblacional ocurrió en países de bajos ingresos económicos; afectando aún más, la ya precaria e inadecuada infraestructura y la capacidad técnica y financiera de esos países en vía de desarrollo. Fenómeno que ligado al desequilibrio poblacional, trae consecuencias muy negativas, tanto a nivel social, ambiental y económico. *Esto debido a la densidad o concentración de personas en ciertos lugares por la disponibilidad de trabajo, y factores geográficos como: condiciones climáticas, topología de la región, cercanía de recursos naturales y agua potable.
Desde el punto de vista bíblico, podemos encontrar en la génesis del hombre que, Dios le autorizó a éste, el procrearse: “Fructificad y multiplicaos; llenad la Tierra y sometedla.”(Génesis 1:22). Dios le dio al hombre potestad sobre todas las cosas creadas, para su gusto y beneficio. Pero el hombre quiso ser como Dios, y al desobedecer, se convirtió en un ser pensante e independiente de Dios; conocedor del bien y del mal. Dijo Jehová Dios: “El hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal.” (Génesis 3:22).
El hombre, al convertirse en un ser pensante; al saber lo que le conviene o al estar en un estado de conciencia, está dotado de inteligencia para elegir, planear, controlar y ejecutar acciones que sean favorables para él. ¡Dios bendijo la creación y creó todo en pleno orden! Todo iba a ser dirigido y controlado por Dios; pero al hombre desobedecer, el libre albedrío se convirtió en su dios.
El plan de Dios no era crear una súper población con escasos recursos naturales, con problemas ecológicos y con problemas ambientales, con más espacio de agua salada que de tierra fértil. Si así hubiese sido, el plan de Dios no tendría sentido. Él fundó el universo y existen planetas 10,000,000 de veces más grandes que este donde vivimos. Por tanto, tenemos que estar conscientes que el crecimiento poblacional, los problemas ambientales, la escasez de agua potable, la irracionalidad y el desequilibrio económico, y todos los problemas que tenemos hoy, no es culpa de Dios, sino de nosotros mismos; y es nuestra responsabilidad acatar regulaciones y establecer controles en beneficio de todos.
Mi consejo final es: La prevención y la planificación son necesarias; por lo que es meritorio educar a nuestros hijos a temprana edad sobre la abstinencia sexual, la procreación irracional de hijos no deseados y la planificación familiar.
¡La gracia y las bendiciones de Dios sean con ustedes!
Frank Zorrilla
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