viernes, 28 de octubre de 2022

EL PODER DE LA COMPAÑÍA: UNA NECESIDAD HUMANA Y ESPIRITUAL

Mis queridos hermanos y amigos,


     “La soledad se admira y desea cuando no se sufre, pero la 
necesidad humana de compartir cosas es evidente.”
 
Carmen Martín Gaite



     Ninguna persona fue creada para vivir en soledad, sino para relacionarse con los demás y disfrutar de su compañía. ¡Somos seres sociables por naturaleza!… Por lo tanto, es un gran error pensar que los seres humanos no necesitamos a nadie. ¡Al contrario! El compañerismo y la amistad son esenciales para vivir en plenitud.

      ¿Cuántas veces deseamos estar a solas para encontrarnos con nosotros mismos? 

Sin embargo, una vez superamos esa crisis existencial, la necesidad de compartir con los demás renace, como una flor en primavera. Como dijo el  poeta español Gustavo Adolfo Bécquer: 

“La soledad es muy hermosa…cuando se tiene alguien a quien decírselo.”

     ¿Sabías que vivir en soledad, representa un riesgo para la salud mental?…

     Un estudio del Instituto de Salud Ocupacional de Finlandia reveló que las personas en edad laboral que viven solas tienen un 80% de probabilidad de sufrir depresión que aquellas que viven en el seno de una familia o acompañadas.   

     Además, se descubrió que quienes viven solos compran un 80% más de antidepresivos en comparación con quienes tienen compañía. “Nada se puede hacer en soledad."  Pablo Picasso.     

     La Dra. Lura Pulkki-Raback, líder de la investigación, aseguró que el riesgo real de sufrir problemas mentales en quienes viven solos podría ser incluso mayor de lo que reflejan las estadísticas. 

     Los psicólogos y terapistas en el área de salud mental coinciden en que el apoyo emocional y el sentido de integración social protegen contra los trastornos mentales. Por esta razón, quienes esto se aíslan en busca de soledad tienden a deteriorar su bienestar emocional a medida que el aislamiento se prolonga. Como bien dijo Marilyn Monroe: “Vivir sola es como estar en una fiesta donde nadie te hace caso.”

     Ahora bien, ¿el aislamiento solo afecta la parte emocional? 

     En realidad, la soledad impacta tanto nuestra salud mental como nuestro bienestar físico. Las emociones ya sea miedo, tristeza, alegría, vergüenza, envidia, felicidad o sorpresa, generan respuestas físicas en nuestro cuerpo. Así, el aislamiento no solo nos entristece, sino también puede afectar nuestra salud de manera tangible.   

      Si Dios, en su excelsa e infinita sabiduría y majestad creó orden y cooperación en el mundo animal- donde existe cooperación mutua, además del mutualismo o simbiosis; esto es, la asociación de especies diferentes que se ayudan mutuamente para beneficiarse o sobrevivir- ¿Cómo iba a ser el ser humano la excepción?  

     Desde el principio,Dios estableció que la ayuda idónea o compañía emocional y física del hombre era una necesidad. Al crear Dios al hombre y ponerlo como mayordomo de todo lo creado, pudo haber permitido que conviviera solo con el reino animal y vegetal. Sin embargo, consideró que debía crear a otro ser similar para que éste no se sintiese solo. 

“Y dijo Jehová Dios: “No es bueno que el hombre esté solo.” Génesis 2:18.  

     Este versículo nos deja claro que el diseño humano incluye la necesidad de relacionarnos con otros. ¡Tal vez por eso la soledad nos golpea con tanta fuerza!

     El Dios que adoramos, es un Dios de relación y comunidad. Eso es algo evidente de su propia naturaleza. Él es la Trinidad- tres en uno; Dios el Padre, Dios el Hijo, Dios el Espíritu Santo.    

     Dios mismo es un ser de relación y comunidad. Su naturaleza trinitaria- Padre, Hijo y Espiritu Santo- muestra la importancia de la conexión y el compañerismo.

      En las Sagradas Escrituras, encontramos muchos ejemplos de personas que, aún a pesar de estar rodeadas de otros, experimentaron soledad. El rey David sintió esa soledad; y angustiado, clamaba a Dios para que fuera su refugio en momentos de angustia. Los Profetas de Dios también sufrieron el dolor del rechazo. Incluso Jesús experimentó la soledad cuando sus discípulos lo abandonaron.     

     Por eso, la Palabra Inspirada nos insta a vivir en comunión y ayuda mutua:

 "Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos." Mateo 18:20   

     Tan importante es la compañía que Jesús envío a sus discípulos de dos en dos a evangelizar, asegurando así apoyo tanto espiritual como físico.

   Eapóstol Pablo, en sus cartas, menciona las dificultades y la tribulación que enfrentó. Pero lejos de mostrarse como alguien desesperanzado, aislado o deprimido, siempre destacó la fortaleza que Dios le dio y la alegría de contar con amigos que lo apoyaron.  ¡Eran compañeros en el camino de la vida!  

     Por ese motivo, cuando les escribió a los cristianos que vivían en Filipos, les dijo que además de poner su confianza en Dios, reconocía que ellos habían estado a su lado y lo habían apoyado en los momentos más difíciles.

     Porque el verdadero compañerismo se trata de eso: estar con los demás en los buenos y malos momentos, ofreciendo ayuda y comprensión, y también permitiendo que otros nos acompañen cuando seamos nosotros quienes necesitamos de compañía.    

     En su doloroso camino al Gólgota, Jesús también recibió ayuda para cargar el pesado madero. Simón de Cirene tuvo compasión y acudió a su auxilio para alivianar su carga. De la misma manera, en algún momento de nuestra vida necesitaremos a alguien que nos extienda la mano con compasión. 

      Por eso, dejemos de lado el aislamiento voluntario. Dios nos da fuerzas para enfrentar cada situación y nos rodea de personas dispuestas a apoyarnos. ¡Celebremos la compañía de quienes nos aman! Aprendamos a ser buenos compañeros y a practicar la solidaridad.

    Recuerda: ¡la carga es más liviana cuando se comparte!

   ¡Dios los bendiga rica y abundantemente!

Frank Zorrilla

martes, 26 de julio de 2022

HIPOCRESÍA O COHERENCIA: ¿CÓMO REFLEJAMOS NUESTROS VALORES?

Mis queridos amigos y hermanos,   


“Es más fácil luchar por unos principios, que vivir de acuerdo con ellos." Alfred Adler 


     ¡Cuánta razón tenía el psicólogo Alfred Adler en la cita que abre este artículo!… La coherencia, esa virtud de coordinar congruentemente o alinear lo que pensamos, decimos y hacemos, ha sido siempre un ideal difícil de alcanzar, a veces incluso cercano al surrealismo. Esta armonía entre pensamiento, palabra y acción es precisamente lo que define la  “Coherencia.”


     En el ámbito social, la coherencia se asocia con conceptos como congruencia, integridad e interacción. Desde esta perspectiva, una persona coherente, es aquella cuya actitud es consecuente con su postura mental, de modo que los demás perciben una congruencia o una alineación entre su forma de pensar, sentir y actuar, incluso si no comparten sus ideas. Coherencia personal implica mantener una imagen fiel a los principios que una persona considera representativos de su identidad y responsabilidad social. En términos simples,  la hipocresía no forma parte de un individuo verdaderamente coherente.  
 
¿Es la coherencia una virtud innata en el ser humano?

      No. Como toda virtud, la coherencia es un hábito o comportamiento aprendido que se desarrolla con el tiempo. Al interactuar en una sociedad diversa y compleja, con valores y expectativas distintos, a menudo nos vemos tentados a modificar nuestro discurso o nuestras acciones para obtener aceptación o beneficios personales. Esta tendencia se asemeja al llamado “Síndrome del Camaleón”, donde la adaptación a diferentes circunstancias puede llevar a una incongruencia entre lo que se piensa y lo que se hace, dando lugar a actitudes  hipócritas en lugar de actuar en concordancia con nuestros principios y valores.  

     El ser humano es dinámico y se desenvuelve en una sociedad en constante cambio con movimientos oscilatorios de situaciones y oportunidades. Para ser verdaderamente coherente, es necesario alcanzar un alto nivel de integración personal. Un sujeto integrado se caracteriza porque su parte luminosa y su parte oscura son incluidas y aceptadas. La mixtura enriquece y aporta sabiduría y comprensión, tanto así mismo, como a los demás. Al no integrar esas características negativas con las positivas de nuestra personalidad, cometemos el error de usar dos caras en una misma moneda, la temida “doble moral” que tanto agobia y afecta a nuestra sociedad. 

 

A parte de los políticos a los que estamos acostumbrados:


¿Conoces en tu medio social alguna personalidad coherente y digna de imitar? 


     Los seres humanos somos seres falibles e imperfectos. Si bien debemos esforzarnos para ser coherentes en lo que predicamos y practicamos, es casi imposible alcanzar una coherencia total. Sin embargo, podemos aspirar a un nivel de coherencia lo suficientemente alto com para vivir de manera íntegra y satisfactoria. Como bien expresó Gandhi:


      “La felicidad consiste en poner de acuerdo tus pensamientos, tus palabras y tus hechos.” 

     Desde esta perspectiva, la coherencia está estrechamente ligada a la integridad, entendida como una conducta honesta y recta. Sin embargo, alcanzar un estado de felicidad basado en la coherencia no es tarea fácil. Solo al final de nuestras vidas, cuando evaluamos nuestras acciones, relaciones y principios, podemos determinar si hemos logrado un nivel significativo de coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. 


     El psicólogo Walter Riso lo expresa de manera contundente:


     “Hay gente que funciona como una escopeta de perdigones: piensa una cosa, siente otra y sus actos se dispersan sin dirección.”



     Las Sagradas Escrituras nos ofrece numerosos ejemplos de coherencia,  e incoherencia en la conducta humana. Un caso notable es la reprimenda que el apóstol Pablo dirigió  a Pedro:

“Pero cuando vi a Pedro y algunos que andaban con él que no andaban con rectitud en cuanto a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como los judíos, ¿Por qué obligas a los gentiles a vivir como judíos. Ese es un acto hipócrita.” (Gálatas 2:11-14). 

     Pedro, pesar de ser uno de los discípulos más cercanos a Jesús y un precursor del Evangelio mucho antes que el apóstol Pablo, mostró una actitud incoherente con las enseñanzas que había recibido. Esto demuestra que la cercanía con el conocimiento o la verdad no siempre garantiza una conducta consecuente. En lugar de emular o imitar el comportamiento de Jesús, Pedro fingía un sentimiento contrario a sus creencias, tratando de encubrir lo que aún no había asimilado de sus enseñanzas.

     Si buscamos el modelo supremo de coherencia, lo encontraremos en Jesús de Nazaret. Su integridad y congruencia fueron puestas a prueba en múltiples ocasiones,  pero nunca se halló contradicción en Él. Como dice Hebreos 4:15:

 “Fue tentado tal como somos tentados nosotros, con la única diferencia de que él nunca cometió pecado.”  

     Jesús es el mejor referente para quienes buscan un modelo de vida basado en la coherencia. Su ejemplo nos invita a alinear nuestras acciones con nuestros principios, alcanzando así una mayor integridad y, en consecuencia, una vida más plena.   

     Etimológicamente, el término “coherencia” proviene de cohesión, lo que implica una relación lógica entre acción y consecuencia. Una persona coherente es aquella que mantiene una conexión clara entre lo que piensa y la manera en que actúa en su vida diaria. 


     Independientemente del contexto en que se desenvuelva un individuo, ya sea en el ámbito laboral, social o familiar la coherencia es fundamental. Un individuo incoherente genera desconfianza y pierde credibilidad entre los demás. Por ello, debemos esforzarnos por vivir de manera alineada con nuestros valores, evitando la hipocresía y practicando la autenticidad en nuestras relaciones.


¡Dios los bendiga rica y abundantemente!


Frank Zorrilla


sábado, 11 de junio de 2022

"DE LA POESÍA A LA OBJETIFICACIÓN: La Degradación Imprudente de la Mujer en un Escenario Sin Censura."

Mis queridos amigos y hermanos,


     El Cantar de los Cantares nos regala una de las representaciones más sublimes del amor y la admiración hacia la mujer. En sus versos, el sabio Salomón eleva a su amada con una metáfora tras otra, celebrando su belleza integral:

     "¡Cuán bella eres, amor mío!

 ¡Cuán encantadora en tus delicias!

Tu talle se asemeja al talle de la palmera, y tus pechos a sus racimos. 

Me dije: “Me treparé a la palmera; de sus racimos me adueñaré. 

¡Sean tus pechos como racimos de uvas, tu aliento cuan fragancia de manzanas, y como el buen vino tu boca! "

(Cantar de los Cantares 7:7-9).


     Estas estrofas no son una mera enumeración de atributos físicos, sino una exaltación poética que fusiona lo sensual con lo espiritual, reconociendo en la mujer un ser digno de admiración y respeto


     Como señala el teólogo Timothy Keller, "El Cantar de los Cantares muestra que el amor erótico, en el contexto del pacto matrimonial, es algo bueno y hermoso creado por Dios."  

  

     Es que, entre otras cosas, podemos notar que, esta obra establece un paradigma en el que la fascinación amorosa se expresa con cortesía, exquisitez y profunda reverencia.

      En su lírica refinada, Salomón exalta las virtudes de la mujer en forma de poesía. Alaba su belleza en un lenguaje altamente simbólico, haciendo hincapié en sus atributos físicos, aquellos que deleitan los ojos y despiertan el deseo de un encuentro íntimo donde se manifiesta el amor. Indiscutiblemente, El Cantar de los Cantares es considerado uno de los libros de amor más bellos de la literatura universal. Incluso, algunos eclesiásticos lo interpretan como una representación figurada del amor puro de Jesús por su novia, la iglesia.  

    

     La tradición de honrar a la mujer a través del arte nos un caso aislado. Grandes poetas y cantautores han seguido ese camino, resaltando su valor sentimental, pasional y espiritual. Pablo Neruda, Mario Benedetti, Jaime Sabines, Gustavo Adolfo Bécquer, en sus Rimas, convirtieron a la mujer en musa, en un ser complejo y digno de devoción.

      Cantautores románticos de la talla de José Luis Perales, Julio Iglesias, Juan Luis Guerra, Joan Manuel Serrat, Ricardo Montaner, entre muchos otros, al musicalizar a poetas como Antonio Machado y Manuel Alejandro, han prolongado este legado de dignificación artística que entiende la belleza femenina no como un recurso, sino como una inspiración
  
     Sin embargo, el panorama cultural contemporáneo presenta, una ruptura drástica con esa visión. 

¿Arte o erotismo a nivel grotesco?
     En las últimas décadas, ciertos sectores de la música urbana han reducido sistemáticamente la imagen de la mujer a la de un mero "objeto sexual", utilizando letras explícitas, lascivas  abiertamente irrespetuosas. 

     Este fenómeno no es solo una percepción moralista: es un hecho documentado. Más que arte, pareciera que ciertos exponentes urbanos usan su música para desahogar una mentalidad misógina y sexista. 

  

     La psicóloga social Jean Kilbourne, pionera en el estudio de la imagen femenina en la publicidad, afirma:

     "La publicidad y la cultura popular no causan directamente la violencia contra las mujeres, pero crea un clima en el que la violencia se ve como aceptable y, de hecho, como sexy."

     Esta observación se aplica perfectamente a muchas letras urbanas, donde la lujuria despersonalizada y la sumisión femenina se presentan como atractivos o deseables.

     La filósofa Rae Langton va más allá:

     "La pornografía y ciertos contenidos mediáticos no solo erotizan la sumisión de la mujer, sino que instruyen a los hombres sobre lo que es deseable y adoctrinan a las mujeres sobre lo que deben ser."

     Estas palabras revelan la profundidad del problema: las letras no solo reflejan una mentalidad, sino que la modelan activamente, contribuyendo a una cultura de codificación normalizada.

Mujeres en diversos escenarios 
     Creo que la mayoría es consciente de que el género urbano — también conocido como "arte callejero musical"— se desenvuelve en una delgada línea entre la expresión estética, lo político y lo social.  

     Algunos de sus exponentes han optado por un lenguaje vulgar que denigra a la mujer, incita a la violencia y promueve la rebeldía contra los valores establecidos. No obstante, el derecho a la libre expresión les ha permitido difundir estos mensajes con total impunidad, respaldados por la industria musical y, por qué no decirlo, con la permisiva complicidad de las autoridades. 

  

     Ante la osadía de estos interpretes de la música urbana, que reducen a la mujer a un mero objeto sexual, surgen preguntas incómodas, pero inevitables:

      ¿Dónde está la voz firme de los movimientos feministas frente a esta forma de objetificación?


   ¿Acaso la degradación de la mujer como “objeto sexual” no forma parte de su agenda?  O ¿solo les interesa la lucha por la igualdad de género? 


     Si bien su agenda se ha centrado con fuerza en la igualdad de género y la violencia física, la batalla contra la degradación simbólica en la cultura pop a veces parece menos prioritaria. No porque no exista conciencia del problema, sino porque combatir los micromachismos y los patrones culturales enraizados es una batalla más compleja y menos tangible.

     Pero, más preocupante y desconcertante aún es observar cómo muchas jóvenes corean con euforia canciones que las reducen a estereotipos. 

     ¿Por qué tantas jóvenes adolescentes siguen a estos artistas urbanos y correan sus canciones con algarabía e euforia, en lugar de alzar la voz contra estos atropellos?

      Según los expertos en comportamiento social, la sexualidad ente los jóvenes está experimentando una transformación alarmante. Factores como la proliferación de la pornografía, el acceso temprano a contenido sexual explícito, el consumo de estupefacientes y la erosión de ciertos valores tradicionales están modificando la percepción de la mujer, reduciéndola en muchos casos a un objeto de placer. 


     Esta distorsión lleva a muchas adolescentes a interpretar erróneamente las letras denigrantes de algunas canciones como un simple componente de un movimiento cultural moderno cargado de simbolismo sexual. 


     Por otra parte, la teoría de la autopercepción en la psicología social sugiere que a menudo interiorizamos los roles que la cultura nos asigna. En ese sentido, la investigadora L. Monique Ward halló en sus estudios algo sorprendente:


     "Un mayor consumo de medios de entretenimiento está vinculado a actitudes más tradicionales y sexualizadas sobre los roles de género entre los adolescentes."


     En otras palabras, muchas jóvenes no protestan porque han normalizado que su valor está ligado a su sexualidad y al deseo masculino.


     Y es que muchas veces, la sumisión cultural se disfraza de libertad.  


     A lo largo de la historia, la mujer ha sido pilar fundamental de la sociedad: agricultura, sanadora, educadora y dadora de la vida. Reducirla a un objeto en una canción no es solo un acto de misoginia, sino una forma de pobreza cultural y espiritual.


     Como sociedad, el desafío es claro. No basta con condenar: es necesario educar y elevar. Fomentar una alfabetización mediática crítica que enseñe a los jóvenes a cuestionar los mensajes que consumen. 


     Es necesario elevar y fortalecer la autoestima femenina desde la infancia y promover representaciones de la mujer en el arte que, como hacía Salomón, celebren su esencia integral. 


     El camino no es censurar, sino dignificar. Como bien expresa el periodista Santiago Rojas:


     "El verdadero amor no nace de la posesión, sino del reconocimiento de la alteridad; de ver al otro no como una extensión de mis deseos, sino como un ser único y autónomo digno de admiración."


     Recuperar esa mirada es la tarea más urgente. Solo así el arte podrá volver a reflejar la belleza de la verdad y no la banalidad del deseo.


     No obstante, es de esperar que la dinámica cultural de los movimientos artísticos siga manifestándose con mayor apogeo a medida que avancen las nuevas generaciones, especialmente si estas presentan carencias en su formación moral y espiritual.


     Pero, como bien señaló Elaine Morgan:


     "Hacen falta dos para bailar, y hacen falta dos para convertir a una mujer en objeto sexual."


     Frente a esta realidad, solo mediante iniciativas que fomenten la educación, el respeto, el fortalecimiento de la autoestima femenina y los valores espirituales se podrá frenar el constante ultraje a la dignidad de un ser tan especial como lo es la mujer.


  ¡Dios los bendiga y los guarde!  


Frank Zorrilla  

     


viernes, 13 de mayo de 2022

EL EVANGELIO QUE LA RELIGIÓN CALLÓ: "Jesús no solo oraba...Sentía con el Corazón y Transformaba la Realidad"

Mis queridos amigos y hermanos,


“No quemes libros. No creas que vas a ocultar pensamientos

ocultando las pruebas de que alguna vez existieron.” Dwight David Eisenhower. 


     Si alguna vez has escuchado hablar del gran Maestro de Galilea, del Nazareno, del Mesías o de Jesús el Cristo, se lo debes, a los Evangelios. Estos relatos, recopilados en la Biblia, provienen de testigos presenciales como Mateo, Juan y Marcos, y también de testigos indirectos, como Lucas.


    Mateo y Juan fueron discípulos cercanos de Jesús. Vivieron con Él, caminaron a su lado, y dejaron testimonio de sus palabras, sus obras y, sobre todo, de su mensaje. Marcos, aunque no fue parte directa del grupo de los Doce, tuvo acceso a fuentes fidedignas, probablemente Pedro. Y Lucas, médico de profesión, fue un investigador riguroso, que se encargó de recopilar con esmero los acontecimientos fundamentales del cristianismo primitivo.  


     Sin embargo, hay un evangelio escrito por otro discípulo de Jesús que fue excluido del compendio de libros que conforman la Biblia:el Evangelio de Tomás. 

     Este manuscrito se mantuvo enterrado, y finalmente fue hallado por pura casualidad en diciembre de 1945, en Nag Hammadi, Egipto junto con otros textos en arameo, la lengua original de Jesús. Según los estudiosos, este evangelio fue escrito al alrededor del año 60 d.C., pero fue catalogado  como apócrifo — es decir, de dudosa autenticidad— y vinculado con ideas gnósticas, un movimiento o corriente espiritual que proponía una relación más directa y personal con lo divino, al margen de las estructuras religiosas oficiales o tradiciones ortodoxas de la época.  

 

     Pero, ¿qué tiene de especial este evangelio? 


Primero, nos llama la atención el título que eligió este discípulo para narrar la vivencia que tuvo con Jesús. Este evangelio inicia con una declaración poderosa: 


     “Estas son las palabras ocultas que habló Jesus vivo, y Judas Tomás Dídimo escribió.”


     Desde el comienzo, Tomás nos advierte que está revelando algo escondido, algo que no fue incluido en los evangelios tradicionales.


Segundo, muchas de las frases atribuidas a Jesús en este texto guardan congruencia y similitud con las de los evangelios canónicos, pero con la salvedad de que algunas frases son más completas o revelan matices que en otros textos aparecen cortados o editados. Esta ampliación ofrece una mirada más profunda a las enseñanzas del Maestro. 


Tercero, sorprendentemente, algunas afirmaciones del Evangelio de Tomás encuentran eco en descubrimientos de la física cuántica y en la comprensión moderna del campo unificado. Según ciertos investigadores, las enseñanzas de Jesús contenidas en este texto parecen aludir a principios de conexión mente-corazón que hoy la ciencia comienza a vislumbrar.


     Estos textos, son de vital importancia, porque nos ayudan a entender el cristianismo primitivo desde una perspectiva eclesiástica fuera del marco canónico oficial, y al mismo tiempo, nos ofrecen una óptica distinta a las enseñanzas de Jesús.

     No obstante, si ese manuscrito es tan tan especial, ¿por qué además de no incluirlo a los evangelios canónicos, se mantuvo y se ha mantenido en secreto?….


“En verdad os digo que cualquiera que diga a este monte: 'Quítate y arrójate al mar', y no dude en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.” (Marcos 11:23). 


     En el Evangelio de Tomás, esta enseñanza adquiere una nueva dimensión. 


“Cuando tú hagas de los dos: PENSAMIENTO y EMOCIÓN uno, podrás decirle a esa montaña: 'Muévete' y se moverá." Evangelio de Tomás, versículo 106 

     Aquí no se habla simplemente de fe como creencia, sino de una poderosa fusión interior. Se trata de alinear la mente con el corazón, el pensamiento con la emoción. 


    Y sobre la oración: 

“De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. (Juan 16: 23-24).


     Tomás recoge la misma promesa de Jesús, pero con una expresión profunda transformadora. 


“De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre ESTRICTAMENTE en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre. Pedid, SIN MOTIVO OCULTO Y SED RODEADOS POR VUESTRAS RESPUESTAS Y ENVUELTOS EN AQUELLO QUE DESEÁIS,  y lo recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.” —Evangelio de Tomás. 
     
     Esto sugiere una forma de oración vivencias: no pedir como quien espera, sino como quien ya siente que ha recibido. El lenguaje no es verbal, sino emocional. Como dice el Salmo:

"Deléitate en el Señor, y Él te concederá los deseos de tu corazón." (Salmo 37:4)

     Como podemos observar, el Evangelio de Juan no incluye las frases: "Sin motivo oculto y sed rodeados por vuestras respuestas y envueltos en aquello que deseáis"— 

     Además, notemos que la petición se hace en tiempo presente, asumiendo el sentimiento de que ese deseo o petición ya ha sido cumplido o ya estuviera en nuestras manos.

     En contexto, en el Evangelio de Tomás, cuando pedimos 'SIN MOTIVO OCULTO', alineados en pensamiento y  emoción, emitimos una señal clara y poderosa no dando participación al ego. Y es entonces cuando el cielo responde. 


"La oración no es pedir. Es un anhelo del alma. Es una confesión diaria de la propia debilidad. Es mejor tener un corazón sin palabras, que palabras sin corazón." Mahatma Gandhi.

     Esta forma de oración contestada no es ajena a la historia. Los esenios, una antigua comunidad judía establecida a mediados del siglo ll antes de Cristo, ya practicaban este tipo de conexión espiritual. Su manera de orar no era pedir verbalmente, sino generar el sentimiento de que lo pedido ya era real. Vivían su oración.  

     "La emotion es el lenguaje que habla con Dios. Si el pensamiento es la chispa, la emoción es el fuego."Gregg Braden

¿Cuántas veces nosotros hemos pedido a Dios por un milagro, por una sanidad, por una respuesta... y no hemos visto resultados?


Me imagino que tú también has estado en esa situación tan difícil e incomoda. Tal vez no hemos comprendido que la oración no se trata solo de hablar, sino de sentir. Tal vez hemos hecho pedidos con duda, con temor, o motivados por el ego. 

     Te invito a que explores el lenguaje del corazón basado en la unificación del pensamiento y la emoción, para dar lugar a la transmisión de vórtices de energía que como códigos son recibidos y contestados. Que no solo ores con tu boca, sino con todo tu ser. Que sientas, que visualices, que agradezcas como si ya lo hubieras recibido.

    "La fe no es esperar a que las cosas pasen, es vivir como si ya hubieran sucedido."

     Recordemos que la voz es solo la emisión sonora de lo que queremos, más la resonancia divina es solo posible con el lenguaje del corazón y cuando combinamos el pensamiento y la emoción, retomamos el mensaje perdido que la iglesia quería ocultar, pero como dicen Las Escrituras:

 "Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a la luz."  (Marcos 4:22)

     Y si deseas profundizar más en cómo la ciencia respalda estas prácticas espirituales, te recomiendo leer el artículo: Los Efectos Biológicos y  Espirituales de la Radiación Electromagnética. 


¡Dios los bendiga rica y abundantemente!


Frank Zorrilla