jueves, 1 de agosto de 2013

LA CARENCIA DE UN BUEN LIDERAZGO Y LA INFLUENCIA DEL NARCISISMO‏


Mis queridos amigos y hermanos,


Liderazgo con propósito
     Henry Kissinger, considerado en el mundo diplomático como uno de los cancilleres más brillantes de los últimos tiempos dijo: “La tarea de un líder es llevar a su gente de donde está, hasta donde no haya llegado jamás”.
     Pero, la pregunta de lugar es: ¿Hacia dónde nos quieren llevar nuestros líderes?, ¿cuáles son sus agendas?- En nuestra sociedad actual, existe una escasez de auténticos y verdaderos líderes. Lastimosamente, me estoy refiriendo en términos generales; tanto en el plano político, social, como en el espiritual.
     Como cuestionó Jesús: “¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?, ¿No caerán ambos en el hoyo?”. La autenticidad de nuestros líderes, se ha confundido con el aparentismo desmesurado, narcisismo pernicioso descontrolado y el oportunismo irracional de insensatos, quienes maliciosamente ocultan sus verdaderos propósitos e intenciones; y al mismo tiempo, conducen a sus seguidores al despeñadero moral, socioeconómico y espiritual.
Narcisismo 

     Si estudiamos las características de los líderes políticos, encontraremos que la gran mayoría de éstos, han adoptado un sofisma pedestre repudiable y condenable. Término peyorativo que sólo trata de definir en forma concisa y abierta, la figura de éstos elementos que más por su demagogia barata para persuadir, confundir y engañar a los incautos; sus acciones, (una vez consiguen la posición deseada), demuestran sus abominables intenciones. Muchas veces esas acciones deplorables, y según la teoría psicoanalítica, son consecuencia directa de trastornos de la personalidad o narcisismo patológico que arrastran desde la niñez, y que como fuerza motriz los impulsa al ambiente político, haciéndolos proclives a la fanfarronería, a la altanería, a la intransigencia y al afán desmedido de lucro usando diversos medios (malversación del erario público, soborno y cabildeo, etc.).
Esos líderes políticos, se reúnen en secreto o tras bastidores, para discutir sus agendas y diseñar sus estratagemas para defenderse entre sí en las diversas cámaras que conforman los sistemas democráticos; pero en público, dividen a las masas por sectores u organizaciones partidistas. Y dentro de estas masas, seguidores ineptos de diversas índoles. Entre ellos: los avaros que canjean su integridad por dinero o posición; y por el otro lado, los ingenuos que creen y se desviven por propuestas llenas de falsedad. Pero ambos grupos, son seguidores serviles a ciegas; enanos intelectuales que se dejan manipular al antojo de estos discípulos satánicos. Seguidores que se pelean entre sí para defender, con sus vidas, si es necesario el desafuero de estos líderes. Condición que los convierte en:“aduladores recalcitrantes” en lugar de defensores obstinados”. En palabras simples, nos dejamos embaucar por esos líderes y nos convertimos en “esclavos ideológicos”; en autómatas condicionados a aceptar todo el estiércol inmoral que ellos exhiben con orgullo. ¡Condición que nos arrastra a la ignominia y la pobreza! Más como enfatizó, Emilio Prud´Homme, en una de las estrofas del Himno nacional dominicano: “Ningún pueblo ser libre merece, si es esclavo, indolente y servil; si en su pecho la llama no crece que templó el heroísmo viril (…).”
     Haciendo eco de esa estrofa y extrapolando los versos a estos tiempos modernos, recitaría: “Ningún pueblo merece ser libre, si su mentalidad es esclava de ideologías absurdas; si se deja pisotear por su indolencia; si es vil adulador de líderes perniciosos que se mofan sin reparo de las leyes establecidas y ponen en riesgo la estabilidad socioeconómica de los ciudadanos. Si no siente en su corazón el vehemente deseo y el coraje de defender con integridad y altruismo sus valores intrínsecos”. En esencia, el significado se mantiene intacto, el contexto no cambia; porque no sólo podemos ser esclavos físicamente, pero lo que es peor: “mentalmente”.
     ¿Qué podemos decir de los líderes espirituales?- A groso modo, existen tres tipos de líderes espirituales. (Aunque es importante mencionar que al igual que otros líderes, también pueden sufrir de cualquier orientación narcisista; ya sea reactiva, engañosa y/o constructiva).
Líderes espirituales que utilizan el ministerio, tanto para enriquecerse a expensas de la necesidad espiritual de sus semejantes, como para alimentar su ego con el poder y autoridad que les confiere la feligresía. Dirigiendo a los ilusos, de acuerdo a su propio criterio. (este tema fue ampliamente desglosado en un artículo que titulé: “PRACTICANDO LA FE CRISTIANA ENTRE LOBOS”. 

     La feligresía dirigida por estos impostores, son embaucados a través de interpretaciones erróneas que sólo benefician a la cúpula administrativa. Más, el mismo Jesús nos advierte diciendo: “Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán”. (Mateo 24:5). Y el apóstol Pablo nos recalca: “Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.” (Efesios 4:14).
Los líderes espirituales que carecen de dinamismo y visión espiritual. Estos son aquellos, que debido a la miopía espiritual, someten a la feligresía en un estado de inercia y de letargo espiritual. Consecuentemente, y producto de ese liderazgo deficiente, el cuerpo de Cristo (la iglesia) se convierte en un cuerpo deforme; porque no existe un desarrollo coherente en todos los componentes y estructuras que lo conforman para trabajar unísonamente. Como dice el apóstol Pablo: “De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”. (Efesios 4:16). 

     Cuando sucede este tipo de liderazgo, se distingue en la feligresía la dejadez y apatía en robustecer la fe con fervor y tesón; y por consiguiente, el desánimo espiritual entre sus miembros va tomando “matices tibios”; escaseado la consagración colectiva, y la misión principal como cuerpo de Cristo: ¡Pregonar el evangelio para rescatar almas de las manos del enemigo!... Lo lamentable de esta situación de tibieza espiritual, es que con el tiempo, se transforma en hipocresía espiritual y piedra de tropiezo para la obra. Y Jehová es enfático al respecto: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.” (Apocalipsis 3:15-16).

  • Líderes consagrados al cuerpo de Cristo y a la obra evangelizadora. Estos líderes son: los buenos pastores”; son los que se distinguen por su planificación, organización, fluidez y enfoque en la misión evangelística. No acaparan la atención directamente hacia su persona, más saben delegar funciones a los demás miembros de la feligresía; incentivándolos, sirviendo de mentores y de ejemplo a seguir. Son los que procuran servir como piedra angular para edificar el ministerio; los que reflejan con sus acciones, la misma imagen de Cristo y de los apóstoles; inyectando con su carácter, el entusiasmo y el deseo de trabajar con devoción para conquistar coronas a través de la santidad. 
     Estos buenos "Pastores", son los que están listos para redargüir e instruir a tiempo para evitar la división del cuerpo de Cristo. Son los que están alertas para denunciar, alertar y corregir a la feligresía contra las asechanzas del enemigo; predicando sin tapujos la esencia misma del evangelio y apegados a las firmes convicciones del apostolado. Los que en la terrible convulsión de los tiempos, su valentía y sensatez ayudan a apaciguar el temor de los más débiles. Los que como antorcha encendida alumbran el camino de los que le siguen para visualizar claramente el camino hacia la Canaán Celestial

     Más esa virtud de buen pastor, es correspondida por el mandato de Cristo: “Si me amas, apacienta mis ovejas”. Responsabilidad que tendrán que rendir cuenta ante Dios, según nos dice el apóstol Pablo: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.” (Hebreos 13:17).
     ¡El mundo tiene necesidad de líderes auténticos; líderes honrados e íntegros, y antes esa necesidad, es nuestro deber estar alertas y no ser seguidores a ciegas de lobos disfrazados de ovejas!

      Debemos ser cautos y observar con diligencia el fruto de estos hombres y mujeres que quieren guiarnos sólo para aprovecharse de nuestras necesidades materiales y/o espirituales. Tomemos a conciencia el gran mensaje que nos dejó el divino Maestro; el mensaje que nos da una señal clara e irrefutable para distinguir a los verdaderos y auténticos líderes de los farsantes: “Por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:16).
Y ahora una pregunta de conciencia: ¿Quieres tú ser un líder?- y si tu respuesta es afirmativa, ¿Qué tipo de líder quieres ser?
¡La gracia y bendiciones de Dios sean contigo!
Frank Zorrilla



viernes, 26 de julio de 2013

LA REALIDAD NO ES LO QUE PARECE: "La Lógica y los Paradigmas nos Mantienen Prisioneros. Despertemos a la Libertad Espiritual"


Mis queridos amigos y hermanos,

¿Alguna vez te has detenido a reflexionar sobre el acto de estar consciente?

     Si lo haces, notarás que el ser humano vive sumergido en dos condiciones que, aunque distintas, lo limitan profundamente para alcanzar su máximo potencial como ser racional:

     La primera, es un caudal o cúmulo de afirmaciones aparentemente verosímiles que, sin embargo, envuelven contradicciones y desafían el sentido común y la lógica; esas son: “Las Paradojas de la vida.” 

     La segunda, las estructuras mentales construidas que forman parte del conocimiento cognitivo a través del conjunto de experiencias, creencias y valores que determinan cómo percibimos o interpretamos la realidad y cómo actuamos en consecuencia a partir de un patrón o modelo de conducta heredada o aprendida; esos son: “Los paradigmas circunstanciales.”
     Somos tan faltos de entendimiento que las trivialidades—lo superficial y efímero— gobiernan nuestro espacio y nuestro tiempo. No valoramos lo que realmente sostiene nuestra existencia, porque muchas veces construimos una estructura mental o lógica del pensamiento racional basada en conceptos filtrados por una óptica irreal. De esta forma, percibimos un mundo exterior que no es más que una proyección interna llena de contradicciones: basadas en nuestras experiencias personales y las enseñanzas culturales. Guiándonos por un análisis racional que no es independiente, más es co-dependiente de criterios que se contradicen o son conflictivos. ¡Vivimos sumergidos en una ilusión de nuestra mente!
      “¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?-Generación va, y generación viene; más la tierra siempre permanece.” (Eclesiastés 1:3-4).
     Desde ese plano,  adoptamos paradigmas basados en una conceptualización errónea de lo real. Esa desconexión entre la realidad tangible y nuestra dimensión espiritual interna nos aleja de Dios.
     “Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas; más conveniencias, pero menos tiempo; más conocimientos, pero menos sensibilidad; más sabiduría, pero menos juicio; más expertos, pero más problemas; más medicina, pero menos salud; hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores humanos; hemos aprendido como ganarnos la vida, pero no sabemos vivir; le hemos agregado años a la vida, pero no vida a los años; hemos conquistado el espacio sideral, pero no el espacio interno; hemos dividido el átomo, pero no nuestros perjuicios; desarrollamos tecnologías y usamos computadoras, pero nos comunicamos menos; tenemos la capacidad para viajar a la luna, pero no podemos cruzar la calle para conocer al vecino.”
     Estas son paradojas substanciales que conforman nuestro día a día y dejan nuestras almas vacías y sin esperanzas, olvidando que fuimos creados a imagen de Dios. 

     Nuestra mente se construye a partir de conjeturas anecdóticas que simulan una realidad visible en un mundo sub-real. Desconectarnos de esta ilusión requiere una  transformación profunda en la manera de pensar y de concebir las cosas.
Creación o Evolución

     ¿Cuál fue primero, el huevo o la gallina?

Probablemente esta es la paradoja más famosa del mundo. Si fue la gallina, entonces tuvo que salir de un huevo. Si fue el huevo, alguien lo tuvo que poner. Este dilema, tiene tendencias bifurcantes desde el punto de vista filosófico, ya que cada quien adopta su propia teoría.  Aristóteles  afirmaba que lo primero en existir fue la gallina, mientras que Stephen Hawking  postulaba lo contrario. Como podemos observar, esta pregunta divide posturas y desafía la lógica.
     Normalmente nos guiamos por el sentido común y la lógica, que son las mismas que nos dictan los parámetros para pensar y decidir en base a un determinado escenario. Sin embargo, muchas veces la realidad es muy distinta de lo que creemos. Es tanto así, que si prestamos atención a las figuras que aparecen a continuación, te percatarás de que ambas, son: ¡ilusiones de la mente, y no representan la verdadera realidad!
Figura 1: Ilusión Óptica
    
En la Figura 1: tenemos la ilusión, de que los círculos entrelazados, están girando en diferentes direcciones sin embargo, están estáticos. 

En la Figura 2: el objeto que está en el centro, proyecta un cuadrado o un círculo dependiendo del ángulo de localización del individuo. Es decir: una realidad que conceptualiza nuestro criterio y razonamiento erróneamente.

Figura 2: Ilusión Óptica
     "P
ara alcanzar la verdad, es necesario, desprenderse de todas las ideas recibidas, y reconstruir de nuevo y desde los cimientos, todo nuestro sistema de conocimientos”.René Descartes
      La psicología moderna también respalda esta visión: desde el construccionismo cognitivo hasta la psicología existencial, numerosos expertos afirman que la realidad que percibimos es, en gran parte, una interpretación subjetiva moldeada por nuestros esquemas mentales, creencias y experiencias previas. El Dr. Viktor Frankl, fundador dela logoterapia, sostenía que el verdadero cambio no ocurre al transformar el mundo exterior, sino al reconfigurar nuestra respuesta interior: 
     "Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos."
     Así, lo que muchos consideran "realidad" no es más que una ilusión mental sostenida por paradigmas limitantes, que solo se transcienden mediante una transformación interior guiada por la verdad espiritual. 
     “Más allá de lo físico, contemplé un mundo ideal: un lugar sin sufrimiento, ni enfermedad, donde la alegría fluía como río caudaloso, y el hambre, la miseria y la avaricia no existían.
     Todo era compartido; no había propiedad privada ni acumulación de riquezas. La armonía no era una meta, sino la norma.
  Vivíamos en paz, unidos en propósito, y no había necesidad de comprar lo que el amor proveía.
Pero desperté de mi mundo utópico...
Regresé a un mundo sombrío y tétrico, gobernado por impulsos automáticos y estímulos vacíos; atrapado en trivialidades, paradigmas heredados, y paradojas  que florecen como maleza en el alma." 
   
   
 El mundo utópico es aquel que anhelamos y cuando despertamos, es la cruda realidad que enfrentamos. Factores insípidos que como maleza florecen incesantemente en nuestras almas, usufructo del libre albedrío y una recurrente insensatez del corazón humano nos alejan, día a día, del propósito divino.
     Jesús vino a esta Tierra a mostrarnos un camino distinto. No un sendero basado en ilusiones mentales, sino más bien, uno arraigado en la esencia espiritual del ser y en la relación con el Creador.

     Sólo cuando comprendamos la naturaleza de Dios en nosotros, podremos reflejar Su gloria: 

“Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.” (Romanos 8:20-21).

     La vida no se encuentra en lo que nuestros sentidos captan ni en lo que el mundo celebra. La verdadera vida se encuentra en la verdad espiritual, en reconocer que fuimos creados para algo más alto que las ilusiones y los sistemas del mundo. Es tiempo de despertar.

     "Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." (Juan 8:32)


¡La gracia y las bendiciones de Dios sean contigo!


Frank Zorrilla