Mis queridos hermanos y amigos, “La seguridad sin libertad se llama prisión” Benjamin Franklin.
Benjamin Franklin, fue un hombre muy polifacético y un gran erudito en varias ramas del saber. Además de ser uno de los fundadores de Estados Unidos de América, era un filósofo político que conocía el peligro de un gobierno absoluto, de la avaricia al poder y la capacidad ilimitada que posee el hombre para corromperse. A él se le adjudica la celebre frase: “Aquellos que cederían la libertad esencial para adquirir una pequeña seguridad personal, no merecen ni libertad ni seguridad.”
“Todo hombre nace libre, pero fueron los enclaves sociales que él mismo reclamó, los que demarcaron su existencia atando su mente y su cuerpo físico.” Aunque esta frase resulte chocante, encierra una realidad aterradora. Hemos depositado nuestra confianza en nuestros líderes; en nuestros hombres de ciencia; en nuestras instituciones gubernamentales, pero ¿qué podríamos hacer si esos líderes, esos hombres de ciencia y esas instituciones dejan de ser creíbles y solo nos manipulan como si fuésemos objetos inanimados?…
Ante la crisis pandémica que vivimos a nivel global, ha surgido una gran controversia entre la OMS (organismo de las Naciones Unidas sobre la salud mundial) y expertos en microbiología y enfermedades virales, al igual que científicos en enfermedades infectocontagiosas no afiliados con esa institución mundial. Estos expertos están alertando a la población mundial a través de medios alternativos, la engañosa propaganda que según ellos, es fomentada por la gran mayoría de emporios de comunicación a nivel global sobre el brote viral de COVID-19 o SARS-CoV-2 (virus perteneciente a los coronavirus y que son muy comunes en cerdos, camellos, murciélagos y gatos). Según estos expertos, la OMS ha dejado de ser una institución fiable y sólo responde a intereses financiados por las grandes empresas farmacéuticas y a ideales globalistas de una élite poderosa.
Muchos virólogos se preguntan: ¿Por qué dar características de pandemia a un virus cuya mortandad a nivel global es menos de 1.4%. Es decir, de 1,000 personas afectadas sólo 14 perecen debido al contagio?…
Aunque la OMS desde que declaró el estado de pandemia ha cambiado las tasas de mortandad en varias ocasiones: 1.4% , 2% , 2.3% , 3.4% respectivamente, algunos señalan que los números estadísticos han sido manipulados y alterados para producir “pánico” en la población mundial, y así colapsar la economía global y al mismo tiempo introducir una vacuna con “efecto placebo”.
Algunos médicos a nivel global han denunciado haber sido amenazados por la OMS de cancelar sus licencias como médicos sino siguen los protocolos que provee esa organización mundial. Otros científicos han expresado su indignación por la campaña de descrédito que reciben al no estar de acuerdo con sus lineamientos y procedimientos. Ya nadie muere debido a enfermedades hepáticas, cardiovasculares, bronquiales, cancerígenas, entre muchas otras. Las actas de defunción en su gran mayoría menciona como causa probable al virus CoV-19. ¡Qué desfachatez y qué poco profesionalismo de la comunidad médica que se presta a esta falacia!
Si a ellos les importa la salud global, ¿Por qué la OMS nunca ha declarado pandemia al virus de la influenza o gripe estacionaria si la mortandad es mucho mayor al virus COV-19?… Según datos suministrados por la misma OMS, a nivel mundial, la influenza causa unos 5 millones de casos de enfermedades graves cada año, y mata 650,000 personas en ese lapso. Solo la temporada 2017-2018 la CDC reportó en USA, 45 millones de personas enfermas a causa de la influenza, 21 millones de consultas médicas, 810, 000 hospitalizaciones y 61,000 muertes relacionadas con la influenza (datos obtenidos de Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de USA). Entonces, si la influenza contagia y mata a tanta gente anualmente, ¿por qué nunca nos enteramos de esos datos estadísticos? ¿Por qué los grandes medios de difusión en masa jamás han alertado a la población sobre la mortandad que produce la influenza?
¿Por qué cada 5 minutos todos los medios de comunicación nos mencionan el Coronavirus? ¿Están esos medios de difusión siendo manipulados y pagados por grupos elitistas para infundir pánico?…
Son muchas las preguntas que no tienen respuestas, pero lo que es aun peor, es la situación de los médicos que no están de acuerdo con la OMS, a los cuales se les ha tildado de reaccionarios y conspiradores de teorías falsas. Pero estos médicos reaccionarios consideran que no son “médicos domesticados” como los que se han dejado manipular por la organización global, y solo se guían por el juramento hipocrático: “No hacer daño al paciente”… Juramento que según estos profesionales de la salud, se ha vendido a la industria farmacéutica dirigida por la élite.
Usemos la lógica de pensamiento sin tener que parcializarnos. ¿No es curioso que sólo apenas en Octubre del 2019, la Fundación Bill y Melinda Gates realizaron un simulacro de pandemia, donde usaron medidas de confinamiento y cuarentena para minimizar el contagio de un virus; donde hubo un colapso en la economía global y donde la solución fue una vacuna?… Ese evento al que hago referencia se llamó: “Evento 201” y se realizó en la ciudad de New York con la participación de virólogos de prestigio, empresarios, instituciones gubernamentales y representantes del sector salud del mundo. ¡Qué coincidencia que en el simulacro usaron casi un virus similar al CoV-19!
¿Acaso estamos frente a una "PLANDEMIA" donde todos estamos siendo engañados como imbéciles útiles?
Es sumamente extraño que la palabra “confinamiento” nunca se había utilizado en el argot médico a pesar de la inmensa cantidad de virus que han afectado a la humanidad. Sin embargo, la OMS está utilizando ese término como medida de prevención para el CoV-19. Desde el punto de vista psicológico, el confinamiento es nefasto para la salud emocional y mental de una persona. Además de producir ansiedad y depresión, estimula a una poca reacción inmunitaria. Es decir, el organismo se vuelve ácido haciendo que nuestro sistema inmune sea vulnerable al ambiente de virus y bacterias que forman parte de nuestro entorno.
Otro descalabro radical en el proceso de erradicación de contagio es la “cuarentena”. Si la lógica detrás de la cuarentena es evitar la propagación del virus CoV-19, ¿por qué se le permite al paciente retornar a su hogar donde convive con sus familiares sin ningún tipo de tratamiento?…
Por otra parte, la recomendación de la OMS para evitar el contagio por CoV-19 es el uso de “cubrebocas” y guardar “distancia social de 6 pies”… Según algunos científicos, los “cubrebocas” son solo decoraciones absurdas, y peligrosas; ya que una persona sana usando cubrebocas por un largo periodo de tiempo puede perjudicar su salud debido a la cantidad de CO2 (dióxido de carbono) que recicla. Existe la posibilidad de una hipoventilación (respiración demasiado lenta), la cual aumenta el CO2 y producir hipoxia (bajo nivel de oxigeno en la sangre) afectando a su vez, los receptores de cortisol, y por ende, alterar funciones esenciales del cuerpo como: la presión sanguínea, el sistema inmune, reducción en los procesos de neuroplasticidad o capacidad del cerebro para adaptarse a los cambios y niveles de azúcar en la sangre.
La gran mayoría de las personas usan esos cubrebocas aun estando solas dentro de sus vehículos o estando a solas, pero si la razón es impedir el contagio de persona a persona, ¿por qué usarlos si nadie está a tu alrededor?
No obstante, los cubrebocas de tela recomendados por la OMS no detienen el virus en lo absoluto; por el contrario, una vez humedecidos, se convierten en un peligroso caldo de cultivo para bacterias y virus. Es decir, que los cubrebocas son "adornos perfectos" para reciclar las mismas bacterias y virus que nuestro sistema trata de eliminar a través de las fosas nasales. Y muy útiles como campaña psíquica.
Y ¿qué podemos decir de las mascarillas desechables?- Están echas de polietileno, un material que al reutilizarse, se descompone con el tiempo y es muy dañino para los pulmones cuando inhalamos los residuos.
Ahora bien, las mascarillas profesionales que están de moda son las N95, pero la gran mayoría de la gente ignora que según la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), para trabajos que deban utilizar la mascarilla N95, se recomienda una revisión médica y una prueba de función pulmonar. Además, si estas no están ajustadas correctamente, no sirven para evitar el contagio por nanopartículas.
¿Será el cubreboca el preámbulo, o más bien, un ensayo social para una normativa restrictiva que impondrán en el futuro?... El libro de Apocalipsis nos habla de restricciones sociales que impondrá el gobierno mundial. Restricciones que impactarán nuestro diario vivir; algo muy parecido a la imposición gubernametal del uso de tapabocas en actividades sociales. "Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre." (Apocalipsis 13:16-17).
En cuanto a la regla del distanciamiento social, la gente la ha interpretado cómo una “fobia social” combinada con un ostracismo irracional. La gente tiene terror a acercarse a otro ser humano porque teme ser contagiado del virus CoV-19. Los programadores mediáticos han empezado una campaña disparatada a través de los medios televisivos invitando a la población a abrazar un árbol y darle afecto. ¡La psicosis inducida ya está haciendo efecto en muchos autómatas que cómo robots obedecen las ordenes!
Este pánico colectivo de salir despavoridos al ver a otro ser humano acercarse, como si estos tuvieran lepra, es contraproducente a la necesidad social que tenemos los seres humanos de compartir nuestro entorno social con nuestra especie, y por ende no tiene sentido… ¿Por qué no usaron esas medidas draconianas con otros virus más contagiosos como el ebola o la gripe H1N1?… Además, si ya eres una oveja domesticada que usas mascarillas, ¿Por qué temer a que una persona se nos acerque?…
Las secuelas debido a la pandemia del virus CoV-19 a nivel global se deja ver en todos los ámbitos, desde el económico, con la pérdida de empleos; financieros, con una banca tambaleante; con la pérdida de libertades; con confinamientos; con efectos placebos suscitando a fenómenos hipocondriacos; con problemas psicológicos de depresión y ansiedad, hasta la pronta imposición obligatoria de una vacuna. Vacuna que dicho sea de paso, será obligatoria a expensas de perder el trabajo, recibir multas o impedir el derecho de viajar entre estados y países.
¿En quién confiar, en las autoridades gubernamentales o ser sensato?- Desde luego que cuando depositamos nuestra confianza; nuestra seguridad; nuestra contribución en aquellos que nos dirigen y gobiernan, esperamos que sean leales, íntegros y honestos, pero lastimosamente, y cómo dijo el político y escritor inglés Lord Acton: “El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente.”
El asunto no radica en aceptar todo sin primero investigar a fondo. Tenemos la responsabilidad de usar la lógica de pensamiento, aprender para dejar de ser ignorantes y tener conocimiento de causa. Existe una gran diferencia entre percepción y realidad, pero desafortunadamente, la gran mayoría solo reacciona por percepción de una realidad subjetiva. El gran sabio Salomón aconsejó: “Compra la verdad y no la vendas; adquiere sabiduría, instrucción e inteligencia.” (Proverbios 23:23).
Si según la OMS, la única forma de parar el contagio del CoV-19 es a través de una vacuna experimental, ¿cómo es posible que los científicos puedan crear una vacuna contra un virus desconocido en sólo meses, cuando tienen más de una década buscando una vacuna en contra de la influenza? ¿Quién nos puede asegurar de que no existirán efectos secundarios letales en esa vacuna experimental? De hecho, la vacuna contra la gripe estacionaria es tan poco efectiva, que la proporción es solo de 10:4. Es decir, de cada 10 personas que reciben la vacuna contra la influenza, solo 4 no son afectados por la gripe.
Mi consejo final: escudriña, investiga, matemos la ignorancia, observemos y cuestionemos hasta encontrar respuestas satisfactorias, como lo hizo la Dra. Frances Oldham Kelsey cuando en el año 1960 y mientras trabajaba como farmacóloga para Administración de Alimentos y Medicamentos de USA, impidió la venta de un producto usado en embarazadas por considerar que no habían pruebas fehacientes que garantizaran la inocuidad del fármaco; aún a pesar de presiones e intento de soborno de parte de la empresa farmacéutica. Al final se determinó que ese fármaco ocasionó malformaciones a más de 10,000 niños en más de 45 países donde se vendió. Algunos bebés nacieron sin brazos, otros sin piernas y otros murieron en el útero. La ética y el amor de esa heroína evitó la muerte y malformación de miles de nacimientos y fue condecorada por el presidente John F. Kennedy en 1962. ¡Solo espero que otros héroes amen su profesión y eviten un desastre humanitario siendo leales a su juramento hipocrático!
“Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; Y adquirir inteligencia vale más que la plata.” (Proverbios 16:16)
¡Dios los bendiga y los arrope con su bendición!
Frank Zorrilla