Mis queridos amigos y hermanos,
Robert Jastrow —astrónomo, físico y cosmólogo estadounidense— fue una figura destacada en el ámbito científico, especialmente por su labor desde 1958 en la Agencia Espacial Norteamericana(NASA). En una entrevista publicada por la revista evangélica Christianity Today, el 6 de Agosto de 1982, Jastrow ofreció reflexiones sorprendentes sobre el Origen del universo y la percepción de la Comunidad Científica al respecto.
En dicha entrevista, declaró:
"Ahora vemos cómo la evidencia astronómica apoya el punto de vista bíblico del origen del universo. Los detalles difieren, pero los elementos esenciales en la astronomía y las historias bíblicas del Génesis son los mismos: la cadena de acontecimientos que hicieron posible el origen del hombre y todo cuanto existe, comenzó repentinamente y bruscamente en un determinado momento, en un destello de luz y energía."
Y agregó, con evidente asombro:
"¡Considere usted la enormidad del problema! La ciencia ha demostrado que el universo explotó en un momento preciso... Pero, ¿qué causa produjo esa explosión? ¿Quién o qué puso la materia o la energía en el universo?
Ante estas preguntas, Jastrow explicó:
"La ciencia no puede responder a estas preguntas. Según los astrónomos, en los primeros instantes de su existencia, el universo estaba comprimido a un grado extraordinario, consumido por un calor más allá de la imaginación humana. El impacto de ese instante debió haber destruido toda partícula de evidencia que pudiera dar una pista sobre las causas que originaron la gran explosión."
(Es relevante recordar aquí que el Gran Colisionador de Hadrones, en Suiza, fue diseñado para encontrar esa partícula primigenia que dio origen al universo. Sin embargo, a pesar de miles de pruebas y cuantiosos recursos, los científicos no han logrado identificarla con certeza).
Continúo Jastrow: "Existe un extraño anillo de sentimientos y emociones en las reacciones de los científicos ante la evidencia de que el universo tuvo un comienzo súbito o el famoso "Big Bang". Esas emociones provienen del corazón, cuando se esperaría que sus opiniones procedieran del cerebro. ¿Por qué no es así?"

(Es relevante recordar aquí que el Gran Colisionador de Hadrones, en Suiza, fue diseñado para encontrar esa partícula primigenia que dio origen al universo. Sin embargo, a pesar de miles de pruebas y cuantiosos recursos, los científicos no han logrado identificarla con certeza).
Continúo Jastrow: "Existe un extraño anillo de sentimientos y emociones en las reacciones de los científicos ante la evidencia de que el universo tuvo un comienzo súbito o el famoso "Big Bang". Esas emociones provienen del corazón, cuando se esperaría que sus opiniones procedieran del cerebro. ¿Por qué no es así?"
Y se responde así mismo:
"Creo que parte de la razón es que los científicos no pueden soportar la idea de un fenómeno natural que no pueda explicarse, incluso con tiempo y recursos ilimitados. En la ciencia hay una especie de religión: Ellos creen que existe un orden y una armonía en el universo, y que cada evento que sucede en él, puede explicarse de forma racional porque es el producto de algún suceso anterior. Para el científico, no existe una primera causa."
"Por consiguiente, esta fe científica es violada por el descubrimiento de que el universo tuvo un comienzo bajo condiciones en las que las leyes físicas conocidas no eran válidas, y que fue producto de fuerza mayor o circunstancias desconocidas, que no podemos descubrir. Cuando esto sucede, nosotros, los científicos, perdemos el control. Y si realmente examináramos las implicaciones de ello, quedaríamos traumatizados."
Me pregunto:

Luego concluye:
Me pregunto:
¿Por qué traumatizarse si Isaac Newton, ya lo había manifestado en su obra Principios matemáticos de filosofía natural, publicado en 1687?
“Este bellísimo sistema compuesto por el Sol, los planetas y los cometas no pudo menos que haber sido creado por consejo y dominio de un Ente poderoso e inteligente...El Dios Supremo es un Ser eterno, infinito, absolutamente perfecto.” Isaac Newton

"Para el científico que ha vivido basando su fe en el poder de la razón, la historia termina como un mal sueño. Ha escalado las montañas de la ignorancia, está a punto de conquistar la cumbre final... Se estira para ganar la roca final... y al llegar a la cima, es recibido por un puñado de teólogos que han estado sentado allí por siglos."
Es como si Jastrow, hiciera eco de las palabras del físico Max Planck, Premio Nobel de Física en 1918:
“Para los creyentes, Dios está al principio. Para los científicos, está al final de todas sus reflexiones.”
"Los postulados de la ciencia no contradicen la existencia de Dios; al contrario, la confirman."
Aunque algunos científicos se resistan por orgullo a reconocer a Dios como Creador, las evidencias son claras: hubo una intervención superior en el origen del universo. Lo vemos reflejado en uno de los mandamientos bíblicos:
“ Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día.” (Génesis 20:11).
Cuánta razón tenía el salmista cuando dijó:
"El principio de la sabiduría es el temor de Jehová." (Salmo 111:10).
A menudo el hombre no reconoce a Dios por ignorancia. Por paradójico que parezca, Francis Bacon acertó al decir:
“Poca ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia conduce siempre a Él.”
A lo largo de la historia, muchos hombres de ciencia, mientras más se adentraban en el estudio del universo, más sólida se hacía su fe. Sabían que nada es fortuito o casual. Como expresó con sarcasmo Albert Einstein:
“¡Dios no juega al azar, ni tampoco a los dados!”
Mientras más se desarrolle la ciencia y el hombre intente desplazar a Dios, más evidencias surgirán que confirmen su existencia. Porque, existe una constante:
un Arquitecto Supremo que ha dejado sus huellas en todo lo creado.
“El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir.” Albert Einstein.

“Ahora creo que el universo fue creado por una inteligencia infinita, y que las intrincadas leyes del universo ponen de manifiesto lo que los científicos llaman "la Mente de Dios". Creo ahora que la vida y la reproducción tienen un origen divino.”
¡Qué Dios los bendiga rica y abundantemente!
Frank Zorrilla
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