miércoles, 9 de octubre de 2024

LA CIENCIA DESCUBRE... LO QUE DIOS YA HABÍA REVELADO: "Más Allá Del Bosón Encontramos El Poder Inexplicable De La Fe"


Mis queridos amigos y hermanos,


Explosión en el acelerador de partículas
     Para muchos científicos ateos y personas no creyentes en las afirmaciones bíblicas, el presunto descubrimiento de un "bosón" en los experimentos realizados en el Colisionador de Hadrones del laboratorio del CERN, causó gran júbilo y alboroto. 
     Los científicos a cargo del experimento afirmaron con una certeza de 5 Sigmas (lo que representa un 99.9% de precisión) que habían logrado detectar una partícula elemental en el campo cuántico. 
     Ahora bien, ¿qué es un bosón?...  
     En la física de partículas, los bosones son uno de los dos tipos fundamentales de partículas elementales de la naturaleza. El más famoso es el “bosón de Higgs”, propuesto por el fallecido físico Peter Higgs. Según su teoría,  este diminuto componente contiene en su esencia propiedades únicas que impregnan too el espacio y permiten que otras partículas elementales adquieran masa  al interactúan con él. En palabras simples: 
     Este hallazgo podría arrojar luz sobre  el misterio del  origen del universo.
     La relevancia del bosón en la física cuántica se sustenta en complejos cálculos que respaldan lo que se conoce como el Modelo Estándar, base teórica para explicar la estructura y evolución del universo. 

     Tras el colapso conceptual de la teoría científica de la evolución como explicación integral del origen de la vida, la concepción del universo en forma de una gran explosión (Big Bang) tomó protagonismo. Sin embargo, esta teoría rebaja más preguntas que respuestas,  por lo que muchos científicos buscaron desesperadamente pruebas para sostener sus hipótesis sobre la formación de la materia a partir de partículas subatómicas. 
     Así surgió la propuesta de Higgs  y su famoso campo cuántico, cuya partícula fue apoderada despectivamente como  “LA Partícula de Dios."  Este apodo fue popularizado por el físico Leon Lederman en el libro: La partícula de Dios: si el universo es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?” , en el sugiere, con cierto tono burlón, que aquello que los creyentes llaman “Dios”, no es más que una serie de partículas responsables dela existencia de todo lo material, incluida la humanidad.
     Desde mi perspectiva, ese tipo de razonamiento me resulta absurdo. 
¿Cómo puede explicarse el origen del universo y de la vida humana a través de un experimento en un tubo de ensayo o en un largo colisionador como el de CERN en Ginebra, Suiza?... 
     Cabe destacar que este proyecto ha generado alarma incluso entre algunos científicos, debido al riesgo potencial de catástrofes a nivel global como la formación de un "agujero negro estable" (región de gran densidad que puede destruir el planeta) o la alteraciones magnéticas, escenarios contemplados en la teoría de la relatividad de Einstein. Además, el presupuesto para su construcción aprobado en 1995 fue de 1,700 millones de euros, una cifra exorbitante que bien podría aliviar problemas globales como la escasez de recursos sanitarios, hambruna y el suministro de agua potable en muchas regiones del mundo.
Bosón en tubo de ensayo
     A pesar de estos descubrimientos, mi fe en un Dios Soberano permanece intacta. De hecho, estos avances sólo reafirman mi convicción de que existe un Creador supremo con absoluto dominio sobre el mundo invisibleel de las partículas subatómicasy el mundo visiblela materia tangible.

      Según la Biblia, Jesús demostró capacidad para convertir energía en materia y transformar su estado a través de la fe. Esta es precisamente la base de la formula de Einstein, E=MC^2, que postula la equivalencia entre masa y energía. 

     En síntesis, masa y energía son dos manifestaciones de la misma realidad, y son transformables entre sí. 

     Jesús tenía el poder de devolver la vista a los ciegos, hacer caminar a los inválidos e incluso resucitar a los muertos, demostrando dominio absoluto sobre las fuerzas invisibles que los retrógrados hombres de ciencia apenas empiezan a vislumbrar.

Campo electromagnético del Corazón
     Las partículas cuánticas están ahí para nuestro uso, y no es necesario invertir miles de millones para acceder a ellas. Jesús lo expresó con claridad:

     “Si tuvieres fe como un grano de mostaza, dirías a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.” (Mateo 17:20)

     Ese “bosón” en el ser humano es la “fe”: 
Una energía poderosa que surge desde  lo más profundo  del alma, cuando nuestros pensamientos  y emociones se alinean en armonía. Al fluir desde el corazón, esta energía se proyecta como un campo que transciende lo visible, tocando lo que nos rodea.

     La fe es la fuerza que transforma, que da forma a lo que aún no existe.
 
     Así como el bosón de Higgs otorga masa a las partículas en el universo físico, la fe da sustancia a nuestras esperanzas, y convierte lo invisible en realidad.       

    La física cuántica ha demostrado que la materia se altera bajo campos electromagnéticos fuertes. Y se ha comprobado que el corazón humano genera un campo electromagnético 5,000 veces más potente que el del cerebro, y que este campo varía en función de nuestras emociones.

Colisonador de Hadrones en laboratorio del CERN
     El hombre emancipado quiere descifrar los misterios de la naturaleza, y en su afán de sentirse "dios", usa la ciencia como instrumento para manipular a su antojo las moléculas y estructuras atómicas. 
     La Biblia, como libro profético, ya había advertido que en los últimos tiempos "la ciencia aumentaría",  y que esto sería el comienzo de los dolores. 
     El mismo Erwin Chargaff, pionero de la genética, expresó su preocupación:
“Vivimos en una época terrible. Tal vez me he convertido en un reaccionario, pero hace tiempo que pienso que la biología molecular se ha desmadrado y hace cosas de las que no se puede responsabilizar. La ciencia comete hoy auténticos crímenes."
Ácido Desoxirribonucleico 
     Es cierto que los avances científicos han hecho nuestra vida más cómoda. Pero la historia nos demuestra que muchos de estos descubrimientos han sido usados para destruir. 

    Basta con recordar la creación de la “bomba atómica”, cuyos efectos devastadores en Hiroshima y Nagasaki cobraron la vida de más de 200,000 personas en cuestión de días. A eso se suman los daños ecológicos, el aumento de enfermedades como el cáncer por la radiación, y la contaminación ambiental irreversible.  

Bomba Atómica
     La bomba atómica fue diseñada con un propósito claro: matar y destruir. 

     Sin embargo, las naciones poderosas siguen desarrollando  "armas de destrucción masiva", como medio de represión, dominio e intimidación, lo que explica los enormes arsenales nucleares aún activos en el mundo actual.
Explosión o fusión atómica
     Entonces cabe preguntarnos:
 ¿Cuáles son los verdaderos beneficios del descubrimiento del bosón? 

     Aunque se le haya catalogado como un éxito para la humanidad, es posible que este descubrimiento sea, en realidad, la antesala de un nuevo riesgo global. Sólo Dios puede interceder para que esto no se conviertan una catástrofe futura.  

     Albert Einstein, con su sabiduría profética, lo expresó así
“En esta era de fusión nuclear, no estoy seguro con qué tipo de armamento se peleará la Tercera Guerra Mundial, pero de algo sí estoy seguro. La Cuarta se peleará con palos y piedras."
Acelerador de Hadrones
     Concluyo esta reflexión con una cita bíblica poderosa y clara: 

     “Cristo es la imagen visible de Dios, que es invisible; es su hijo primogénito, anterior a todo lo creado. En él (Cristo) Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, tanto lo visible como lo invisible, así como los seres espirituales que tienen dominio, autoridad y poder. Todo fue creado por medio de él y para él. Cristo existe antes de todas las cosas, y por él se mantiene todo en orden.” (Colosenses 1:16). 

     Y como dijo el apóstol PabloTimoteo:

     “Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (1 Timoteo 1:17)

¡La gracia y las bendiciones de Dios sean contigo!

Frank Zorrilla









martes, 1 de octubre de 2024

UN CONVENIO REMUNERADOR- "Pactando con Dios"


Mis queridos amigos y hermanos,


      El escritor Inglés, William Hazlitt escribió en uno de sus ensayos: "Una promesa es una palabra a la que continuamente se recurre por el sólo placer de quebrantarla." 
  
     Quizás la cita que acabas de leer te resulte muy tajante y al mismo tiempo, pienses que no se puede aplicar a todos en sentido generalizado, pero como es de conocimiento, las promesas del hombre son tan buenas como sus propósitos e intereses lo permitan. Son semejantes al viento, que se levanta de repente cuando menos se le espera, dejándonos estupefactos con la rapidez que se desvanece.

   Desafortunadamente, entre los seres
creados, es muy común ser víctimas o victimarios al romper ese compromiso moral que asumimos con otra persona o personas a través de la palabra para cumplir con una acción en concreto. Hacemos uso de nuestras cuerdas vocales para prometer, pero somos muy frágiles en deshonrar esa energía audible que sale de nuestro interior cuando la circunstancias no nos favorecen. 

       No obstante, podemos pensar que ese compromiso hablado no tiene la misma importancia que uno escrito, aludiendo que no existe una base tangible que avale la obligación contraída con nuestra promesa. ¡Cuán equivocado estamos!...

      Debemos comprender, que una promesa, es un "pacto." Un contrato verbal, que aunque no está escrito con tinta, y firmado por las partes involucradas, tiene el mismo significado y valor, ya que tiene carácter de juramento donde se anticipa veracidad o verdad absoluta. Por ende, está sujeto a las mismas condiciones legales dentro del marco jurídico.

  
       Como es bien sabido, existen distintos tipos de compromisos en el entramado social; ya sea este a nivel mercantil o a nivel emocional, es decir, entre amistades, entre familiares y entre cónyuges. Por ejemplo, la palabra dada para saldar una deuda, la promesa hecha por un amigo para no divulgar un secreto íntimo, o el compromiso moral de no defraudar el acto de fidelidad entre parejas que contraen matrimonio, pero también existe otro compromiso que no podemos pasar por desapercibido. Me refiero al tipo de promesa a nivel mental, o la que transmitimos  a través de nuestros pensamientos para con nosotros mismos; ya sea para dejar un mal hábito o quizás cambiar algún tipo de actividad o alcanzar una meta, y los pactos que hacemos para con nuestro Creador.


     Los pactos o promesas pueden ser condicionales o no. Un pacto condicional dependería de la fidelidad de una o ambas partes involucradas, el cual se invalidaría si una de las partes o ambas, rompen las condiciones, pero si es un compromiso moral y/o espiritual no condicional, es decir, si no es un acto de imposición, más un acto de elección, ¿por qué lo quebrantamos?...

     Son muchos los factores que pueden influir o inducir a que no seamos leales a la palabra dada. La lista puede ser larga, sin embargo, podemos nombrar entre los factores predominantes:
  1. La inmadurez a nivel consciencial
  2. El egoísmo
  3. Trastorno de la personalidad
  4. La escasez de valores espirituales. Entre otros factores. 
     El resultado de nuestro incumplimiento ya es muy conocido: litigios, confrontaciones, desencanto personal, tristeza, desconfianza, entre otras cosas...

     ¿Podría catalogarse el incumplimiento de una Promesa o Pacto cómo: "Una falta de consideración o irrespeto hacia la persona con la que hicimos el Pacto?...

     ¡Naturalmente que sí!... Esa persona depositó su confianza y creyó en acto de buena fe, y al no existir cumplimiento de la misma, se actúa irresponsablemente. Y más aún cuando sabemos de antemano que las promesas que hacemos, son solo palabras vacías. Es decir, cuando usamos la herramienta de la alevosía o  la intención de no cumplirlas. 

     Si no estás dispuesto a cumplir con dichas expectativas, entonces, de una forma asertiva no prometas nada que no estás dispuesto a cumplir porque nadie te obliga a hacerlo. "Lo importante no es lo que se promete, sino lo que se cumple."

       Todo lo contrario ocurre cuando recibimos promesas de Dios, porque "grandes y fieles, son todas las promesas que el Señor, Jesús nos ha dado a través de su Santa Palabra, La Biblia." 

     ¡Jehová es un Dios de "pacto." Es un Dios de convenios y promesas! 

     En efecto, los pactos son las formas como Dios se comunica con nosotros, nos redime y garantiza la vida eterna en Jesús. Esto lo hace debido a que un pacto es una promesa, y sus promesas no pueden ser quebrantadas debido a que descansan en su carácter puro e infinito. En Él podemos confiar plenamente, sin temor a ser decepcionados o defraudados. 

     "Reconoce, pues, que el SEÑOR tu Dios es Dios, el Dios fiel, que guarda su pacto y su misericordia hasta mil generaciones con aquéllos que lo aman y guardan sus mandamientos." (Deuteronomio 7:9). 

     Como podemos observar en el versículo, éste es un pacto condicional, porque debemos amarlo y guardar sus mandamientos.

     En cambio,  Un pacto incondicional es una declaración sobre un propósito de una de las partes sin necesidad de condiciones. 

     Ese tipo de pacto fue el que hizo Dios con Noé, y lo podemos encontrar en el libro de Génesis."Este es mi pacto con ustedes: Nunca más serán exterminados los seres humanos por diluvio; nunca más habrá un diluvio que destruya la tierra." (Génesis 9:11). Este pacto incluía una señal de la fidelidad de Dios para guardarlo: el arcoíris. 

      Como podemos apreciar, No existe condición para el pacto. Lo más interesante es que, todos los pactos que describe la Biblia entre Dios y el hombre son siempre originados por Dios. Por lo tanto, esto demuestra la voluntad de su gracia para con el hombre caído. 

      Lastimosamente, hemos perdido tanto nuestra identidad de semejanza con el Creador que, ¡lo único que la gente cumple hoy día, son años,  en lugar de promesas!  y en conclusión, en lugar de pactar con hombres que deshonran sus palabras,  pactemos con Dios, quien es fiel a sus promesas, pero recordemos que, debemos ser leales y tener respeto para con el Creador. No prometamos algo que sabemos, no vamos a cumplir, porque una relación se rompe al compás de las promesas no cumplidas. En cambio, una relación se fortalece a través de promesas firmes

     ¡Una promesa tiene valor de eternidad!... Si prometemos algo, debe ser para siempre.

¡La gracia y las bendiciones de Dios sean contigo!


Frank Zorrilla