lunes, 12 de agosto de 2013

¿LOCURA O LUCIDEZ? ENTENDIENDO LA INSANIA EN UN MUNDO AL BORDE DEL COLAPSO


Mis queridos amigos y hermanos,


Insanidad mental
          ¿Qué significa realmente estar cuerdo? ¿Y Cuándo podemos decir que una persona ha cruzado la delgada línea que separa la razón de la locura?

     ¿Es acaso la locura un mito, una enfermedad social, o una consecuencia inevitable de vivir en un mundo tan convulsionado como el nuestro? 

     Según los expertos en salud mental, se considera una persona cuerda, a aquel individuo cuya conducta se ajusta a los cánones sociales predominantes. Es decir, su lógica de pensamiento y comportamiento responde a normas aprendidas, sin extralimitarse o transgredir ciertos parámetros considerados anormales o peligrosos para otros. 
   
     Pero esta definición nos deja con una interrogante inquietante:
¿es la cordura simplemente una forma de obediencia colectiva?  Entonces, esto significa que lo "normal" es un concepto elástico, moldeado por la cultura, el tiempo y la presión de la mayoría. Es un modulo social de expectativas pseudo liberales que parodian los ideales de la racionalidad ante una sociedad especifica, o un delineamiento conceptual que va asociado con las normas de conductas aceptadas en el ambiente donde vivimos. 

     A los "atrevidos, a los intrépidos, a los osados," se les ha apodado dementes o locos, por atreverse a salir de esa conducta aceptable o por transgredir los parámetros que siguen ciegamente la mayoría. 

     "Estar adaptado a una sociedad profundamente enferma no es un signo de salud mental."Jiddu Krishnamurti

     La historia está plagada de ejemplos de visionarios y grandes hombres precursores de transformaciones sociales, políticas, económicas y científicas, los que en su época fueron considerados "locos": Jesús fue un lunático, Galileo un profano hereje, Einstein un ilusionista tarado, Walt Disney un extrovertido soñador... todos ellos desafiaron la norma, y sus ideas cambiaron el rumbo del mundo. Pero hoy quiero hablar de otro tipo de locura: la que surge del alma herida, de la mente abrumada, de la pérdida del sentido de la realidad. 

      Al tipo de locura a la que me referiré en este artículo es a esa desconexión de la realidad donde existe perturbación de razonamiento lógico y donde el rasgo fisonómico del individuo, intuye a pensar, que la persona está desquiciada o sufre de trastornos mentales.

     Una persona sometida a estrés crónico, sufrimientos intensos o angustias constantes puede experimentar transformaciones neuroquímicas que alteran profundamente su percepción de la realidad. 

     "El estrés crónico está vinculado con alteraciones en el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, y puede inducir disfunciones cognitivas, depresión, ansiedad y enfermedades psicosomáticas."McEwen, B.S.

     Estas alteraciones, acumuladas a lo largo del tiempo, no solo afectan el cuerpo, sino también el espíritu. La mente, como forma de defensa, puede crear un mundo paralelo —un refugio abstracto— en el que la lógica social deja de tener valor. Es como una forma de protección, para escapar de una “realidad objetiva”

     En este mundo sub-real, las cosas toman un matiz diferente. Ya no importan los valores inculcados por la sociedad. Porque la realidad es distinta; el apego a las reglas programadas, ya dejan de tener importancia. Sólo cuenta lo que ellos conciben en un consciente con parámetros distintos o quizás sin limitaciones. 

     Este tipo de disociación no es simple debilidad; es una respuesta del alma para sobrevivir cuando la realidad se vuelve insoportable. 

     Según los psiquiatras Spiegel y Cardeña:

     "La disociación es un mecanismo neuropsicológico que permite desconectarse de la experiencia presente como forma de protección ante traumas intensos."

     Es importante señalar, que los psicólogos concuerdan, que las crisis neuróticas muchas veces tienen un carácter o proceso acumulativo, donde las personas crean un cuadro patológico debido a continuos estados depresivos, angustias, ansiedades, crisis delirantes, etc. Estos sufrimientos se van gestando en la memoria celular del individuo comparando experiencias actuales con vivencias del pasado. Es decir, se junta lo histórico y lo actual como un proceso acumulativo, pero cuando lo actual, pasa a ser muy estresante, torturante o desesperante, el organismo responde en función de lo que la conciencia concibe como mecanismo de defensa y adaptación al medio, creando una disociación entre ellas, dando lugar a una estructura psicótica.

estado de desesperación
     El apóstol Pablo lo describió en otros términos, pero con idéntica profundidad espiritual:

"Estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos." (2 Corintios 4:8-9).

     En palabras sencillas: Dios conoce nuestra estructura emocional y está presente en medio del colapso interno.

     Vivimos en una era tan acelerada y confusa que los parámetros de cordura se han vuelto difusos. Esa línea divisoria entre la cordura y la locura es cada vez más fina. La gente vive asediada y agobiada por presiones económicas, sociales, tecnológicas y morales.

 "Los eventos traumáticos tempranos, si no se procesan adecuadamente, pueden generar una vulnerabilidad psicológica que, bajo estrés prolongado, desencadena crisis disociativas o psicóticas."Bessel van der Kolk

     Pero ante esta fragilidad humana, la espiritualidad ofrece un ancla firme. 

     "La espiritualidad, definida como la búsqueda de significado y propósito, está asociada con menores niveles de depresión, ansiedad, abuso de sustancias y suicidio."Koenig, H.G.

   
     Esto confirma lo que la Biblia enseña desde hace siglos: el alma humana necesita conexión con su Creador para mantenerse en equilibrio. La ausencia de esta conexión deja un vacío que ningún tratamiento psicológico puede llenar por completo. 

     Jesús lo expresó con palabras directas y poderosas:

     "No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?...Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas." (Mateo 6:31-33)

     El alma no fue creada para cargar sola con los tormentos del mundo. Dios nos ofrece descanso mental y emocional:

     “No se inquieten por cosa alguna; sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales.”  (Filipenses 4:6-7).

     "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." (Filipenses 4:13)

     Los neurocientíficos también lo han estudiado: la oración y la meditación activan regiones cerebrales que promueven la calma, la empatía y la resiliencia emocional. 

     "La oración cambia el cerebro. Refuerza áreas responsables del autocontrol, la percepción del significado y la regulación emocional." 


     ¿Qué debemos hacer cuando somos asediados por situaciones adversas?..

La paz de Dios
     En un mundo donde la mente humana es constantemente asediada, la espiritualidad no es un escape, sino una herramienta poderosa de restauración y sanidad.
 Dios no solo es nuestro Salvador espiritual, también es el restaurador de nuestra mente. 
   
     Porque más allá de toda etiqueta clínica, existe una verdad eterna: hay sanidad en el vínculo con Dios, y paz verdadera en la comunión con Él. 


La gracia y las bendiciones de Dios sean contigo!

Frank Zorrilla

lunes, 5 de agosto de 2013

"LOS EFECTOS DEVASTADORES DEL ORGULLO"


Mis queridos amigos y hermanos,


El orgullo pesa mucho y nos lleva al abismo 
     Nacemos siendo humildes e indefensos, y en el correr de los años adoptamos y nos moldeados de acuerdo a un carácter que en muchas ocasiones nos convierte en personas arrogantes; dando paso a la altivez de espíritu y la elevación del ego a una atmósfera distante al resto de las personas. Ya en este sitial, nuestra visión del mundo cambia a una óptica reductora y da paso al mundo individualista donde sólo reina la percepción de un cosmos en miniatura impregnado en nuestra propia conciencia.
     Un mundo sub real producto de una interpretación subjetiva del mundo externo de acuerdo a una escala de valores internos que considera superior. Ese exceso de valoración propia conlleva a la absurda creencia de considerarse “superior” ante los demás, y como consecuencia directa: "el aislamiento".
     El orgullo, es carcoma de los huesos y es sólo el sentir de los necios e ignorantes que menosprecian ser parte del gran conjunto universal. La Biblia es clara al respecto cuando dice: “Antes del quebrantamiento es la soberbia, : Y antes de la caída la altivez de espíritu”(Proverbios 16:18). “El que quiera ser mayor, será el servidor de todos(Mateo 20:26)

     Somos parte del gran conjunto universal, y parte del mismo átomo que dio origen al universo, por ende, ¡somos uno en un sistema infinito! con dones para agradar y complacer; no a nosotros mismos, más al que es nuestro testigo.


     Antes de elegir el orgullo como virtud, debemos aprender a amar la soledad, porque el usufructo del orgullo nos destierra a una isla solitaria donde sólo habitan los que adoptan esa postura.
     El orgulloso, como dijo Esopo: “Debe revestirse de una coraza para poder lidiar infinitamente con los males que éste acarrea , porque sólo nuestro carácter nos hace meternos en problemas, pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en ellos. Más en esa misma línea, el gran filósofo Sócrates, fue mucho más explícito al indicar: “Aunque el orgullo no es una virtud, es padre de muchas virtudes; virtudes que nos ayudarán a acumular imprudencias y excesos, remontándonos sobre el más alto pináculo, para luego precipitarnos en un abismo de males, del que no hay posibilidad de salir”.
caminos opuestos

     Muchas veces, nos proclamamos orgullosos por pertenecer a una región, nación, creencia, ideal, y/o nacionalidad; manifestando nuestra satisfacción con algarabía y regocijo para diferenciarnos de los demás; especialmente, en ciertas cualidades, las que consideramos engrandece nuestros valores morales y cívicos. Enarbolamos ese distintivo que nos caracteriza y nos distingue como especiales, en otras palabras, es una segregación cultural que marca la individualidad colectiva de un grupo en particular: Es el sentimiento interno que nos hace triunfadores; es la fuente de inspiración para conquistar o seguir trabajando por un ideal o condición. Pero en sus raíces morfológicas, su significado intrínseco es el mismo: La división” o “La segregación.”
El egotismo 
     No existe un aspecto positivo en la descentralización. Porque cualquier tipo de orgullo, es un mal que crea división. Es ese afán de autoproclamarse superior, lo que incide en el deterioro como seres humanos y va en detrimento a los planes de la creación.
     Dios en su creación, nos hizo a imagen y semejanza, por tanto, nosotros al ser parte interna del primer hombre, pertenecemos a ese primero. Sólo nuestra actitud y carácter nos diferencia uno de otros, pero en esencia somos lo mismo; porque provenimos del mismo material utilizado por Dios en la creación.

      Existe un postulado que explica objetivamente este concepto: “En un conjunto universal, si el primer elemento es igual a un segundo y ese segundo elemento a un tercero, por consiguiente, el primero y el tercero son iguales”. 

     Las mutaciones genéticas no han cambiado nuestro cuerpo físico y nuestra mente es el producto de nuestras vivencias en sociedad; por ende, el orgullo sólo viene a ser elemento subjetivo de nuestra percepción individualista.
     Un Cristiano o seguidor de Cristo no puede llamarse orgulloso de ser Cristiano, porque su autoestima se elevaría y daría lugar a la soberbia, dejando rezagada la humildad como sello de hermandad.
     Cómo bien señalan las Escrituras: “Abominación es a Jehová todo altivo de corazón. Ciertamente no quedará impune” (Proverbios 16:5). Por lo tanto, toda abominación se considera desobediencia a los mandatos de Dios. Él  considera que como seres creados a su imagen y semejanza, debemos consagrarnos al amor mutuo y la convivencia para fomentar la unión. Esto sólo es posible dejando atrás el orgullo individual y/o colectivo, y al mismo tiempo siguiendo el gran mandamiento: “¡Amar al prójimo como a ti mismo!”.
      “Todos somos visitantes de este tiempo, de este lugar. Sólo estamos de paso, por tanto, nuestro objetivo es amar, crecer, observar y disfrutar de los momentos mágicos que nos ofrece el estar  vivos en conciencia…Después…Después descansaremos en nuestro sepulcro en espera de nuestro juicio.”

     Recordemos que, "El Señor es excelso, pero toma en cuenta los humildes y mira de lejos a los orgullosos." (Salmo 138:6)
 
¿Cuál es tu opinión sobre el orgullo?...
¡Que Dios los bendiga rica y abundantemente!




 Frank Zorrilla