sábado, 26 de noviembre de 2016

LA TECNOLOGÍA Y LOS CAMBIOS CLIMÁTICOS...

Mis queridos hermanos y amigos,
     
     Para nadie es un secreto que los cambios climáticos que hemos experimentado en los últimos 135 años han sido producto de los efectos antropogénicos del hombre a través del desarrollo industrial y el aumento poblacional. En efecto, el hombre en su desarrollo emite grandes cantidades de dióxido de carbono y otras emisiones hacia la atmósfera, los cuales tienen efectos dañinos en el clima. Pero estas acciones, aunque quizás, deliberadas por el afán de lucro industrial, y por la irracionalidad, no son en cierto modo, maquinadas para producir efectos fatalistas en el clima. Pero, ¿es posible que el hombre tenga la capacidad para emplear la ciencia, para crear herramientas que produzcan cambios climáticos bruscos y significativos?...
     
     En la Biblia, los cambios climáticos a largo plazo no son tan evidentes, pero sí existen pasajes donde Dios emplea fenómenos meteorológicos relativamente cortos, como una forma de mandar mensajes contundentes. Ya sea utilizando períodos de lluvia y períodos de sequía. Según el Génesis, cuando Dios vio la violencia y la maldad de los hombres le dolió en su corazón y se comprometió a destruir todo a través de una inundación, salvando a Noé y su familia:

   
“Yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.” (Génesis 6:4). Existe una fuerte evidencia científica de una inundación catastrófica en todo el mundo.
     Cuando los israelitas vagaron por el desierto en su camino hacia la tierra prometida, Dios advirtió a Israel que obedecieran sus leyes y si no lo hacían, entonces una de las consecuencias sería la sequía;

    “El cielo que está sobre tu cabeza será de bronce, y la tierra que está debajo de ti hierro. Y el Señor hará que la lluvia a tu tierra sea polvo y ceniza..(..)” (Dt 28.23,24)

     En varios libros de la Biblia encontramos que Dios tiene dominio de los elementos de la naturaleza para provocar: granizos, terremotos, lluvias, sequías, tinieblas y oscuridad sobre la Tierra. Es decir, Dios ha usado cambios de clima bruscos (no cambios climáticos a largo plazo) en el pasado y según las profecías, también lo usará para eventos futuros. Pero la necedad de algunos retrogradas con mentalidad imperialista, y en su afán de subyugar, no a la Tierra en sí como fue el mandato divino, pueden hacer uso de la geofísica con fines egocéntricos, expansionistas y de control. ¡Una realidad alarmante!

     Aunque para algunos lectores, el solo hecho de pensar de que exista la posibilidad de que el hombre posea la capacidad tecnológica para alterar el clima y producir cambios bruscos a corto plazo, les resulte inverosímil o quizás, una teoría conspirativa; no cabe la menor duda de que con el desarrollo de la ciencia, ¡no solo Dios, sino también el hombre, puede manipular los fenómenos climáticos drásticos!... Aunque claro está, la diferencia radica en que Dios tiene control absoluto de los elementos, el hombre está muy distante en conseguir ese control... 

Claramente, la manipulación climática es una herramienta muy eficaz para tener la atención del mundo...

     A nivel de la ionósfera o termósfera (parte de la atmósfera terrestre que se extiende entre 70-600 kms de altitud y que sirve como barrera protectora contra los rayos de alta frecuencia emitidos por el sol) existe una densidad de gases ionizados debido a la radiación solar los cuales forman una corriente  eléctrica llamada: “electrojet aureal.” Al acercar el electrojet aureal hacia la superficie de la tierra, estas emisiones energéticas son tan fuertes que afectan las comunicaciones por cables telefónicos y eléctricos, la interrupción de suministros eléctricos e incluso producir cambios climáticos drásticos y alteraciones en el estado del ser humano.

     Debido a esas propiedades especiales de la ionósfera, y siguiendo la teoría de Nicholas Tesla (Científico Croata) sobre el electromagnetismo, la curiosidad científica comenzaron a estudiar los vórtices energéticos de los fenómenos aurales, dando inicio a un proyecto de investigación militar llamado: "Programa Investigativo de Auroras Activas de Alta Frecuencia" (HAARP) por sus siglas en inglés. Proyecto hermético y místico que no provee mucha información al público por tratarse de un proyecto militar y como he de esperarse, las actividades que se realizan son clasificadas de carácter confidencial. 

     Al enviar señales de radiofrecuencia a la ionósfera, se produce una tormenta eléctrica de electrojet a nivel dantesco llegando a tocar tierra y afectando al clima global. Es decir, cada vez que los transmisores de HAARP emiten cierta potencia de energía hacia la ionósfera, esta actividad actúa cómo si fuese un gran calentador ionosférico, el más potente del mundo. Y en este sentido, HAARP podría tratarse de la más sofisticada "arma geofísica" construida por el hombre.

     La voz de alerta se ha escuchado alrededor del mundo científico, pero sus defensores aducen un sinfín de ventajas de carácter científico, geofísico y militar; mientras, sus detractores están convencidos de que las actividades de HAARP podrían tener consecuencias catastróficas para nuestro planeta.

     ¿Por qué hay quienes creen que detrás de HAARP se oculta algo más?, ¿Por qué algunos críticos consideran que los extraños experimentos que se realizan modifican el clima, pueden controlar la mente e incluso provocar  terremotos de gran intensidad?

     Ciertamente algo de base científica asoma en todo este asunto, HAARP con sus cientos de millones de vatios de potencia y antenas se puede considerar como un verdadero "calefactor" de la alta atmósfera, provocando una tremenda ionización que puede acarrear consecuencias imprevisibles, y que gracias a su efecto "espejo" podría dirigir sus efectos hacia cualquier zona del planeta. Estaríamos hablando de un nuevo tipo de arma no convencional, capaz de intensificar tormentas, prolongar sequías sobre el territorio de un supuesto enemigo, y perjudicándolo sin que este se lo imagine … 

     ¿Es esto posible o es sólo ficción?...

     El científico Nick Begich al realizar investigaciones sobre los efectos de la manipulación ionosférica considera que los electrojet aureales podrían tener peores consecuencias que las pruebas nucleares produciendo cambios ecológicos potencialmente devastadores.

     El propio creador del calentador ionosférico del proyecto HAARP, Bernard Eastlund, asegura que su invento podría, controlar el clima. Una afirmación que ha llevado a Nick Begich a concluir que si el HAARP operase al 100% de su capacidad, podría crear anomalías climatológicas sobre ambos hemisferios terrestres, siguiendo la “teoría de la resonancia” tan empleada por Nicholas Tesla en sus inventos. 

     Un cambio climatológico en un hemisferio  desencadenaría otro cambio en el otro hemisferio. Una posibilidad que no se debe descartar, sobre todo a tenor de las opiniones de científicos de la Universidad de Stanford, que aseguran que el clima mundial podría ser controlado mediante la transmisión de señales de radio relativamente pequeñas, a los cinturones de Van Allen (zonas de la magnetosfera terrestre donde se concentran las partículas cargadas).

     Según declaraciones alarmantes del ex contratista y ex agente de las Agencias de Seguridad Nacional y Central de Inteligencia (NSA y CIA, por sus siglas en inglés) Edward Snowden:  "Fuera de la manipulación climática, HAARP puede cambiar el clima bombardeando intensivamente la atmósfera con rayos de alta frecuencia y tiene la capacidad de convertir las ondas de baja frecuencia en alta intensidad para afectar a los cerebros humanos, incluyendo afectar el movimiento o desplazamiento de las placas tectónicas para producir terremotos."

     No obstante, la evidencia científica reciente sugiere que el HAARP sí está en funcionamiento y  tiene la capacidad potencial de desencadenar inundaciones, sequías, huracanes y terremotos. 

     Lastimosamente, podríamos decir que desde un punto de vista militar, HAARP es un arma de destrucción masiva y potencialmente, constituye un instrumento de conquista capaz de desestabilizar selectivamente los sistemas agrícolas y ecológicos de regiones enteras... 

     Por cierto, según algunos analistas y científicos que se oponen a este proyecto, los equipos de HAARP estuvieron activos en los terremotos ocurridos en Japón, Haití e indonesia. También estuvieron activos en recientes catástrofes naturales que se han vivido en otras regiones del mundo. ¿Coincidencia o fenómenos naturales creados por la intervención humana?...

     Ahora bien, el asunto es mucho más grave ya que Rusia ha tomado la iniciativa de construir un sistema parecido al HAARP llamado: "SURA", el cual es otro calentador ionosférico que es la contrapartida del diseño americano. Lo que significa que la carrera armamentística ha cambiado de estrategia utilizando armas de destrucción masivas como: armas bacteriológicas y últimamente, armas meteorológicas para alterar el tiempo y el clima.

    Albert Einstein tenía pleno conocimiento de los efectos potenciales que surgirían si se aplicaban los conceptos de la teoría de resonancia anunciada por Nicholas Tesla, también conocía la ambición del hombre y su afán de conquistar el mundo. “No sé con qué tipo de arma se peleará la tercera guerra mundial, pero de lo que sí estoy seguro es que la cuarta, se peleará con palos y piedras.” Su enunciado tiene carácter visionario y apocalíptico. un mensaje enfático que puede ser un llamado a la cordura y a la sensatez para algunos científicos que se creen ser dioses...

     De todo lo expuesto en este artículo, podemos deducir que la avanzada científica producirá cambios significativos en la Tierra y nos da clara indicación de que catástrofes de grandes magnitudes podrían producirse a expensas de la ineptitud de una élite poderosa con fines hasta ahora desconocidos. Solo podemos pedir, que Dios interceda y que su segunda venida esté cerca en busca de su pueblo.

¡Dios los bendiga rica y abundantemente!
 
Frank Zorrilla











sábado, 16 de julio de 2016

EL SELLO DE DIOS IMPREGNADO EN NUESTRO CUERPO


Mis queridos amigos y hermanos,
    
     La tesis de la biología evolutiva:
“El Origen y Evolución de las Especies por Medio de Selección Natural” o si quisiéramos ser más creativos: “El Origen y Evolución de las Especies por Pura Casualidad del Destino”, escrita por el biólogo Charles Darwin, gozó de publicidad en un mundo de oscuridad e ignorancia científica. Época donde el ufano conocimiento de algunos genios del saber, se precipitaron osadamente en busca de la antítesis de la creación del hombre a través de medios seculares, diferentes a los conceptos bíblicos.

     Han transcurrido 157 años desde la publicación del  trabajo literario de Darwin. Obra literaria, que dicho sea de paso, se considera el fundamento científico de la teoría de la evolución.” Para algunos científicos ateos y Darwinistas, esta tesis fue la obra científica más importante del siglo XIX debido a que en síntesis, vino a explicar la existencia del hombre desde una óptica distinta al creacionismo”, usando el análisis científico de la observación para explicar: la adaptación de las especies al medio ambiente como derivado del efecto combinado de la selección natural y de las mutaciones aleatorias.
   
     Debemos recordar que en la segunda mitad del siglo XIX, el racionalismo humanista se había extendido en todos los ambientes científicos y se encontraba en pleno apogeo. Ya existían suficientes indicios de que la edad de la Tierra era mucho mayor de lo que se había pensado; hacía falta una teoría de carácter científico que encuadrase al ser humano en la historia del planeta.

     Por supuesto, la nueva teoría de la evolución tenía que cumplir con una condición aparentemente científica, se tenía que alejar completa y radicalmente de las ideas religiosas que tanto habían obstaculizado el desarrollo científico de los últimos siglos. En este contexto, y después de 20 años de investigación, surgió la teoría darwinista, mostrando los efectos de la evolución de las especies, y para algunos adeptos, no dejando duda razonable de que el hombre descendía del mono. 20 años de investigación y reflexión para finalmente, confundir y servir de piedra de tropiezo a incautos deseosos de derogar las verdades divinas.
   
     Para desmoronar esa ignara teoría darwinista, hablemos un poco de ciencia.

      Como ya tenemos constancia, el avance científico permite entrar en el mundo microscópico de estructuras moleculares del cuerpo humano y analizar profundamente la composición de las células organizadas en tejidos y órganos. La biología molecular nos ayuda a identificar macromoléculas, las cuales son las proteínas formadas por cadenas lineales de aminoácidos: los Ácidos Nucleicos, el Ácido Desoxirribonucleico (ADN o código genético) y el Ácido Ribonucleico (ARN). Estos ácidos dirigen todas las actividades del cuerpo, junto con los polisacáridos, formados por sub-unidades de azúcares….

     Cómo podemos observar, la configuración biológica de los seres creados por Dios es muy compleja. Es un mundo sub-atómico donde reina el orden en estructuras bioquímicamente definidas ideadas con el sólo propósito de mantener el organismo funcionando a perfección. 

     Es sumamente inverosímil pensar que ante tanta perfección biomolecular, los seres humanos seamos producto de una “entropía o energía en desorden, de un proceso caótico, o de una reacción azarosa y al azar.” Los avances científicos demuestran que sin lugar a dudas, ¡Somos copia exacta de un diseño inteligente llevado a cabo por un Ser con inefable poder y grandeza!

     ¿Acaso pones en duda tal afirmación? ...
   
 
L
as Sagradas Escrituras, nos demuestran, que en efecto, tenemos el sello de Dios plasmado dentro de las estructuras moleculares que forman nuestro cuerpo… 


     Y te preguntarás: ¿Cómo es esto posible?- Demos un vistazo a la carta del apóstol Pablo a los Colosenses.

    “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.” (Colosenses 1:16-17).

       En este versículo, el apóstol expresa con mucha claridad que, tanto las cosas visibles e invisibles fueron creadas en Cristo, por medio de él y para él; porque todas las cosas en él subsisten. Es decir: “Se mantienen o se conservan.” Por lo tanto, pertenecemos a Cristo, porque fuimos parte de la creación de Dios. 
 
     
     
     Ahora bien, ¿dónde está el sello de Cristo dentro de nuestro cuerpo el cual nos mantiene o conserva?... Sigamos leyendo la carta a los Colosenses...

    
     “y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.” (Colosenses 1:20).

     El Apóstol habla de restablecer la concordia o la amistad entre partes que están en enemistad haciendo la paz a través del emblema de la cruz. Es decir, la tortura de Cristo en el madero, es el “sello de Dios dentro de nuestro cuerpo” para reconciliarnos con el Creador. Amistad que fue quebrantada cuando el hombre eligió desobedecer los designios divinos. 
     
     Y ¿Cómo sabemos que la cruz es el “sello de Cristo” dentro de nuestra estructura molecular?...

     Dejemos que sea la ciencia la que se encargue de discernir el enigma de la cruz a través de la medicina molecular.

     De las miles de proteínas que tenemos en nuestro cuerpo existe un tipo llamada: Laminina.” Esta es una proteína tan especial, que su función es vital para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, y sin ella no pudiéramos subsistir pues es la molécula proteica que mantiene el mundo celular unido. En otras palabras, es cómo el pegamento que mantiene unidas las células y órganos de nuestro cuerpo. Sin ella nos desmoronaríamos y moriríamos irremediablemente.

     En términos científicos, la Laminina: es una glicoproteína que es parte de la matriz extracelular en humanos y animales. Un componente del tejido membrana basal conectivo y que promueve adherencia de la celda. Cada una de las cadenas polipeptídicas está constituida por más de 1,500 aminoácidos. 

     La estructura molecular de la Laminina es tan especial, que cuenta con cuatro armas que pueden unirse a otras cuatro moléculas formando de manera asombrosa, ¡la figura de una Cruz!
    
    
      Es como si Dios, en su divina majestad y amor por el ser creado, plasmó en nuestro ADN el sello de su eterna salvación. 

     Somos literalmente sostenidos por la cruz. Y para los escépticos, el descubrimiento de que el tejido vivo se mantiene unido por una proteína que tiene la figura de una Cruz, es un recordatorio imponente de varias verdades bíblicas.

     Se ha predicado de la cruz por todo el mundo, como una verdad objetiva externa. Pero verla como una verdad interna, vital a la vida misma, es traer a Cristo a un entero nuevo nivel en el diálogo humano. Entre otras cosas, tiene que ver directamente con el acalorado debate actual acerca del “diseño inteligente.” 

Darwin nunca pudo ni remotamente llegar a imaginar la perfección microscópica que caracteriza la vida al nivel celular.

     Después de todo, debemos tener presente que el hombre sobre la Cruz era el Creador. Para los creyentes, la Cruz no es, no fue, ni será simplemente un instrumento de ejecución; fue un instrumento de vida, y comenzó con la encarnación.

     En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.” (Juan 1:1-4).

     El Verbo se encarnó en carne humana para traer vida. Con gran cuidado y carácter específico, el apóstol Juan señala que, "Él creó todas las cosas de la nada, y que nada existiría si no lo hubiese hecho existir".  En su Omnisciencia, Él ideó el plan de salvación desde antes de la creación del hombre, y lo dejó plasmado en lo más profundo de nuestro ser, ¡cómo Sello de Redención!

¡Dios los bendiga y los guarde!

Frank Zorrilla