viernes, 10 de enero de 2014

EL DIOS QUE INSPIRA, SUSTENTA Y REDIME: El Dios Que Nos Acompaña en Cada Etapa.


Mis queridos amigos y hermanos,
   
     
     Nosotros, los cristianos, adoramos y reverenciamos a un Dios con múltiples características y diversas facetas. El Dios de la Biblia es un Dios eterno, celoso, condicional, de pactos, de promesas, sustentador, inspirador, guerrero, protector, de amor y de compasión.

     En las Sagradas Escrituras encontramos una abundante cantidad de relatos que narran las experiencias vividas por hombres de la antigüedad con ese Ser Omnisciente y Omnipotente. Cada uno de ellos tuvo una perspectiva y una visión única.
         Si analizamos detenidamente el sentir de esos hombres y la forma en que describen al Dios que adoraban, encontraremos un sinnúmero de descripciones: algunas afines y congruentes, y otras aparentemente diferentes. Pero ese mismo Dios, con tantas facetas, tenía un objetivo en común: la redención de la humanidad a través de las diversas etapas de cambio o transformación que experimenta el ser humano con el tiempo. Dios escogió a estos hombres con un propósito definido; los eligió porque conocía sus caracteres, sus flaquezas o puntos débiles y sus fortalezas o puntos fuertes.

     Analicemos al Dios de algunos de estos personajes bíblicos...

 
¿Qué tenía en común el Dios que adoraban los hebreos?...

Era un Dios ETERNO! 

     “Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Que vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la muerte y del Hades.” (Apocalipsis 1:17-18). 

     Ese Dios existe desde antes del principio de todas las cosas, porque Él les dio origen. Es el único con autoridad y potestad para decir:

     “Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mi.” (Isaías 45:5).

 ¿Cómo era el Dios de Moisés?.

Era un Dios CELOSO:

     “No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imágenes, ni te inclinarás a ellas para adorarlas, ni honrarlas; porque yo soy Jehová tu Dios fuerte, celoso que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. (Éxodo 20:3-6). 

     Moisés fue testigo ocular de la creación dela revelación de los grandes preceptos divinos. Ante él  se manifestaron las reglas que permitirían al ser humano vivir en paz y armonía con el Creador y con sus semejantes.

     ¿Qué lección podemos aprender del Dios de Moisés?

     Que es un Dios de orden y dirección, que nos enseña el camino hacia una vida productiva, armoniosa y alineada con las normas necesarias para vivir en comunión con nosotros mismos, con los demás y con el universo.

¿Cómo era el Dios

de Abraham?- 

    Era un Dios de PACTOS Y PROMESAS.

     “Sal de tu tierra, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre y serás una bendición. Acrecentaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa. (Génesis 12:1-3). 

     Abraham confió plenamente en la promesa de Dios. Fue un hombre que esperó con paciencia y sumisión hasta ver cumplidas las bendiciones prometidas. Abraham es un ejemplo de obediencia incondicional a la voluntad divina.

     Fue un hombre que no cuestionó los designios divinos. Simplemente obedeció. Obedeció, con la certeza de que iba a recibir lo que Dios le había prometido y con la convicción de que sus cinco sentidos iban a atestiguar lo que parecía imposible.

      ¿Qué lección podemos aprender del Dios de Abraham? -

     Que podemos confiar en Su palabra. ¡Es un Dios fielverdadero! Si esperamos pacientemente en Él, veremos Su grandeza reflejada en las maravillas que realiza en nuestra vida.

     ¿Cómo era el Dios de Elías?- 

Era un Dios SUSTENTADOR, que obra y suple en momentos de necesidad: 

     “Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. Y Elías fue conforme a la palabra de Jehová y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.(1Reyes 17:1-9).

     El Dios de Elías, conocía todos los recursos de la Tierra y  los ponía a disposición de Sus siervos en tiempo de necesidad. Elías obedeció, confió y se dejó guiar.

     ¿Qué podemos aprender del Dios de Elías? - 

      Que es un Dios que está atento a nuestras necesidades, nos sustenta y socorre cuando clamamos a Él.

    
¿Cómo era el Dios de Josué?- 

Era un Dios INSPIRADOR: 

     “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” (Josué 1:9). 

      Dios que conocía la dinámica e interacción del hombre en sociedad y la diligencia del hombre para lograr sus objetivos y metas como ser pensante. Conocía la responsabilidad de Josué de guiar a Su pueblo a la tierra prometida. Por eso, lo exhortó a ser valiente y decidido para enfrentar las situaciones difíciles que encontraría en su camino. 

     ¿Qué podemos aprender del Dios de Josué?- 

     Que es un Dios que nos anima a tener confianza en nosotros mismos, que nos recuerda que tenemos la fuerza para cumplir propósitos valiosos y proyectos encomiables, y que está a nuestro lado para llevarlos a cabo con éxito.


    ¿Cómo era el Dios de David?


El Dios de David, era un Dios GUERRERO y PROTECTOR:

      “Me rodearon ligaduras de muerte... En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo... La tierra fue conmovida y tembló... (Salmo 18:4-7).  

      David clamaba constantemente a Dios en medio de la adversidad. Sabía que ninguna fuerza terrenal podía superar el poder de Dios.  

   “El que habita al abrigo del altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente... Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; más a ti no llegará. (Salmo 91:1-5-7).

      ¿Qué aprendemos del Dios de David?- 

     Que es un Dios que nos libera de la opresión, que está dispuesto a pelear nuestras batallas cuando lo invocamos, y que nos asegura que nadie podrá hacernos daño si Él está con nosotros. 

     ¿Cómo el apóstol Juan revela a su Dios?


     El apóstol Juan nos revela al Dios manifestado en Cristo como un Dios  de AMOR y COMPASIÓN:

  “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él crea, no se pierda, más tenga vida eterna. (Juan 3:16).  

     Dios se nos da a conocer a través de Jesús, Su Hijo, entregado como ofrenda para salvarnos de la muerte eterna. Es un Dios que permite la inmolación y sufrimiento de Su propio Hijo por amor a nosotros...

       “Porque el amor es de Dios; todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. Porque Dios es AMOR” (1Juan 4:7-8).

   
     En conclusión, el Dios de la Biblia se revela a través de múltiples facetas que enriquecen nuestra fe y comprensión espiritual. es ETERNO como el Dios de los hebreos, CELOSO y ORDENADO como el Dios de Moisés, FIEL y PROMESERO
 como el Dios de Abraham, SUSTENTADOR como el Dios de Elías, INSPIRADOR como el Dios de Josué, PROTECTOR y GUERRERO como el Dios de David, y AMOROSO y COMPASIVO como el Dios revelado por Jesús y el apóstol Juan. Todas estas facetas nos muestran que Dios es cercano, activo y profundamente comprometido con la redención y el bienestar de la humanidad. 


     Y ahora te pregunto: ¿Según tu experiencia personal, ¿cómo es el Dios a quien amas?


¡La gracia y las bendiciones de Dios sean contigo!

Frank Zorrilla







martes, 7 de enero de 2014

APLICANDO PRINCIPIOS GERENCIALES A NUESTRAS VIDAS.


Mis queridos amigos y hermanos,


     ¿Sabes cuál es el significado de la palabra: “Administrador”?- 

Administración no es más que: La acción o efecto de administrar (Ordenar, disponer, organizar bienes). El término también se usa intercambiado con “Gerencia” debido a que son palabras sinónimas en lo referente al manejo de una empresa o institución.
     Es de conocimiento general, que el factor o móvil que impulsa a un inversionista/s a iniciar o crear una empresa o institución es el factor económico. Es decir, producir ganancias a través de bienes y servicios prestados; por lo que contrata a una persona con la capacidad o conocimientos necesarios para dirigir la empresa y de esa forma hacerla crecer y producir dividendos. De ahí, la necesidad de emplear un sistema gerencial exitoso recurriendo a prácticas, métodos o sistemas gerenciales para obtener mayores beneficios (ganancia) y reducir costos; ya sean costos de operación (Materia prima, maquinarias, personal, transportación, etc.), como también costos de funcionamiento (Almacén, establecimiento, utilidades, etc.).
     Métodos como: “Lean Six Sigma” , “A3” , “Método Deming”, han sido utilizados con eficacia en grandes emporios industriales  por gerentes de producción, cuyo objetivo principal ha sido: incrementar la producción y reducir al mínimo los desechos o desperdicios.


¨ El método Lean Six Sigma- Consiste en tratar de eliminar o reducir los desperdicios de producción o eficacia en servicios a: 3 defectos por un millón de oportunidades utilizando 5 pasos esenciales. 1- Definir la causa del desperdicio, 2-Medir el desperdicio dentro de un marco limitado, 3-Analizar la causa del desperdicio, 4-Mejorar el defecto encontrado, 5-Controlar la causa del desperdicio, poniendo en práctica la solución encontrada, evitando el reciclaje del problema que produjo el desperdicio.
¨ El método Deming- Consiste en 4 pasos: 1-Planear, 2- Hacer, 3- Checar, 4-Actuar. Este método fue creado por William Edwards Deming, hombre conocido en el mundo industrial por haber mejorado la producción industrial en los Estados Unidos de América durante la guerra fría y especialmente en Japón donde se le considera como el genio en el diseño y manejo gerencial para producir alta calidad y servicio eficiente a través de un método estadístico inventado por él. Deming ofreció 14 principios gerenciales claves para transformar la efectividad de una empresa, filosofía que ha sido copiada por muchos administradores de grandes empresas para elevar la producción y satisfacción de sus clientes.
¨ El método A3- Consiste en utilizar los siguientes pasos:1-Identificar el problema, 2-Entender la causa/as del problema, 3-Investigar que pudo causar el problema, 4-Enumerar posibles soluciones, 5-Poner en práctica una solución, 6-Monitorear la solución aplicada.
Ahora bien, ¿Acaso estos métodos gerenciales lo son aplicables a la industria?- 

     La respuesta es, ¡No! También podemos aplicarlos en nuestro diario vivir; tanto en el ámbito social ( interactuar con los demás), espiritual ( para estar en paz y armonía con Dios y con nosotros mismos), cómo profesional (en nuestros oficios o lugares de trabajo).
     Como sabemos, Dios es un Dios de orden y de organización, por consiguiente, podemos decir que: Dios es el padre de la administración. Por lo tanto, el saber “administrar”, es un don que proviene de Él. ¡De Dios emana todos los conocimientos utilizados por el hombre!
¿Cuáles son los pasos esenciales para administrar nuestras vidas exitosamente?


1. PLANIFICACION-
Una buena administración requiere una buena planificación. La Biblia dice: “Porque, ¿Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar”. (Lucas 14: 28-30).


2. DINAMISMO-
Una vez planeamos y buscamos la bendición divina; además de tener fe de que eso que planeamos va a ser exitoso, la Biblia nos exhorta a ser dinámicos y diligentes”, dejando la pereza a un lado y “actuar”. La Biblia nos describe al perezoso” de la siguiente manera:
¨ No le gusta trabajar. “El deseo del perezoso le mata, porque sus manos no quieren trabajar.” (Proverbios 21:25).
¨ Le encanta dormir. “Como la puerta gira sobre sus quicios, así el perezoso se vuelve en su cama.” (Proverbios 26:14).
¨ Le gusta dar excusas. “Dice el perezoso: El león está en el camino; el león está en las calles.” (Proverbios 26:13).
¨ Desperdicia tiempo y energía. “También el que es negligente en su trabajo, es hermano del hombre disipador.” (Proverbios 18:9).
Estos Proverbios salomónicos, también nos advierten el final que le espera al perezoso:
¨ Humillación. “La mano de los diligentes señoreará; mas la negligencia será tributaria.” (Proverbios 12:24).
¨ Futuro es sombrío. “El perezoso no ara a causa del invierno; pedirá, pues, en la siega, y no hallará.” (Proverbios 20:4).
¨ Pobreza. “El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada.” (Proverbios 13:4).


3. EJECUTAR O EFECTUAR LOS CAMBIOS NECESARIOS-
     Ya convencidos de que tenemos que “actuar”, debemos seguir el plan trazado hasta lograr la meta que nos propusimos al principio... Ya sea dejar un vicio, un mal hábito, una emoción negativa o alcanzar el éxito en tus negocios o vida profesional. Por lo que tenemos que estar dispuestos a “CAMBIAR” y tratar de no resistirnos a ese proceso de mejoramiento (cambio) que es necesario para nuestras vidas. Así lo dijo el gran Maestro Jesús: "Nadie corta un remiendo de una nueva prenda de vestir exterior y lo cose en una vieja prenda de vestir exterior; pero si lo hace, entonces el remiendo nuevo se arranca, y además, el remiendo de la prenda nueva no hace juego con la vieja". (Lucas 5:36).
     Este enunciado del divino Maestro, se le conoce en el mundo moderno empresarial como: Principio de re-ingeniería”, cuyo significado es: “Cambiar lo que no es productivo o lo que no funciona”, adoptando una nueva resolución o método. Ahora bien, ¿es fácil cambiar?- Definitivamente, ¡No! Nuestro Señor Jesucristo ya sabía de la parálisis paradigmática o resistencia al proceso de cambiar algo, cuando asegura: “Nadie que haya bebido vino añejo quiere el nuevo; por que dice: ‘El añejo es exquisito”. (Lucas 5:29). Por lo que nos exhorta a tener ánimo frente a la inquietud del futuro incierto que nos espera debido al proceso de cambio: “Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán”. (Mateo 6:34). También nos exhorta a tener fe, es decir: “La certeza y la convicción de las cosas que deseas, aunque no se contemplen en una dimensión visible.
     Guiándonos de este consejo, podremos no sólo tener paciencia en tiempos de cambio; sino también, producir resultados de calidad que nos den mayor seguridad y permanencia. ¡Todo se puede lograr si confías en el poder infinito de Dios mediante la fe!
     Por otro lado, Saulo de Tarso (Apóstol Pablo) enfoca el tema del “cambio” en una de sus famosas cartas. Pablo describe con asombrosa exactitud la actitud correcta hacia el proceso de cambio y la mejor manera de cambiar. Y cito: "Y cesen de amoldarse este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su mente..." (Romanos 12:2). Si comparamos esta exhortación de Pablo con el esfuerzo que hacen las administraciones empresariales para producir cambios en la cultura de una empresa, no nos queda más que admitir que el contenido en esta frase bíblica, es copiada y aplicada constantemente por líderes que pregonan la filosofía de gerencia. La verdad contenida en las palabras de Pablo (quien se inspira en el enfoque del cambio verdadero que enseñó Jesucristo), es impresionantemente simple: ¡El verdadero cambio se produce desde adentro hacia afuera!. Este consejo no sólo sirve para nosotros como personas, sino también para las organizaciones. Esto significa que hasta que no haya conciencia interna de la necesidad de cambio por parte tuya o de la alta gerencia de una empresa; es decir: “Cambio de mentalidad”, éste no se produce.

     William Deming aplica ese mismo concepto cuando dice: “Si la manera cómo todo ha funcionado hasta ahora: La estructura de la empresa, la forma como operan los procesos, la calidad de los productos y servicios que se ofrecen a los clientes, los métodos de supervisión y relaciones laborales con los empleados, los métodos y políticas, cómo tratamos a los clientes... Y no obtenemos resultados satisfactorios, esto significa: ¡Qué es tiempo de cambio!... Es tiempo de cambiar la mentalidad cultural gerencial primero, luego difundir ese cambio a todos los que intervienen en el proceso, incluyendo incluso al que hace la limpieza.
     Las palabras citadas en Romanos 12:2, sólo vienen a enfatizar: Que a menos que estemos dispuestos a modificar nuestro viejo patrón de pensamiento, así cómo las creencias y esquemas de actuación que forman parte de nuestros paradigmas. Sustituyendo dicho patrón por nuevos valores, nuevas actitudes y principios que estén acordes con los nuevos principios que queremos adoptar... 
A menos que se dé dicha "transformación interna", no habrá manifestación externa de cambio duradero, porque seguiremos siendo los mismos"
4. TRABAJO EN EQUIPO-
     Sin embargo, para que tengamos éxito aplicando ese cambio que mencioné anteriormente, se necesita la colaboración de todas las personas que conviven e interrelacionan directamente para un fin común; ya sea a nivel individual cómo de empresa. La historia está llena de fracasos, tanto a nivel personal, cómo también de organizaciones, que no pudieron funcionar con éxito a pesar de que hicieron todos los esfuerzos por reunir el mayor número de súper estrellas en una empresa. Lo que descubrieron fue que aunque el talento individual era indispensable para el éxito, ese talento no se estaba utilizando totalmente o se estaba desperdiciando debido al individualismo y poca o ninguna cooperación.
     Por eso hoy, en la mayoría de las organizaciones modernas, la mayoría del personal, trabaja en equipo; y en muy raras ocasiones alguien trabaja completamente aislado de los demás. Esta iniciativa ayuda a la participación de todos, integrando individuos, no sólo con habilidades esenciales, sino también, motivando la participación de una forma responsable, unificada y comprometida de cada participante del grupo para mejorar el desempeño de la empresa. Un equipo efectivo es un grupo de personas trabajando juntas hacia el logro de una tarea común. Implica efectiva comunicación entre los miembros, ya sea de la familia como de la empresa, coordinación de esfuerzos y cooperación interpersonal en la realización de las tareas. También es necesario que compartan una misma visión, se distribuyan equitativamente las responsabilidades y se reconozcan los éxitos alcanzados. Se necesita empatía y solidaridad, así como organización y normas claras que sean respetadas por todos.
     La organización que fundó Jesús y que desarrollaron los primeros cristianos se constituyó de gente corriente, humilde y sin muchas letras; pero conscientes de su necesidad de aprender y con disposición de participar. La Biblia relata que Jesús escogió este tipo de personas para demostrar la efectividad de su modelo de gestión participativa... “No muchos sabios según la carne fueron llamados, no muchos poderosos, no muchos de nacimiento noble, sino que Dios escogió las cosas necias del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios escogió las cosas débiles del mundo, para avergonzar las cosas fuertes...Para que nadie se jacte a la vista de Dios”. (1 Corintios 1:25-27,29).

5. COMUNICACIÓN ENTRE LOS INTEGRANTES-
     Además de la planificación, la comunicación entre todos los que forman ese equipo es extremadamente esencial. La Biblia amonesta en cuanto a las disensiones y disputas que pudieran existir o surgir en cualquier organización. Esto es muy común en las organizaciones burocráticas, en las que la complejidad de su estructura y los vicios culturales fomentan la competencia entre departamentos y entre individuos, los cuales trabajan para su propia ganancia sin tener en cuenta el grado de interdependencia que los une. A veces los objetivos no son compartidos o son incompatibles entre individuos o unidades, y no comparten un lenguaje común que permita el entendimiento mutuo. Producto de esta disensión, se rompe la unidad organizativa y los resultados son pobres y de poca calidad. Lo mismo sucede a nivel personal con la familia; obteniendo como resultado la disfuncionalidad de la familia y por consiguiente, el descalabro de sus integrantes.
     El apóstol Pablo nos insta a estar de “mutuo acuerdo” y a estar: "idóneamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar" cuando nos dice: “Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito”. (1Corintios 1:10). En este escrito, se muestra claramente que la unidad y la cooperación son elementos necesarios para lograr los mejores resultados como equipo. Por eso se anima a todos los miembros de la organización, prescindiendo del puesto que ocupen o la tarea que realicen, a desplegar interés unos con otros. El apóstol hace énfasis en una cooperación armoniosa y ordenada para obtener un equipo efectivo y eficiente.
     Pablo explica esta unidad elocuentemente en los versículos subsiguientes cuando dice: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también es Cristo; todos los miembros son importantes por igual y no se pueden menospreciar uno al otro. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros; antes bien los miembros más débiles, son los más necesarios. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”. (1 Corintios 12:12-26).
     Todos estos aspectos mencionados arriba, están contenidos en el modelo de organización que Jesús introdujo hace más de 2,000 años, y estos se describen en la Biblia en forma detallada. De manera que otra vez, las Sagradas Escrituras se anticipan a la sabiduría humana al exponer con sobrada anterioridad los "secretos" de la eficiencia que se deriva de trabajar en equipo.
6. REVISAR EL RESULTADO-
     Otro paso gerencial importante después de la planificación, ejecución del plan a través de la acción y la participación en equipo, es revisar los cambios que se han hecho y supervisar que esos cambios se sigan aplicando hasta dominar y controlar el objetivo principal o llegar a la meta deseada y al mismo tiempo mantenerse en el éxito. Extrapolando este concepto a nuestra vida personal, esto significa: ¡Dejar al viejo hombre rezagado en el pasado y disfrutar a plenitud la nueva transformación adoptada!
     Como Ud. ha podido observar, mi querido lector, la Biblia tiene mucho que decir en cuanto a la mejor manera de gerencial y traer cambios a nuestras vidas. Sus registros y consejos han resultado impresionantemente exactos, a pesar de la lejanía en el tiempo en que fueron escritas sus páginas. Recuerde, sin embargo, que este libro (la Biblia),  no fue escrito con el propósito expreso de tratar temas científicos ni, para nuestro caso, gerenciales; más indudablemente que su consulta, no sólo edifica de forma estimulante, sino que además orienta y provee la sabiduría práctica necesaria para la aplicación de principios y consejos que con seguridad plena no pueden fallar.
     En resumen, ¿Crees que los conceptos o principios administrativos que existen hoy en día son ideas que provienen de estos grandes filósofos modernos?... 

     Pues, te equivocas porque Jesús, ya la había empleado hace más de 2000 años atrás. Apliquemos esta filosofía en nuestras vidas para conseguir todo lo que queramos desear a través de: “Una buena administración.
¡Dios los bendiga rica y abundantemente!
 
Frank Zorrilla