miércoles, 17 de julio de 2013

CUANDO EL SILENCIO ES CÓMPLICE: "El Efecto Avestruz en la Era del Colapso"


Mis queridos amigos y hermanos,


Síndrome del avestruz
     Mirando, inocente, hacia otro lado, como  quien renuncia a la gloria que dicta el presenterobándole al tiempo sus horas.
La indolencia impone su ley bajo el manto de la pereza, esa desidia que doblega hasta la más férrea voluntad.

Al final, cargarás tu cruz: cuando intolerable, todo se  desgaje; cuando el antifaz revele tu rostro; cuando los posibles se conviertan en infortunios.
Será la hora de la ira, del llanto por tanto amilanamiento; por no haber desafiado, virilmente, al destino.
 Pues, ya consumado el quebranto, al  intentar erguir  la cabeza, verás en el alba inútil  tus sueños rotos en el camino."

—Frank Zorrilla


     ¿A qué se refiere este poema? 
     Metafóricamente, nos enfrenta con crudeza al“Síndrome del Avestruz”: la evasión voluntaria de una verdad incómoda. Una tendencia humana que nos insta a posponer la confrontación con una crisis urgente enterrando la cabeza y esperar a que los problemas desaparezcan por sí solos
     "No se puede resolver un problema si primero no se tiene el coraje de enfrentarlo." Paulo Freire.

El avestruz, al percibir el peligro, esconde su cabeza creyendo que lo ignorado desaparecerá. En la inacción espera salvación. De modo similar, muchas personas eligen ignorar conflictos, decisiones o responsabilidades, esperando que el silencio o el tiempo los resuelva.
     ¿Dónde se manifiesta este síndrome?
     todos podemos caer en este síndrome. Pero es particularmente alarmante cuando afecta a quienes dirigen naciones, empresas, iglesias o laboratorios:
  •  Políticos que postergan decisiones vitales por cálculo electoral para mantener en vigencia el desfalco moral y social que le compele y promoviendo un oportunismo mezquino en vez de acciones valientes.

  • Empresarios que evitan abordar crisis económicas o ajustes necesarios, negando la volatilidad del mercado.

  • Eclesiásticos que prefieren callar ante prácticas inmorales por miedo al escándalo.

  • Científicos y tecnócratas que se ocultan datos o se proponen soluciones irreales ante la incomodidad de la verdad ofreciendo análisis simplistas con soluciones quiméricas.

  • Creyentes que oran sin actuar, pensando que fe sin compromiso basta.
     "La única cosa necesaria para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada."Edmund Burke.
     Desafortunadamente, los problemas reales— sociales, ambientales, económicos y de salud— son incubados, nunca afrontados con valentía . El resultado: siembran desequilibrios y desencadenan crisis globales de proporciones devastadoras    
          Los líderes mundiales, en lugar de buscar soluciones sostenibles que garanticen la estabilidad social, ponen sus esfuerzos en un armamentismo desmedido como medio para reforzar y conservar una paz ilusoria que solo beneficia a las potencias que practican el "maquiavelismo" como doctrina. 
      El hombre no entiende que, “nunca existirá paz y tranquilidad” mientras exista hambruna, desequilibrio económico e intolerancia racial y social.
     Mientras los poderosos debaten nociones filosóficas o estrategias armamentísticas abstractas, temas críticos se ignoran deteriorando la vida en la Tierra:
  •      Calentamiento global y colapso climático por la actividad industrial
  •        Escasez de agua potable ( 1.2 billones de personas afectadas)
  •      Sistemas sanitarios débiles y nuevas pandemias
  •         Inseguridad alimentaria y deterioro de las cadenas de suministro
  •         Contaminación de los ríos y extinción masiva de especies
  •         Explotación del Amazonas (fábrica de oxígeno para el planeta)
  •         Riesgos de energía nuclear y residuos radiactivos
  •         Gestión deficiente de residuos sólidos y basura
     Estos no son riesgos futuros: son catástrofes presentes. Cada día, elegimos ignorarlas... Y cavamos nuestro propio hoyo, prefiriendo una ilusión confortable a la acción responsable.  

     "La indiferencia es el mayor aliado de la destrucción."Elie Wiesel

     Preferimos procrastinar o posponer para otro momento, situaciones que ameritan sacrificio, sustituyéndolas por acciones más irrelevantes y agradables... La realidad no se cambia cerrando los ojos. Se cambia con sacrificio, planificación y voluntad. 

   ¿Es el cristiano inmune a padecer de este Síndrome?

     Ni siquiera el creyente está exento de esta actitud. El cristiano puede caer víctima de este síndrome en dos dimensiones o vertientes: Espiritual y Ético-cívica.

     Desde la dimensión  “ESPIRITUAL”: El seguidor de Cristo puede tener deficiencias, descuidando valores que afectan su consagración e imposibilitando una verdadera y profunda transformación hacia la santidad. 
     El cristiano en su interior sabe lo que debe hacer para agradar a Dios, más prefiere exhibir antifaces religiosos para evadir el verdadero arrepentimiento adoptando el estigma de Caín para vivir a medias. Pero el apóstol Pablo exhorta:
      “Procurad la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” (Hebreos 12:14). 
     Desde la dimensión ÉTICO-CÍVICA”- En algunas denominaciones religiosas, y muchos creyentes en particular, existe una falsa creencia de que «este mundo no me concierne», se aferran a la espera del cielo mientras la Tierra se descompone. Creen ilusamente que los problemas no les pertenece en lo absoluto. Solo fijan la vista al cielo y se concentran fanáticamente en el infinito para entender la mente de Dios, su advenimiento y sus designios. Olvidan que la mayordomía terrenal también es un mandato divino.
     "El que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado." (Santiago 4:17
     “todos daremos cuenta de nuestra mayordomía en esta Tierra, porque somos parte de ella.” (Mateo 25:14-20).

     Todos somos atraídos por gravedad hacia la esencia misma de lo creado; y sólo levitará nuestro espíritu cuando entendamos la esencia misma de la creación.
 ¿Y tú? ¿Vas a sacar la cabeza del hoyo y trabajar ardua y afanosamente en las cosas que has estado postergando?...¿O acasoseguirás esperando que la tormenta pase sin mojarte?

     "No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor creyente que el que no quiere actuar." 

     Dejemos de procrastinar. Miremos la realidad con valentía y trabajemos con urgencia. 

     Si decidimos enfrentar lo que nos urge, Dios fortalecerá nuestro paso y nos acompañará en nuestra jornada para protegernos: 

     “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” (Josué 1:9).
   
     Debemos recordar que la historia no aplaude a los que se escondieron, sino a los que asumieron el reto. Hoy, el mundo necesita menos "avestruces" y más valientes.

     El Síndrome del Avestruz no discrimina y el precio de su ignorancia es alto: sueños rotos, líderes mediocres, crisis evitables con soluciones accesibles. Hoy podemos romper ese patrón. Levantemos la mirada, enfrentemos lo urgente y trabajemos por la justicia, la salud y la integridad de nuestro mundo. 

      Que la gracia y la bendición de Dios te acompañen, te fortalezcan y te inspiren a actuar con propósito y determinación. 

Frank Zorrilla

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